CAFÉ... ¡AROMA A LIBERTAD... A LIBRE ALBEDRIO!

LA SITUACIÓN DE LOS CAFICULTORES VENEZOLANOS AFECTA A LOS ÁMBITOS ECOLÓGICOS, SOCIALES, ECONÓMICOS, CULTURALES Y TURÍSTICO, Y PODRÍA CATALOGARSE COMO UNA SITUACIÓN DE EXTERMINIO A UN SISTEMA PRODUCTIVO QUE AGLUTINÓ A MÁS DE 85.000 FAMILIAS EN EL PAÍS QUE FUE EL PRIMER PRODUCTOR DE CAFÉ EN CALIDAD, Y EL SEGUNDO EN CANTIDAD, EN EL MUNDO Y, "POR AHORA" ES UN PAÍS IMPORTADOR DE CAFÉ. "NOS NEGAMOS A DESAPARECER Y QUEREMOS PARAR LA DEVASTACIÓN EN ZONAS DE ALTA FRAGILIDAD ECOLÓGICA".

domingo, 27 de junio de 2010

CAFÉ Y LOS RESGUARDOS INDIGENAS EN MORÁN

MUSEO LISANDRO ALVARADO-FUNDACION FRANCISCO TAMAYO

MINISTERIO DE LA CULTURA































CAFÉ Y RESGUARDOS INDIGENAS EN MORÁN

(Breve historia)





































JANETTE GARCIA YEPEZ

PEDRO RODRIGUEZ ROJAS

MAXIMILIANO PEREZ A.







CUADERNOS DEL MUSEO 5

FUNDACION FRANCISCO TAMAYO EDITORES

PROLOGO

El eje centro occidental, constituido por los estados Lara, Portuguesa y Trujillo, es el mayor productor de café del país. Calculándose su producción en aproximadamente el sesenta y dos por ciento (62%) del total nacional, este eje es líderizados por el estado Lara. Y, en el sobresale el Municipio Morán, con una producción aproximada al treinta por ciento (30%) del total nacional. Municipio que, bien sea por esta importante producción y el número de familias que lo habitan y que dependen exclusivamente de la producción de café, o bien por ser El Tocuyo, su capital, una encrucijada de las zonas cafetaleras aledañas, que incluye a zonas cafetaleras de estados vecinos, la producción de café se enraizó, como un factor preponderante en su movimiento económico.

El café, por si mismo, es un cultivo conservacionista, este cultivo ancestralmente ha protegido a no menos de 39 Cuencas hidrográficas y 76 sub-cuencas, donde se localizan las nacientes de agua dulce del país. En el estado Lara, podemos mencionar las nacientes de importantes ríos, incluso algunos son afluentes del río Apure y por ende del río Orinoco; entre estos ríos que nacen en las zonas cafeteras del estado Lara están: Los ríos Portuguesa, Boconó, Masparro, Morador, Acarigua, Sarare, El Turbio, Chabásquen y el Río Tocuyo. La cuenca alta del Río Tocuyo, ancestralmente ha estado protegida por cafetales y ésta cuenca suministra el agua que consume el ochenta y cinco por ciento de la población larense, particularmente, las poblaciones del Tocuyo, Quibor y Barquisimeto, a pueblos y caseríos; así como también es utilizada para el riego en la producción de alimentos para el país en general, pasando en su trayecto por importantes valles, como el norte del valle de Aroa.

Las bondades de la caficultura para con el sistema productivo, se consolidan por ser un producto generador de economías encadenantes: En su producción primaría es reconocida su importancia como generador de empleo, por la mano de obra utilizada en el proceso y por la corriente monetaria que genera entre las familias productoras, que incide directamente en el intercambio comercial de innumerables caseríos, pueblos y ciudades. En el comercio exportador activa todo el mercado de bienes y servicios, de transporte, aduanales, almacenaje, seguros, oficinas de corretaje y mercantiles, impuesto etc. En la industria metalmecánica, con el incentivos de la producción cafetera, se activa la construcción y elaboración de beneficios ecológicos, despulpadoras, trilladoras, secadoras y, la construcción de la infraestructura necesaria para su instalación. Se puede activar la industria licorera, de cosmetología y de confitería con derivados del café. La industrialización de las peptinas, alimentos para animales, fertilizantes a partir de los derivados del café. La industria farmacológica a partir de los derivados del café hasta ahora ha tenido un desarrollo insipiente en el país, mientras en otras regiones se están haciendo estudios por el beneficio de los derivados del café, en enfermedades, cardiovasculares, cerebro vascular, en el cáncer del colón, para la diabetes, en enfermedades respiratorias ha sido utilizado con resultados altamente positivos, como un eficiente bronco dilatador, como estimulante para los atletas deportivos, y hasta para la lucha contra el Dengue, utilizando la borra o desecho del café, vertida en los estanques que sirven de nicho reproductor al zancudo. Se ha comprobado que rompe su ciclo reproductor.

Además el ingreso generado por la producción de café en las fincas, llega directamente a las familias que las trabajan, puesto que de ellas son sus propietarios y, son unidades de producción relativamente pequeñas que se desarrollan en un ámbito territorial promedio de cuatro o cinco hectáreas. Familias completas se integran a las labores de cultivo y se magnifica su importancia en épocas de cosechas, cuando no es difícil ver a un niño de cuatro o cinco años, trabajando en la recolección de los frutos, en compañía de su abuelo de setenta o más años, o de una tía o pariente cualquiera. Esto lo diferencia claramente de la producción de otros rubros agrícolas por cuanto, en los otros, generalmente, el dueño es quien se usufructúa de los ingresos de la unidad de producción, y los obreros o empleados habitualmente, son asalariados de muy bajos ingresos.

Otra características productiva que presenta el cultivo del café, son las condiciones ambientales requeridas para su establecimiento en cuanto a paisaje e infraestructura, las cuales propician condiciones de atracción favorables para promover y desarrollar actividades agro-turísticas como alternativa de desarrollo integral, que generan ingresos adicionales a las humildes familias caficultoras, a fin de mejorar su nivel de vida, conservando el paisaje, su entorno y el ambiente. Por tanto es el café un producto polifacético que debe ser reconocido en su alto impacto en la sociedad venezolana y particularmente en la larense.

LA ENCRUCIJADA DEL CAFÉ EN VENEZUELA

Maximiliano Pérez A.

Introducción

Históricamente, Venezuela ha sido la despensa del mundo. Desde la época colonial este país exportaba frutos tropicales, algo de carne, cueros, pieles y hasta se hizo célebre en el mundo de la moda, por suministrarle al continente europeo afamadas plumas de garza; las damas de la aristocracia parisiense las lucían orgullosas en noches de gran gala.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el país se caracterizó por el transcurrir de días marcados por una economía básicamente artesanal que dependía indiscutiblemente, de los precios del café para el mantenimiento, prosperidad o decaimiento de la población en general.

En Venezuela, como en otras naciones el café se convirtió en un producto de gran importancia no solo en el ámbito económico, sino ecológico, cultural y hasta turístico, la máxima expansión en el cultivo se realizó desde los finales del siglo XVIII, hasta principios del siglo XX.

En los albores de la época de oro del café, en el actual municipio Morán se evidenciaba la importancia de aquel cultivo que llevó al llamado Distrito Tocuyo, a ser el primer productor de café del país, calculándose en no menos de nueve mil las familias productoras de aproximadamente doscientos mil quintales de café, innumerables poblaciones y caseríos de significativa importancia para el Municipio, dependen básicamente y podríamos decir que exclusivamente, del cultivo del café, en sus actividades ecológicas, sociales, económicas, culturales y hasta turísticas. Entre estas poblaciones podemos nombrar a: Guarico, Villanueva, Anzoátegui, Humocaro Alto y Humocaro Bajo. Y, los caseríos los podemos cuantificar por miles. Como encrucijada de las actividades que se realizan en el Municipio, en la ciudad de El Tocuyo, la actividad cafetalera ha demostrado tradicionalmente la importancia de desarrollo del conservacionista cultivo, la cual genera una demostrada corriente monetaria entre sus pobladores, que hasta hace poco tiempo se había arraigado como símbolo de prosperidad, acompañando a otros productos agrícolas.

Para aquel entonces el café era el principal producto de exportación, después apareció un líquido oleaginoso de color negro... El Petróleo y, Venezuela sustituyó esos productos básicos de exportación y pasó a ser la despensa energética de muchos países.

CAFÉ

“EL LEGENDARIO PEREGRINO”

Después de llegar a Venezuela, cabalgando a lomo de míticas leyendas, que narran diferentes versiones sobre la introducción del café en América, entre las cuales la más divulgada cuenta, que el transporte de tan valiosa planta desde Francia hasta Martinica en las Antillas, estuvo a cargo del Capitán de Infantería y alférez de navío Gabriel Mathieu Cleiux, quien prestaba servicios militares en esta isla del mar Caribe. Algunos historiadores afirman que fue en el año 1723, cuando se le confirió la misión de llevar a Martinica una pequeña planta de café que aún cuando no parecía muy vigorosa, pudo soportar los rigores del cambio ambiental de un invernadero a la irradiación solar de una zona tropical. Pero es que el cafeto posee una extraordinaria capacidad de adaptación, por lo cual esta les reservaba la gloria de extenderse por los valles y serranías de clima medio de nuestros países americanos, para colocar las bases de la riqueza que ha dado el progreso de dieciocho de ellos. Y que sobre el famoso viaje de Clieux, éste mismo escribió que partió de Nantes en 1723, y que entre los marineros había un sujeto de ánimo perverso que con frecuencia se mofaba del alférez por el interés que exteriorizaba por la vida del cafeto, hasta compartir con él su ración diaria de agua, sin sospechar que con tan loable actitud defendía el germen de la riqueza agrícola que por mayor tiempo ha beneficiado económicamente a millones de personas de nuestro país.

Se cree que las primeras semillas introducidas en Venezuela, procedentes de Brasil, a donde había llegado a su vez desde Surinam o Cayena, después de haber viajado por Martinica y Guadalupe fueron plantadas por los misioneros Castellanos, por los años 1.730 a 1.732. Se le atribuyen estos hechos al misionero José Gumilla, por ser el autor del “Orinoco Ilustrado y Defendido” en el cual afirma: “El café, fruto tan apreciable, yo mismo hice la prueba, lo sembré, y a propósito para dar cosechas de este fruto”

El presbítero José Gumilla nació en Cárcer, en el antiguo reino de Valencia, España, en 1.686. En 1.705 viajó a Santa Fe de Bogotá y, después de diez años de estudios, es designado a las misiones de los Llanos y del Orinoco, región en donde trabajó durante el lapso de treinta y cinco años, con interrupciones para ejercer las responsabilidades de: Rector del colegio de Cartagena, Superior Provincial de Nueva Granada y Procurador en Roma. Durante esa ultima misión, por estar quebrantado de salud y en reconocimiento a sus meritos, el Superior General de los jesuitas le propuso que escogiera el Colegio donde quisiera descansar entonces, decidió volver a las Misiones de los Llanos. Gumilla fue un hombre polifacético, que con su presencia en aquellas inhóspitas regiones contribuyó a elevar la calidad de vida de sus pobladores, a quienes transmitió sus conocimientos. La Venezuela moderna debe agradecerle su participación en la exploración del Orinoco y en la fundación de los primeros pueblos en sus márgenes. La historia recoge la sapiencia de Gumilla de su propia mano, porque él mismo quiso transferir sus conocimientos cuando escribió su libro: “El Orinoco Ilustrado”, en 1.741, el cual se editó por segunda vez en 1.745, fecha en la cual le añadieron a su título... “y Defendido”. Este polifacético misionero que dio a conocer el gran río de Venezuela y a muchos pueblos que se arraigaron en sus riberas, a quien la génesis del país lo registra como el hombre que sembró la primera planta de café en el país y cuido con pasión a los primeros cafetales, murió entre ellos el 16 de Julio de 1.750.

Para el año 1.799, cuando el Barón Alejandro Von Humboldt, llegó a Caripe, población del estado Monagas, encontró un convento construido por los Padres misioneros capuchinos aragoneses que catequizaban a los indios Chaimas, pobladores de la región. Fue el fraile Pedro de la Gelsa quien en el año 1.743, fundó está bella población predestinada a convertirse en la representante de la zona cafetalera más importante del oriente del país.

No es extraño que habiendo sido el padre Gumilla quien sembró las primeras plantas de café, en Venezuela, en lo que hoy es el estado Bolívar, expresamente en las márgenes del río Orinoco, única separación entre los dos estados, se pueda presumir que las primeras semillas de café plantadas en Caripe, llegaron procedentes de Guayana, más aún si conocemos la intensa actividad comercial existente entre estas dos regiones y que, las exuberantes montañas monaguenses sirvieron de hospedaje natural a numerosos cafetos

Reseña Von Humboldt, en su libro “Viaje a las Regiones Equinocciales” que al llegar a Caripe, se encontró en el conuco de la comunidad muchas plantas, hortalizas, maíz, caña de azúcar y contabilizó, en cinco mil pies, la siembra de cafetos, que según él, auguraban una buena cosecha, siendo la intención de los frailes la de aumentar la plantación rápidamente.

Se cree que fue entre 1.790 y 1.792 cuando fueron sembradas las primeras semillas de cafeto, en la zona de Caripe, aproximadamente sesenta y dos años después de las sembradas por el Padre Gumilla, y nueve años después de las sembradas en el Valles de Caracas.

Se debe a los indios Chaimas, líderizados por el Gelsa, la gloria de la expansión del cultivo en el oriente del país, por ser ellos quienes sembraban, limpiaban y recolectaban los frutos del cafeto. De Caripe salieron las semillas de café a cautivar a los pueblos cercanos; el mensaje de economía prospera proveniente del cultivo del café se expandió a San Antonio de Maturín, y a Cumanacoa, a Santa María en el estado Sucre y, a Mundo Nuevo y Bergantín en el estado Anzoátegui. Las plantaciones de café en forma de conucos fueron creciendo y para el año 1.874 la producción de café en el estado Monagas se contabilizaba en tres mil quintales (Sacos de 46 kilos c/u)

Cita el Ingeniero Numa García Andrade, en su obra “El Morral”, que Cosme D. Arzolay Gómez en el libro titulado: “Formación Geohistórica del Ámbito territorial de Caripe 1.870-1-990” expresa que el censo de 1.891 determinó la existencia de 631 haciendas de café en Caripe y San Antonio y , entre ellas las más conocidas del siglo XIX, en Caripe, están “La esperanza de don Benito Ortiz, (Año 1.874), “El Porvenir” de Vicente Viventeli, La Guanota de los Izaba, Quebrada Grande” fundada por José Simonpietri en 1.915, acota el autor del morral que esta finca fue fundada con plantillas de café “raíz desnuda”.

Caripe es un pueblo donde la presencia de la colonia ha sido determinante, sobre todo porque fueron la exuberante belleza de sus montañas y su clima acogedor. Los primeros italianos llegaron a aproximadamente en 1.880, adaptándose rápidamente a la región, y en gran mayoría se dedicaron al cultivo del cafeto. Tampoco parece no ser coincidencia que, entre los italianos caficultores más renombrados en esta zona, aparecen apellidos repetido en los Andes venezolanos, como son los apellidos Agostini y Paparoni, entre otros. Se cuentan también anécdotas repetitivas que las circunstancias vividas para aquella época incentivaban el espíritu emprendedor de aquellos pioneros de las montañas venezolanas como por ejemplo que. Mientras Don Luis Zambrano electrificaba, Tecnólogo Popular, Doctor Honoris causa de la Universidad de los andes, electrificaba caseríos del valle de Mocotíes, utilizando la energía hidráulica, el señor Juan Agostini utilizaba métodos similares para electrificar a Caripe y, para 1.922, utilizando esta energía, hizo funcionar la primera secadora de café conocida en el oriente del país.

Así mismo cuenta García Andrade que, Vicente Vicenteli, en su finca “El Porvenir”, creó un sistema de pago para sus obreros que consistía en una moneda de cobre, que llegó a tener aceptación en el comercio local.

Proveniente de Guayana, el cafeto también se había expandido a la Gobernación de Caracas. Al fundar la ciudad de Caracas, el conquistador Diego de Losada. (Cuyos restos mortales se dice que están enterrados en la iglesia Catedral de Cubiro, población sembrada en los Andes del Estado Lara) Incluye en su Jurisdicción a Chacao, constituida por una fértil llanura, a la cual, insignes visitantes como el Barón Alejandro Von Humboldt, llegaron a considerar como el sitio ideal para el asiento de la ciudad. Ante las epidemias y calamidades que asolaron a la Capital de la República por el año 1.764, muchas personas huyendo a estas desgracias encontraron refugio en aquel exuberante y apacible valle, de excelente clima tropical, y lo convirtieron en una productiva zona cafetalera, de gran importancia social y económica en la época colonial.

Por los años 1.783-84 se hizo la primera plantación de café en los jardines de la Aldea de Chacao, en las cercanías de la Caracas de aquel entonces, la tierra abrió sus entrañas para darle albergue al cultivo en la célebre hacienda “La Floresta”, que aún lleva este nombre. En la hacienda Blandín, hoy el Country Club y San Felipe Neri, hoy La Castellana; estas haciendas están registradas como el ámbito territorial en donde se levantaron las primeras plantaciones de café, gracias al esfuerzo de Bartolomé Blandín o Blandaín, como parece haber sido el nombre correcto. Los primeros arbustos fueron plantados por los presbíteros Sojo y Mohedano.

Pedro Ramón Palacios Gil Arratia, mejor conocido como el “Padre Sojo”, porque nació en la hacienda Sojo, en Guatire, el 17 de enero de 1.739, era hijo de Don Feliciano Palacios Xelder y de Doña Isabel María Gil Arratia. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1.762. La historia lo describe como un hombre dinámico y de grandes iniciativas culturales, principalmente inclinadas hacía la música. Fundó en Caracas la “La Congregación de los Neristas”. El apellido Sojo, por el cual era conocido se le venía endilgando a los Palacios desde el año 1.617, aunque sólo existió un Palacios y Sojo. Los Palacios formaban parte de una familia caraqueña, de acaudalados bienes de fortuna y reconocida tradición de aficiones. Don Pedro Sojo era tío paterno de Doña María Concepción Palacios y Blanco, madre del Libertador Simón Bolívar, es decir, era tío-abuelo del Libertador, y por ende fue el sacerdote de la familia.

El Oratorio de San Felipe Neri, fue fundado por el Padre Sojo; esta congregación se distinguió de manera especial en dos tipos de cultivos: El de la música sagrada establecida por el propio San Felipe, y por el cultivo del café. La historia mítica del café, arraigada en la Capital de la República narra que el Padre Sojo, acompañado por Don Bartolomé Blandín y sus hermanas María de Jesús y Manuela, que también eran amantes de la música, reunían en sus respectivas haciendas de Chacao (La Floresta y San Felipe) a los aficionados a la música, en amenas reuniones bajo las arboledas de las haciendas distinguidas también, por el cultivo del café.

José Antonio García Mohedano, fue un sacerdote español designado como primer Párroco de Chacao. Nació en Villa de Talarrubias (Extremaduras españolas) y llegó a Caracas en 1.756. Al poco tiempo recibió las sagradas ordenes y lo asignaron en el cargo al crearse la Parroquia San José de Chacao, el 30 de septiembre de 1.769, tras someterse a concurso. Tomó posesión de su cargo el 18 de enero de 1.770, estando al frente de su Parroquia y sin descuidar sus deberes eclesiásticos, tuvo el mérito de haberse dedicado al cultivo del cafeto con la finalidad de utilizar los ingresos obtenidos con el producto, para elevar el nivel de vida de la Parroquia, reconstruir la iglesia y hacer la casa parroquial. El éxito de la producción del café no fue sólo en Chacao. La noble cereza estaba destinada a convertirse en la primera riqueza de exportación y consumo para Venezuela. El padre Mohedano se mantuvo 29 años al frente de la parroquia, antes de que el Rey Carlos IV lo eligiera para ser Obispo de Guayana, lo cual fue confirmado por el Papa Pío VII, siendo consagrado por el Dr. Francisco Ibarra Herrera, quien a su vez fue el primer Obispo nacido en Venezuela.

Las palabras del Padre Mohedano las recoge la historia venezolana, y especialmente la historia de Chacao, cuando alguna vez expresó: “Mi único deseo, mi anhelo es ver feliz a mi grey, por lo que aspiro continuar siendo médico del alma y médico del cuerpo. Rematar el templo de Chacao, ver desarrollar el cultivo de café, y después morir en el seno de Dios, con el cariño de mi grey, he aquí mi única ambición”

Se dice que fue el presbítero Pedro Ramón Palacios y Sojo, en compañía del Presbítero García Mohedano, fundaron la primera plantación comercial con objetivos de exportación de café en Venezuela, y la primera escuela de música, pues amaban tanto a ésta como a la naturaleza. En efecto, por una de aquellas casualidades, se atribuye solo al Presbítero Antonio José García Mohedano, la primera siembra comercial de café en Venezuela, cuando tanto éste, como el Presbítero Palacios y Sojo tuvieron igual participación en el memorable hecho. En el año 1.799, poco antes de morir el Padre Palacios, deja herederos universal de sus bienes a la Congregación de Padres Neristas y por Administrador de su hacienda a Don Martín Tovar Ponte. Fue pues, en la hacienda propiedad del Presbítero Palacios y Sojo, en donde sembraron los primeros cafetos en escala comercial y fue igualmente allí, en donde se celebró la degustación de la primera taza “de café, preparada con los primeros frutos cosechados, en la plantación antes nombrada, en acto que fue amenizado con partituras de Mozart, Pleyel y Haydh. Fiesta bellamente descrita por Arístides Rojas y Luis Correa; según el documento de la Alcaldía de Chacao.

Así pues, para 1.786, en los Valles de Caracas, se celebró la primera recolección o cosecha de café, liderada por lo presbítero José Antonio García de Mohedano, cofundador del primer cultivo a escala comercial, con objetivo a la exportación; quien, según relatos recopilados, al brindar con el humeante y oscuro brebaje expresó: “Dios bendiga al hombre de los campos sostenidos por la constancia y por la fe, bendiga Dios el fruto fecundo, don otorgado por la sabia naturaleza a los hombres de buena voluntad”.

En el año 1.970 comenzó uno de los periodos más interesantes en la historia sobre el surgimiento, de la hoy, República Bolivariana de Venezuela. Periodo, preponderante para nuestra historia cultural y política, fusionada con la producción de café; porque ocurrieron hechos trascendentales para el país, como fueron: “La Conspiración de Gual y España, en el año 1.801”; “Los intentos Emancipadores de Francisco de Miranda, en el año 1.806 y, por supuesto, todo el proceso independentista”. Y, los músicos de la época, tuvieron activa participación en esa “Revolución Independentista”; a pesar de la inestabilidad que existía, siguieron produciendo repertorios de altísima talla y una intensa actividad musical en las cofradías, o con la actividad musical en Chacao… “haciendo conciertos, día y noche, en sus haciendas de café”… A pesar de la inestabilidad política existente.

Estos eran años durante los cuales Venezuela, vivió su mejor época de país esencialmente agrícola, ya que, para aquella época, no existía el abastecimiento minero-industrial.

Para 1.886, la “Hacienda Cobalonga” de los Valles de Aragua, obtuvo el certificado internacional que otorga a Venezuela: “El primer lugar, como productor de café suave en el mundo... por su calidad”

Así mismo por éste tiempo, fue famosa la hacienda “La Elvira” arraigada en lo que hoy se denomina “Parque Nacional Guatopo”. Se dice, que para finales del segundo tercio del siglo XIX se había construido una vía férrea para sacar su producto... “Café de exportación”

Como testimonio histórico de la presencia del café en Venezuela, “El Centro Cultural La Estancia”, actualmente se conserva como una dependencia de “Petróleos de Venezuela (P.D.V.S.A.)”. Está ubicado en la Avenida Francisco de Miranda, Urbanización La Floresta; allí se puede apreciar el “Museo del café”, así como también se pueden admirar plantas que son descendientes de aquellas pioneras que llenaron de gloria a los venezolanos que producían “el mejor café del mundo”.

COSECHA Y BENEFICIO: LA EXCELENCIA DEL CAFÉ

Es valedera la acotación de que la calidad del café está determinada por la forma de “Espicar el fruto” (recolectar puro café maduro) Es decir, la forma de recoger los granos en su punto optimo de maduración, sin mezclas en cuanto al grado de esa maduración, dejando las cerezas verdes y/o pintonas, en las plantas hasta que estén aptas para el proceso, se deben recoger las cerezas sin maltratar las matas, sobre todo en las ramas generadoras de próximos frutos, todo este proceso se realiza de forma manual, perfeccionándose con la experiencia que tenga la mano de obra recolectora, luego viene, preferiblemente, el proceso denominado “Beneficio, que puede ser Seco o Húmedo”.

“El Beneficio Seco”: Es el más rápido y sencillo, produce los denominados cafés naturales corrientes, que son de inferior calidad y se obtienen dejando secar al sol, a la cereza de café, a los frutos maduros o pintones, con todo su contenido o envolturas, en un patio de secado para que se separen del grano (En el estado Lara, como consecuencia directa de la situación económica de los caficultores, generalmente, se realiza esta labor sobre plásticos, lo cual desmejora la calidad del café) Las cerezas se remueven con un rastrillo, después de secadas se separa lanzándolas al aire, generalmente, con una bandeja de madera o azafate o se pasa, el fruto seco o parapara, por la máquina descerezadora o trilladora, anteriormente y actualmente en algunos lugares se trillaba o trilla café, en un canal generalmente hecho de piedra, de forma redonda, sobre la cual gira una piedra movida por bestias (Mulas, caballos o bueyes). Existen centrales de beneficio seco en los cuales, los granos de café, una vez trillados, se pulen para eliminarles los restos de una delgada película que se adhiere alas semillas y que se denomina endosperma.

“El Beneficio Húmedo”: Así se denominan las labores de despulpar frutos maduros, fermentarlos, lavarlos, y secar el café, dando origen al café en pergamino. Comienza con una primera selección de las cerezas antes de despulpar, esta actividad se realiza echándolas en un tanque con agua y sacando todos los granos que floten. También se puede usar un sifón (Tanque tipo embudo) Se debe despulpar (Quitar la primera envoltura, pulpa del café), el mismo día de cosechado y antes de las cuatro horas de agarrado, por lo tanto, no se debe recoger más café, del que se pueda despulpar en un día. Si se tiene que dejar café, para despulpar al día siguiente, debe dejarse en agua para evitar que se caliente, pero ya pierde calidad.

Después de despulpado, se debe dejar en un tanque entre catorce y veinte horas, sin agua, para que fermente (Proceso químico natural al cual se somete el grano de café durante el proceso de beneficio para poder quitar la baba o mucílago) El tiempo de fermentación depende del clima, la altura e intensidad de la luz. A mayor calor, mayor rapidez de fermentación. Generalmente, para saber si el café está fermentado se introduce un palo entre las cerezas del tanque, si queda abierto el hueco hecho con el palo, el café está listo. Si los granos se unen todavía no está listo. También se puede agarrar un puñado de café y, si no se resbala en la mano, quiere decir que ya está listo para lavarlo. Después de fermentado el café, se llena de agua el tanque y se lava amontonándolo en rumas, se revuelve o restriega constantemente hasta que eche agua clara. Generalmente se le hacen tres lavadas, con agua limpia. Los granos vanos (Fruto que está formado pero no posee grano o almendra. Es pura concha) y aljorrados (Granos mal formados por causa de enfermedad o falta de nutrientes), se clasifican en la lavada, ya que flotan. Si el café está bien lavado se seca más rápido. Por eso hay que quitar muy bien, la baba. Cuando se agarra un puñado de café y no se queda pegado en la mano, quiere decir que ya está bien lavado.

Si no queda bien lavado: El Café no seca bien. Pierde peso. No se pone de color rojo y huele a baba (O mucílago: capa que envuelve al grano o fruto, formada por agua, peptinas, azúcares y ácidos orgánicos), después de trillado (Quitar el pergamino, luego que termina el secado, para obtener el café para la venta denominado: Café Oro)

Al despulpar se tiene que añadir agua para que los granos no se quiebren. El grano negro lo produce la máquina que lo pela, la despulpadora. Se tiene que calibrar y controlar bien a la despulpadora. Se debe graduar a seis milímetros entre pechera y cilindro (Con pechera de hiero), y a nueve milímetros (Con pechera de goma), para que no se parta el grano o lo bote hacía atrás.

Se puede zarandear (seleccionar los granos) el café después de despulpado para eliminar las conchas y paraparitas. Al tanque caen la pura tajada o grano nuevo. Pero antes de lavarlo, algunos granos no los pasa la zaranda, por ser demasiado grandes, hermosos. Por esto zarandearlo después de lavarlo es mejor, ya que se aprovecha todo el café. Se zarandea con un tamaño de hueco de ocho por ocho centímetros. Así sale más rápido.

Es muy importante despulpar los granos maduros de los verdes, pintones, manchados o los que están caídos ya que estos son de una calidad de café inferior.

Luego de realizar estas labores es conveniente secar el café, por lotes en un patio, al aire libre, con un máximo de un dedo de espesor (Dos centímetros) Se rastrilla o se revuelve cada quince o veinte minutos, hasta que arrequinte. Cuanto más se mueve, más rápido se seca. La mejor secadora es el sol. Este proceso dura entre tres y cinco días si se cuenta con buen sol. Un café arrequintado (Secado, listo para trillar, con 12% de humedad) si se deja apilado o se mete en sacos bien caliente, se pasa de seco. Por ello hay que extenderlo para que se enfríe antes de ensacarlo.

No es recomendable manipular el café en sacos de nylon, mientras se está secando, porque hace perder calidad, ya que no se ventila y se calienta, por lo tanto, es recomendable usar sacos de sisal o amontonarlos en silos.

Cuando el café está bien seco o arrequintado se conoce porque: Tiene un color carey claro, es el punto. Tiene un sonido claro... sonoro, cuando se revuelve. Cuando con la mano se restriega el grano, y el pergamino (endocarpio o tercera envoltura del fruto) sale fácil.

Una lata llena con este café pesa nueve kilos.

Esta es la mejor alternativa. Antes o después de este punto (nueve kilos de peso y doce por ciento de humedad), significa o que no está bien seco, o que está pasado, se pierde peso o se corre el riesgo de fermentación posterior.

La otra posibilidad es la utilización de la secadora a gasoil pero, el café puede quedar arrebatado si no se saca poco a poco, lento. Por eso se recomienda solo un pre-secado y luego llevarlo al patio, para que el café, no agarre el olor a gasoil y otros aromas en los sacos.

Por ultimo el proceso del “Beneficio”, en el ámbito del productor tiene el “trillado”: La trilladora tiene que estar bien regulada para que no parta el grano. Que lo sople bien, que lo bote por el tubo. Que no pase mucha concha, ya que con esto baja la calidad. Ni cafés arrebatados o pasados se trillan bien, salen muchos granos partidos.

El café no se debe almacenar directamente sobre el suelo, para evitar que absorba humedad.

El objetivo principal de esta acotación es el tratar de explicar que, la producción de café, bajo la responsabilidad del productor primario tiene una fase que podemos hasta denominar de agro-industrial, que determina inobjetablemente a la calidad de la noble cereza y, los primeros equipos utilizados para este proceso de eliminar la “concha y el pergamino del café, fueron pilones de madera. El ingenio creador de los caficultores hizo que se elaboraran trilladoras formadas por dos pilones (morochos) de madera, dos manos de pilón unidas por un eje horizontal conectados por una palanca larga que era accionada por el pie de quien la estuviese operando. Al pisar la palanca el operario, ésta levantaba las manos de pilón, que caían simultáneamente sobre los granos depositados, previamente, en las cavidades de los pilones. Estas trilladoras tenían capacidad para cuatro sacos de café por día.

Después de triturada la concha y el pergamino, se ventilaban los granos, generalmente, en un azafate, para que quedara limpio el café.

Después de la utilización de los “pilones trilladoras” aparecieron las llamadas “Tahonas”, que era un tipo de trilladora con mayor capacidad, construidas con una rueda de madera o de piedra, de gran tamaño, que a través de un eje (Que denominaban muñecos) o una palanca eran impulsadas, generalmente, por dos mulas que hacían desplazar al borde de un muro circular que generalmente era construido en piedra, y en cuyo piso se colocaban los granos de café. Se calcula que para 1.920 comenzaron a ser utilizadas trilladoras movidas con motor.

Se tiene conocimiento de que el conocido filántropo Willian H. Phelps, para 1.897 construyó una trilladora con dos engranajes y un tubo de hierro, asentada en una base de madera, también era movida con tracción a sangre, específicamente, por dos caballos.

En Caripe para 1.922, el señor Juan Agostini, utilizando la energía hidráulica, a través de una rueda de madera, produjo la energía eléctrica necesaria para hacer funcionar la primera secadora de café en el oriente del país.

Desde hace varios años se están utilizando equipos especiales para procesar el café con muy poca agua, eliminando la fermentación, ya que el equipo separa y el mucílago en una operación simultánea, lo que permite pasar el café pergamino directamente a la secadora. Además la pulpa y el mucílago se pueden utilizar directamente para obtener de ellas subproductos como alimentos para animales, peptinas, etc., a este tipo de beneficio se le denomina semi-húmedo

Finalmente el café se escoge a mano para eliminarle los granos negros, partidos o deformes, para después ensacarlos en sacos de fique.

Si es con destino a exportación en la actualidad se pasa por las llamadas clasificadoras de café. Los granos de café preparados en esta forma se conocen en el mercado mundial con los nombres de Café Verde o de Café Oro. (Numa García Andrade-Los Usos del Café)

BREVES COMENTARIOS SOBREANTECEDENTES Y ANÉCDOTAS

DE ALGUNAS UNIDADES DE PRODUCCIÓNCAFETERA



Hasta principios del siglo XX la producción de café tuvo un crecimiento sostenido, lo cual puede comprobarse con las cifras históricas de exportación. El cultivo se había venido incorporando rápidamente a las haciendas cacaoteras, de la región centro-norte costera, no interfiriendo con otros cultivos y pudiéndose utilizar terrenos con mayores y pronunciadas pendientes, protegiéndolos de la erosión. La ubicación al norte del país presentaba ventajas estratégicas porque ya existían vías de comunicación y estaban cercanas a los puertos.

Este crecimiento sostenido que tuvo como génesis las márgenes del Orinoco, se había expandido en zonas de estados y poblaciones conocidas, como fueron: Cumaná, Río Caribe, Aragua y Carabobo, propagándose hasta llegar a los estados andinos. La producción de café, valorizó en gran medida a los estados Táchira, Mérida, Trujillo y especialmente al estado Lara, En Maracaibo demostró su influencia económica por el movimiento monetario generados por la exportación de café, como puerto que es, en Maracaibo, el café, generaba una intensa actividad en el área de servicios, como son: Transporte, almacenaje, seguros, gastos aduanales, etc.

Se tiene conocimiento de que para 1.870, aproximadamente, se comenzó a cultivar el cafeto en los Andes venezolanos. Aquí comienza la verdadera expansión del cultivo, debido a la mayor disponibilidad de tierras aptas, de muy bajo valor comercial en aquella época, clima optimo y disponibilidad de mano de obra suficiente.

Mítica y legendaria la historia de la producción de café, se magnifica en los Andes venezolanos, en las haciendas merideñas “La Victoria y Santa Rosa... y en Lara, en la Hacienda propiedad de la Fundación para el desarrollo de la Región centro Occidental (FUDECO) enraizada en el pleno nacimiento de las montañas andinas, en la zona de la población de Villanueva, Parroquia Hilario Luna Luna del Municipio Morán, ”.

Los conocimientos sobre la “Hacienda La Victoria” se remontan a los finales del siglo XIX, al año de 1.893. Está ubicada en una intercepción, entre la ciudad de Mérida y el Vigía y que lleva hacía las poblaciones de Tovar y Bailadores, en el Valle del Río Mocotíes; a pocos kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de Mora, en el estado Mérida. En su origen funcionó como un Monasterio y posteriormente fue transformada en finca de café. Es a principios de 1.915 cuando Don Calógero Paparoni, inmigrante de origen italiano, la compró, y acondicionó la vieja casona de estilo colonial, para el procesamiento (Beneficio) y almacenaje de café, con destino a la exportación, la cual se realizaba a través de los Puertos del Zulia. La casona, de gran valor arquitectónico, fue conservada prácticamente igual, a como se puede apreciar en la actualidad. Don Calógero estuvo frente a la administración de la finca hasta el año 1.950 aproximadamente. Luego pasó a manos de su hijo Enrique Paparoni, siempre bajo la supervisión de la experiencia del inmigrante italiano, se cree que, hasta el año 1.958, cuando muere Don Calógero y, para finales del año 1.960, se encargó de la Hacienda, su hijo, Américo Paparoni. La hacienda La Victoria fue vendida al Ejecutivo del estado Mérida en el año 1.991, como una consecuencia de los bajos precios del café, para ese entonces; Actualmente la Hacienda sirve de sede a una escuela universitaria de agricultura, además en la vieja casona, la cual fue restaurada, funcionan dos museos dedicados al café y al inmigrante, considerándose una de las estructuras más representativas y mejor preservadas de la arquitectura colonial venezolana.

Desde principios del año 2.005 esta casona, monumento patrimonial de la historia de la caficultura nacional, está siendo utilizada como albergue de refugiados para las victimas de la tragedia ocasionada por los deslaves del Valle de Mocotíes, desdicha que comprueba la depredación y el exterminio de la caficultura nacional. Allí, en la vieja casona de la finca que es la sede de dos museos, se instalaron decenas de familias damnificadas y hasta ahora se mantienen en esa condición.

Así mismo, de Gaetano Minuta, descendiente de los propietarios originales de la Hacienda, originales se obtuvo la narración de la historia de la “Hacienda Santa Rosa”...

Para 1.910 llegaron a la Venezuela aldeana de los años de la dictadura del Benemérito Juan Vicente Gómez, los hermanos italianos Francisco y Roberto Paparoni Cognillo, y compraron un lote de terreno en la Aldea La Macana, a quince kilómetros de Santa Cruz de Mora, Municipio Pinto Salinas del estado Mérida... ahí construyen la infraestructura necesaria y desarrollan la “Hacienda Santa Rosa”. La infraestructura, la construyeron con cemento traído de Italia en latas; el zinc que utilizaron tuvo el mismo origen. Valiéndose de la accidentada topografía, construyeron una central de beneficio, aprovechando los diferentes desniveles, con la intención de reducir el costo de producción, reduciendo la utilización de mano de obra. Construyeron un tanque de recepción con capacidad para 2.500 kilos (55 quintales aproximadamente) de café en cereza, y por gravedad la pasaban a un sifón, para seleccionar el café y eliminar las piedras y demás materias contaminantes, que restaban valor al producto; de ahí, pasaban las cerezas a los cilindros, donde eran despulpadas y caían en dos tanques de fermentación. Uno para el café de primera y otro para la cachaza. Luego la pasaban al tanque de lavado y posteriormente, también por gravedad, al patio de secado, para la época era lo que se llamaba una buena oficina de café. Por caída completamente vertical de agua, de más de seiscientos metros, a una turbina, “inventada por Don Luis Zambrano”, tecnólogo popular, quien electrificó innumerables caserío y pueblos merideños, Doctor Honoris Causa de la Universidad de los Andes. Con esa turbina generaban ocho caballos de fuerza, energía que era utilizada para hacer funcionar la maquinaria necesaria para el beneficio del café y posteriormente para 1.941, con una dinamo lograron generar dos kilovatios de electricidad.

Para 1.948 ante la enfermedad de Francisco Paparoni Cognillo, aquellos inmigrantes europeos le entregaron la administración de la finca al Sr. Vicente Santaromita, y viajaron a Italia, en donde murieron, seis meses después. Con aquella administración la producción comenzó a mermar y a partir de 1.963 se intentó vender en cuatro oportunidades dificultándose las transacciones de compra-venta por, por la dificultad de construir cualquier vía de comunicación hacía la finca, porque las posibilidades de acceso eran a través de otras fincas.

Para finales de 1.975 la familia Minuta Arenas decide comprar la “Hacienda Santa Rosa”, transacción comercial que se efectúa en 1.976. desde entonces, la administración de esta importante unidad de producción agrícola está bajo la responsabilidad y profundos conocimientos en materia cafetalera de Gaetano Minuta Arenas.

Para poder construir la carretera, en 1.978, tuvieron que comprar otra hacienda, la finca “Bella Vista”, ya que su dueño no autorizaba el paso de la maquinaria, igualmente, así mismo, por falta del apoyo gubernamental, de aquella época, tuvieron que comprar un tractor D8. Con estas dos inversiones resolvieron el problema. Actualmente la finca dispone de más de dieciocho kilómetros de carreteras internas, se sembraron más de 100 has de café, distribuidas en 20 cortes, todos con vialidad, con un mínimo de 6 metros de ancho, y cada corte con su hoja de vida, para su control. Igualmente se sembraron cinco hectáreas de cambures, ochenta árboles de aguacate, naranjas, manzanas, durazno, papas, tomates, ajos, apio, se criaron 30 vacas Holstein y Pardo Suizas, 10.000 gallinas ponedoras, 300 ovejas africanas, 250 patos canadienses, 10 yeguas, para criar mulas, el medio de transporte del caficultor, 10 Cochinas, se construyeron habitaciones y baños para alojar 220 obreros, se amplio el central de beneficio para procesar hasta veintiséis mil kilos (565 quintales aproximadamente) de cereza “de producción diaria”; se instaló una secadora, dos trilladoras, una pulidora, una clasificadora San Francisco, y una planta de Lister trifásica, con capacidad de dieciocho kilovatios hora.

La producción record bajo la administración Minuta Arenas, fue de ciento sesenta y cinco mil seiscientos kilos, (Tres mil seiscientos quintales), resultado de la siembra de lotes de café con las variedades, Caturra, Mundo Nuevo, Borbón, Catuaí, Catimor (Rojo y Amarillo), una parcela experimental con todas las variedades juntas y Typica, mejor conocido café criollo.

La “Hacienda Santa Rosa” está ubicada a una altitud que va, desde los un mil cincuenta metros sobre el nivel del mar hasta los dos mil seiscientos metros sobre el nivel del mar, en los predios de la finca se encuentran diez nacientes de agua dulce, que dan su origen a siete quebradas y dispone de un banco eléctrico de setenta y cinco kilovatios hora.

Entre los caficultores merideños destacados que se dieron a conocer entre en la segunda mitad del siglo XX tenemos a, Antonio Ramírez, de la aldea el Maporal, Evaristo Quiñones en Quebrada El Barro, Manuel Guerrero en Rancherías, Rafael Montoya en Mesa Bolívar. De los años ochenta, entre otros podríamos nombrar a José Tortolero, radicado en Zea, en la finca “El Playón”, supuestamente, fue promotor de las siembras intensivas y, decía que tenía una productividad de 100 quintales por hectárea, dos años antes de su muerte, ante la debacle en la cual se exterminaba a la caficultura nacional, entre amigos comentó: “Si quieres hacerle daño a un enemigo, regálale una finca de café”. Tortolero había comenzado con un criadero de conejos, que no le dio resultado. Los caficultores de la zona, comentan que él cuantificaba el café comprado “en colora’ o” como producido en su finca; tenía una visión progresista, fue quien que inició en Mérida la lombricultura.

Otro destacado caficultor de merideño es Antonio Ruiz, muy conocido por su excelente central húmeda de café, con el cual le presta servicio a los caficultores. En Mesa las Palmas, fue el creador del primer vivero central de FONCAFÉ. En terrenos de la Hacienda La Victoria por el año 79-80, cultivo un millón de chapolas (Plántulas de café) fue defensor inquebrantable de la variedad Catuaí amarillo. Defiende la tesis de la siembra intensiva, y desde el año 1.994 constituyó una empresa comercializadora de café que compite con la Pacca de la zona. Entre muchos productores a quienes pido excusas por no nombrarlos, podemos citar a: Jesús (Chui) Moreno en el año, en el año 1.970 compró la finca de los Echeverría y en 1.995, compró la finca de los Aguzzi, llamada el Canalón, allí sembró más de 100 hectáreas de café. En el año 2.002 tumbó los cafetales y los convirtió en potreros, como consecuencia de la crisis ocasionada por los precios viles impuestos a los productores. Se cuenta que, Rogelio Guillén en Campo Alegre, abandonó su finca, e hizo un pacto con los obreros para trabajarla a medias, y se fue a otra finca en el llano, para ceba de ganado. Presuntamente estas son leyendas de la zona cafetalera del Valle de Mocotíes, donde se produce el mejor café de Venezuela. Con la infraestructura instalada en aquellos lugares, se logra esta calidad.

En el estado Lara, Municipio Morán, Parroquia Hilario luna, la hacienda que fuera de Don Eduardo Hernández, se sublimiza en su grandiosidad, porque parte de ella actualmente, constituye una finca que es propiedad de la “Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental (FUDECO)” Don Eduardo Hernández su ex-propietario, la fundó en el último tercio del siglo XIX. Don Eduardo Hernández, era mejor conocido como el Rey del Café, no solo era propietario de esa hacienda, sino que también tenía fincas en las cuales cultivaba café, en la zona conocida como Marilionza, en la misma Parroquia, distante aproximadamente a veinte o veinticinco kilómetros de la población de Villanueva, así como también en Terepaima, Municipio Palavecino, del mismo estado Lara; era comercializador de café y llegó a exportarlo por Maracaibo; actividad comercial que realizaba a través de algunas empresas cuyos propietarios eran de origen Alemán.

La Hacienda tiene su origen en el año 1.895, con la partición de una Posesión, cuya mensura general dio una superficie de “ocho mil doscientas cincuenta y cuatro hectáreas y cuarenta y cuatro áreas” Acotando el documento de partición que: “En esta vasta extensión ya deja verse que existen terrenos de muy diversas clases y de condiciones distintas, ya por la naturaleza geológica de la superficie, ya por la clase de cultivos a que estaban destinados, ya por lo apartado de los caminos y por la consiguiente mayor o menor facilidad para el beneficio y transporte de los frutos, como también por encontrarse aún una parte de dicha extensión completamente inculta a la vez que la otra es el centro de una aventajada actividad agrícola. Por estas razones tratando de mediar entre las ventajas y desventajas que presentan las diferentes regiones que han sido objeto de la división y teniendo en cuenta una feliz compensación de la naturaleza que parece haber ido aumentando la capacidad productiva de los terrenos a medida que estos se encuentran más internados y distantes de las vías de comunicación existentes he distribuido la posesión en la relación de los números 28-35-56-70 y 84 los cuales han servido de multiplicadores fijos para los diferentes derechos según los lugares en que se radicaba la adjudicación; a saber: el primero para la hoya hidrográfica de la Quebrada de Villanueva (...)

(...) Por estar de acuerdo la generalidad de los condueños en separar de la superficie total de la posesión un área suficiente para la fundación de un pueblo, cuyo principio ya es notable, y de conformidad de la voluntad expresada por ellos sobre tal propósito, separé de la superficie general, anteriormente expresada, y de acuerdo con los mismos condueños, una extensión de ciento ocho hectáreas, destinadas al objeto deseado”. Deduzco entonces que, esta es la partida de nacimiento del pueblo de Villanueva.

De una de las descendientes de don Eduardo Hernández, de quien omito mencionar su nombre por ser su voluntad, tomo el relato siguiente: “Eran aquellos los tiempos de arrieros, porque en definitiva, eso eran ellos. Arriaban sus recuas por las soledades de Villanueva, El Charal o de Biscucuy”. Tiempos en los cuales, en cualquier madrugada se aparecían “Los Montoneros”. Expresa que, siempre se preguntó ¿Quiénes eran esos hombres? Que más tarde adivino que eran herederos de aquellos que reclutaban Boves, Bolívar, o Morillo indistintamente, y que casi nunca sabían en que bando peleaban, la cosa era seguir a un jefe. Cuenta que, entraban a la cocina raspando espuelas, gloriosamente embarrialadas. El jefe, con figura alta y magra, ordenaba con voz de trueno, entre escupitajos de aguardiente: “Fríteme unas cien ñemas pa´ estos hombres; mate dos gallinas; saque café y acemas que tenemos hambre y estamos cansaos y, con la misma, iban al almacén. La casa de comercio de Don Eduardo Hernández (Hasta hace algunos años existió esta casa, donde se ha debido hacer un Museo del Café pero, la ignorancia destruyó esta memoria histórica del pueblo), y mandaban al “dependiente”: “Bájenme tres quesos de Flandes y otras tantas botellas de Brandy, estos hombres tienen sed; y ante la negativa del “dependiente”, que solicitaba una orden de don Eduardo Hernández, abrían las botellas a tiros y se “bañaban” los pantalones con la colonia Jean Marie Farine”

Entre estas “historias” de los pueblos de Lara, fundaron las haciendas de café, hombres recios y decididos a levantarse como una clase social próspera para aquel entonces, pioneros de lugares que aún son inhóspitos, carentes de electricidad, vialidad y de los más indispensables servicios. Donde en la actualidad dicho común entre los lugareños es que: “Cuando salen con un herido, al puesto de salud más cercano, llegan directo a la funeraria, porque en el trayecto, el enfermo se les muere”.

Aún así, esta zona es la mayor productora de café del país, se ha cuantificado que, entre Villanueva y la Raya de Portuguesa, vía La Laguneta, Santa Marta, más de veinticinco caseríos, producen más de cien mil quintales de café al año.

Allí, en este sitio, es donde, como un corazón palpitante, desde el año de 1.978, funciona la Hacienda propiedad de la “Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental (FUDECO)” El personal de la finca realiza una labor que puede catalogarse como experimental e integra su capital humano; el cual está constituido por técnicos de reconocida probidad, esto asociado a las condiciones edafoclimáticas optimas de la zona, y su aquilatada trayectoria en la producción de café, hacen de la Finca, un bastión cafetero que obligatoriamente se debe preservar, más aún cuando en la actualidad es el único que queda ante la desaparición de Bramón, de El Laurel, y la extinción casi total de los técnicos cafetaleros formados con la anuencia del “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)”. La finca brinda accesoria profesional a estudiantes pasantes, de diferentes universidades y escuelas técnicas, de Barquisimeto, Quibor, El Tocuyo, Humocaro Bajo y Humocaro Bajo, Biscucuy, Chabásquen, Ospino, etc.

Existen razones de indiscutibles e imperiosa importancia por las cuales hemos propuesto la impostergable creación, de “UNA ALDEA UNIVERSITARIA”, en los predios de esta finca. Razón por la cual transcribo correspondencia entregada al Licenciado Francesco Leone, Rector de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, la cual expresa, por sí misma, la necesidad y la trascendencia de la creación de esta Aldea Universitaria.

Barquisimeto: Mayo, 20 de 2.005

Ciudadano Rector:

Francesco Leone

Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (U.C.L.A.)

Su Despacho.

Ciudadano Rector:

Reciba usted nuestro respetuoso saludo, en la oportunidad presentarle nuestra propuesta para la creación de una “Aldea Universitaria” en la población de Villanueva, Parroquia Hilario Luna Luna, Municipio Morán, del estado Lara. Sabido su interés por la proyección de la Universidad hacía el entorno; conocidas vuestras declaraciones en medios de comunicación social, de “ser partidario de que en los municipios hayan Aldeas Universitarias, lo que daría flexibilidad a diferentes carreras por parte de diferentes universidades”. Por ser el estado Lara el primer productor de café en el país, y ante el inicio del “Plan Café”, emblema gubernamental en materia agrícola, se hace prioritario la preparación de profesionales con formación universitaria, siendo inminente la necesidad inmediata de formar técnicos en café, pudiendo expandirse esta especialidad en floricultura, agropecuarios y agroindustriales, entre otros. Esta propuesta ya ha sido analizada en eventos de connotación nacional como son: donde ha quedado plasmada esta necesidad, y exigencia de los pobladores de la zona, la cual se magnifica por ser el Estado Lara el estado de mayores índices de producción y productividad de café en Venezuela, la cual se ha calculado en 300.000 quintales/año aproximadamente, con rendimientos entre 10 y 12 quintales / ha. Comparativos con los 14.5 qq/ha. de Colombia, o los 11,8 qq/ha. de Brasil; Primer y segundo productor de café, en el mundo.

La propuesta que presentamos tiene como base de sustentación lo siguiente:

Es necesaria la inmediata creación de un sistema educacional para la preparación de las generaciones de relevo en las áreas cafetaleras, esto surge ante la imperiosa necesidad de detener el éxodo de la juventud de la zona, a los cordones de miseria de las ciudades.

Para solventar la ausencia de carreras técnicas que preparen y capaciten idóneamente al caficultor haciéndolo más eficaz y eficiente en su labor (La única institución que especializaba al agricultor en el rubro café, era una escuela granja ubicada en lo que hoy es la Estación Experimental de Bramón, adscrita al Instituto de investigaciones agropecuarias (I.N.I.A.).

El Rubro café como factor conservacionista, preservador del ambiente y de indiscutible importancia en el desarrollo económico y social del país, requiere urgentemente, que su capital humano tenga los conocimientos suficientes para poder ser competitivos y retornar al sitio preponderante, ocupado en los tiempos en que Venezuela era el primer productor de café del mundo, por su calidad y el segundo en cuanto a la cantidad exportada.

Es obligatorio el manejo integral del cultivo del café desde el punto de vista de su sostenibilidad productiva, afianzando su desarrollo endógeno como cultivo ecológico y conservacionista, preservador de las principales cuencas hidrográficas del país (36 cuencas y 79 sub-cuencas). El 91% de las fincas cafetaleras venezolanas están ubicadas en cuencas hidrográficas. Para todo esto se necesita del capital humano egresado de las mismas zonas cafetaleras, asegurando la permanencia de estos profesionales en su hábitat natural, garantizándose así, la preservación de las nacientes de aguas de cuencas hidrográficas, como la de Yacambú y la Cuenca Alta del Río tocuyo, como también la preservación de Parques nacionales como el Dinira y el Terepaima, entre otros.

Siendo las universidades aliadas de vital importancia en el desarrollo endógeno, al promover en estas áreas cafetaleras el desarrollo agrícola sustentable, se lograría elevar la capacidad de respuesta de los entes gubernamentales hacía las zonas deprimidas.

Aprovechando la coincidencia de la coyuntural propuesta gubernamental de la creación de las “Aldeas Universitarias”, se cumple el objetivo fundamental de esta propuesta, que no es más que, cubrir la exigencia de los pobladores del “Eje Cafetalero, Lara, Portuguesa y Trujillo”, de satisfacer la necesidad de conocimientos idóneos, para la correcta ejecución del “Plan Café”, capacitando profesionalmente a estudiantes de poblados como: Villanueva, Guarico, Humocaro Alto y Bajo, Jabón, San Pedro, Barbacoas, Sanare, Biscucuy, Chabásquen, Boconó, etc. donde ya existen institutos de educación media.

Siendo palabras del ciudadano Ministro de Educación Superior, Samuel Moncada, que para la creación de una “Aldea “Universitaria” solo es necesario: 1. Los estudiantes (Quienes existen, por lo antes expuesto), y 2. Un sitio idóneo, con una superficie mínima de una hectárea, con propiedad definida; proponemos que el área física donde sea instalada la “Aldea Universitaria” sea en la Finca “Las Lomas”, aledaña a la población de Villanueva, Parroquia Hilario Luna Luna del Municipio Morán del estado Lara. Propiedad de la Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental – (FUDECO) Tiene una superficie, aproximada, de 180 hectáreas, entre las cuales se encuentran, 70 hectáreas, aproximadas, sembradas de café, 32 hectáreas, aproximadas, sembradas con Nuez de Macadamia, suficientes áreas de viveros y central de beneficio para ambos cultivos, 14 hectáreas, aproximadas, sembradas con pastos, 2 tractores, galpones que se pueden acondicionar fácilmente para iniciar en ellos la “Aldea Universitaria”, dispone del recurso humano capacitado con suficiente y comprobada experiencia en el rubro café, además de tener facilidad de acceso, suficiente energía eléctrica, agua de buena calidad y cobertura de telefonía celular. Podemos acotar que en Venezuela, difícilmente se encuentra otro sitio donde se conjuguen estas cualidades, para el logro de tan magno objetivo.

El “Eje Cafetalero Lara, Portuguesa, Trujillo” cuenta con institutos universitarios como la “Universidad centro Occidental Lisandro Alvarado” (U.C.L.A.), LA “Universidad Nacional Experimental de los Llanos, Ezequiel Zamora” (U.N.E.LL.E.Z), la “Universidad Nacional Experimental Politécnica” (U.N.EX.PO), la “Universidad Pedagógica Experimental de Lara” (U.P.E.L.) y otras de carácter privado; con institutos de investigación como el “Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias” (I.N.I.A.); con organismos de planificación como lo es, “La Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental” (FU.DE.CO.), en todos ellos existe el capital humano suficientemente preparado y capacitado docente, científica y técnicamente, que hace predecir el éxito de este proyecto.

Por lo antes expuesto proponemos para el inicio inmediato del desarrollo de esta “Aldea Universitaria”, como mínimo, la formación de “TÉCNICOS AGRÍCOLAS-MENCIÓN CAFÉ”, donde el personal docente sería escogido por su capacitación en áreas como:

Desarrollo Social.

Cultivo de café: Origen del cultivo – Fenología – Prácticas agrícolas – Cosecha – Beneficio – Torrefacción.

Administración: Contabilidad – Costos de producción – Manejo de Personal – Legislación laboral – Legislación Mercantil – Cooperativismo - etc.

Conservación del ambiente

Diversificación del cultivo: Utilización de los subproductos del café. Frutales – Forestales- Piscicultura – Ganadería- etc.

Proponemos a la vez, que sea analizada la posibilidad cierta de que, en un tiempo perentorio, este ambicioso proyecto sea ampliado, y cubiertas profesiones universitarias especializadas en: Ambiente – Forestal – Turismo – Enfermería – Contaduría – administración, entre otras

Sin más a que hacer referencia y a la espera de su pronta respuesta quedamos suscritos de usted.

Atentamente:

Fdo: Ing. Agr. Ramón Lugo Rodríguez UCLA – Agronomía

Prof. Miguel Arizaleta UCLA – Agronomía.

Maximiliano Pérez Representante de los Caficultores.



Desde su comienzo, estas dos grandes zonas productoras de café, la cordillera de la Costa (o del Centro) y la cordillera de los Andes han tenido estructuras agrarias diferentes. Mientras en la Cordillera de la Costa (o del Centro), el cultivo se localizó en haciendas que eran verdaderos latifundios, no solamente por su extensión física, sino por las relaciones socio-económicas entre propietarios y trabajadores. Las haciendas donde se localizaron los cultivares de café, no se limitaban a cultivar cacao, tabaco, o caña de azúcar, sino que disponían de tierras para cultivos de frutos menores como maíz, caraotas, raíces, tubérculos, etc., y además poseían instalaciones que actualmente llamaríamos agroindustriales (fermentadores, beneficios, trapiches y/o patios de secado, etc.), además de potreros para animales; Caballos, vacas lecheras, ganado menor (Ovejas, etc.) y corrales de gallinas. Con el producto de estas actividades se contribuía a la alimentación de la peonada y el excedente se comercializaba.

En la cordillera de los Andes las fincas cafetaleras eran de menor tamaño, conucos prácticamente mono-productores, que constituían y aún constituyen, explotaciones familiares, de economía campesina.

Las laderas montañosas, ubicadas entre los 800 y 2.000 metros sobre el nivel del mar, muchas de las cuales tienen vestigios de lava volcánica, resultaron ser el terreno ideal para el cultivo del café, en este aspecto tanto Venezuela como Colombia con el tiempo se convirtieron, en tierras productoras de café de altísima calidad.

Cuando terminó la Guerra de Independencia, Venezuela era una inmensa ruina. Aunque destruidas totalmente por la guerra, la agricultura y la cría comenzaron a operar lentamente, ayudando a un gradual crecimiento al país y convirtiéndose en el principal sector económico de la Nación. El fenómeno sobresaliente en las actividades agrícolas, durante la llamada etapa agropecuaria que transcurrió de 1830 a 1920, fue el ascenso constante de la producción cafetalera y por consiguiente, su predominio en la exportación. El total de los ingresos fiscales de la etapa agropecuaria para cubrir los gastos de presupuesto nacional alcanzó a los dos mil trescientos siete (2.307) millones de bolívares, con un crecimiento interanual de dos punto tres por ciento (2,3%)

Las exportaciones de café se habían incrementado hasta el año 1.919, cuando se exportaron ochenta y dos mil trescientos ochenta y dos (82.382) toneladas, un millón setecientos noventa mil, novecientos trece (1.790.913) quintales, (Sacos de 46 kilos); un millón trescientos setenta y tres mil, treinta y tres (1.373.033) sacos de 60 kilos, que es como se comercializa el café internacionalmente.

La expansión del cultivo en una importante porción del territorio venezolano, tuvo como resultado el haber alcanzado aquellos niveles de producción y de productividad, con una calidad inmejorable y así fue reconocida, esa calidad, con registros internacionales como mejor productor de café del mundo. Fue esta, una consecuencia positiva de haber optado desde un principio por cultivar, la variedad de café Arábiga (Coffea Arábiga), de cuestionada productividad pero, de inmejorable taza, de preferencia internacional, lo que la hace contar con una mayor comercialización mundial, tiene está variedad como características principales un delicado aroma y bajo nivel de cafeína, entre cero punto nueve y uno punto cinco por ciento (0,9 y 1,5%).

Esta forma o estructura de la economía venezolana duró hasta el primer cuarto del siglo XX. En medio de su modestia económica, en Venezuela, se había desarrollado una sociedad honorable, fundada sucesivamente sobre la base de la agricultura, del café y del cacao. Con el cultivo de estos dos productos se construyó una economía tradicional instituida estructuralmente en el trabajo de los padres y de los hijos; fijados todos a un medio sano, pues ambos cultivos son ecológicos y/o conservacionistas, o sean protectores del ambiente y de los suelos; preservadores de las aguas dulces en sus nacientes.

Era una economía agro–artesanal y la agricultura constituía la actividad económica a la cual se dedicaba la gran mayoría de la población. De ella se derivaba la parte más sustancial de la renta nacional. Por otra parte, en el país no había comenzado el desarrollo industrial, predominando en las secciones urbanas la labor artesanal formada por pequeños talleres que sostenían con sus trabajos las necesidades contemporáneas. Prácticamente, la exportación de un solo producto, el café, constituía la actividad económica que predominaba en Venezuela para principios del siglo XX.

Esta estructura económica herencia del siglo XIX, con el predominio del café, como monocultivo de agro-exportación cambió bruscamente. Hasta el año1.895, Venezuela había ocupado el tercer lugar entre los mayores productores mundiales de café, detrás de Brasil e Indias Holandesas. El país producía entre el 6,5 y el 6,7 % de la producción mundial, y entre el 15 y el 16% del total mundial de cafés suaves. Al año siguiente, en 1.896, alcanzó el segundo lugar como productor mundial en cuanto a cantidad y el primero entre los grandes productores mundiales de café, en cuanto a calidad.

“A partir del año 1.898 los precios internacionales comenzaron a tener fluctuaciones negativas, es el comienzo del descenso de la paridad precios-producción”

Los primeros desequilibrios importantes al nivel mundial, como resultado de una cosecha óptima y el superávit consiguiente surgieron en 1.902

La privilegiada posición de la caficultura venezolana pudo sostenerse durante estos años, pese a las fluctuaciones del mercado nacional e internacional. Al mismo tiempo Brasil, ya se presentaba como un sobre-productor y distorsionaba el mercado. Para el periodo 1.897-1.898, el café representaba el 83% de las exportaciones de Venezuela, para la cosecha de 1.908-1.909 había caído a un 48,8%, y para 1.918, Colombia nos superaba en volúmenes de exportación.

El surgimiento de la industria petrolera, durante la I Guerra Mundial, cuya producción comercial comenzó en 1.917, modificó el cuadro económico venezolano, apareció otro escenario en la Renta Nacional. El oro negro comenzó a desplazar y a superar a los rubros tradicionales de exportación que eran fuentes generadoras de divisas, la actividad cafetalera le cedió al petróleo el lugar preponderante que ocupaba dentro de la economía venezolana, y el apoyo gubernamental hacía el cultivo comienza a serle restringido. Al aparecer el petróleo comenzó el vuelco radical de la nación. Lo más resaltante que se puede observar fue la migración de los labriegos saludables de los campos agrícolas a los campos insalubres de la exploración primero, y de la explotación posteriormente. El señuelo del mejor salario escondía la trampa del mal clima con malaria, sífilis y tuberculosis que, hacía que, cuando los labriegos convertidos en obreros petroleros regresaban, era casi siempre para morir en su ambiente original.

La sustitución del café por petróleo no fue simplemente un cambio económico, sino que fue el comienzo de un cataclismo social que aún no se detiene ocasionando el vaciamiento de los campos, con el éxodo de los campesinos a los cordones de miseria de los pueblos y ciudades, para convertir al mejor y mayor capital humano agrícola del país, en marginalidad desasosegada y azarosa que ha tenido como consecuencia directa la violencia de las mega-ciudades, donde son victimas de la delincuencia y de las drogas. Según la “Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (F.A.O.)”, al estado venezolano le cuesta veintidós veces más, crear un puesto de trabajo en la ciudad, que en el medio rural.

El café es la segunda bebida estimulante más importante de la humanidad, después del té. Su cultivo ocupa a varias decenas de millones de personas, se calcula que a más de cincuenta millones de familias de campesinos, en más de 70 países tropicales, y su producción representa cerca del cuatro por ciento del comercio total de productos alimenticios. El cultivo del cafeto se ha hecho tradicionalmente empleando casi exclusivamente a la tierra y la mano de obra, con escasa fertilización y, en Venezuela es prácticamente imposible su mecanización debido a las dificultades topográficas de las zonas productoras, caracterizadas por pronunciadas pendientes. Históricamente, el crecimiento de la producción se ha efectuado con procesos de colonización de los espacios vírgenes del trópico húmedo.

A partir de 1.920, el comercio de exportación sufrió cambios sustanciales en su estructura, al ocupar el renglón de hidrocarburos el primer lugar en exportación. La industria petrolera comenzó a desarrollarse y la renta producida por el sector agrícola comenzó a escasear.

Algunas estadísticas apuntan que para el año 1.924, el estado Táchira era el primer productor nacional, de café, con un veintiocho punto setenta y tres por ciento (28.73%) del total, seguido por el estado Lara con trece punto noventa y cuatro por ciento (13,94) y por el estado Mérida con un doce punto veintiocho por ciento (12,28%). El estado Trujillo, también andino, producía un cero punto veintiséis por ciento (0,26%), situación que superó por el año 1.937, llegando a alcanzar un trece punto ochenta y seis por ciento (13,86%), de la producción nacional de café. La mítica cereza había encontrado en los andes venezolanos condiciones edafoclimáticas optimas para su desarrollo. De allí pasó a Colombia por Salvador de las Palmas y Cúcuta.

El descenso paulatino de la exportación de los principales productos agrícolas se inició a partir de la segunda década del siglo XX, empezando por el ganado y siguiendo por la producción de café y cacao. Esto se tradujo en un cambio del patrón poblacional, descrito anteriormente, que coincidió con el surgimiento de actividad petrolera. La década siguiente fue decisiva para que el petróleo modificase completamente el panorama económico del país. Las actividades agrícolas se estancaron, la industria petrolera creció. Esta expansión, como acotamos antes, contribuyó a un fuerte desplazamiento de la población del campo a la ciudad. En el siglo XIX ochenta por ciento de la población era rural y 20% urbana; mientras que en el siglo XX la población rural descendió al 20 por ciento y la población urbana aumentó a ochenta por ciento.

El auge económico que ha venido ocurriendo a partir de 1.920, ha sido producto de la expansión petrolera y, de lo que esta expansión ha representado para la economía del país, impulsando el crecimiento de diversas industrias, que a su vez, han contribuido al continuo crecimiento poblacional regional. Los impuestos gravados a la industria petrolera, la cual ha crecido gracias a la producción de petróleo y los precios petroleros en el mercado internacional, han formado casi totalmente los recursos de la renta fiscal, destinados fundamentalmente para el desarrollo industrial de Venezuela. Entre las nuevas industrias que se han establecido en la etapa petrolera se encuentran las que utilizan rocas como materias primas. La mayoría de estas industrias se encuentran ubicadas en las zonas de las cordilleras y sus piedemontes, y algunas en los Llanos.

PRECIOS-CRISIS

Durante la crisis que ocasionó la gran depresión estadounidense, desde el año 1.929 hasta 1.938, la actividad agrícola venezolana perdió valor como fuente generadora de divisas y la economía agro-exportadora liderada por el café, comienza a ser extinguida. El respaldo petrolero, hacía del bolívar una moneda que cada vez adquiría mayor valor, y eso no fue conveniente para que la economía agro-exportadora perdurara. Para la década de 1.920, cuando Venezuela, estaba de nuevo, en el tercer lugar como productor mundial de café, la cotización promedio del bolívar había sido de 5,37 bolívares por dólar. En 1.930 de 5,44; en 1.931 de 6,75; para estas fechas los precios del café habían sufrido un desplome impresionante desde veinticinco centavos de dólar la libra (0,25 cts./$/libra) en 1.925 a ocho centavos de dólar la libra (0,8 Cts./$/libra) Venezuela estaba en quinto lugar como productor mundial de café; para principios del segundo semestre de 1.932 era de 7,75 bolívares por dólar y, Venezuela ya ocupaba el sexto lugar.

En medio de aquel desastre económico norteamericano, las autoridades que regían la economía de los Estados Unidos, el 22 de octubre de 1.933, en un intento para superar la crisis decidieron devaluar al dólar, en un 34%. Muchos países productores y exportadores de bienes primarios, también devaluaron. Las autoridades venezolanas contando con el respaldo petrolero, decidieron no devaluar, estableciendo así, una valorización automática. Para aquel entonces, Venezuela ya estaba en el octavo lugar entre los productores de café, en el mundo. Para finales de 1.933 se cotizaba la moneda norte-americana en 3.94 bolívares por dólar. En enero de 1.934, se cotizó en 3.06 bolívares por dólar. Esto encarecía internacionalmente a los productos de exportación venezolanos agudizándose desde aquella fecha, la crisis en el mercado agro-exportador venezolano, reduciéndose el poder operativo de los exportadores, al reducirse sus ingresos, financiamiento y capacidad de almacenamiento.

A principio del año 1.936 se trató de incentivar a las exportaciones de productos agro-pecuarios con un sistema de primas y hubo una pasajera recuperación en café en los años precedentes a 1.938, por parte de quienes se dedicaban a su producción y comercialización en los mercados europeos, especialmente italianos y alemanes; De alguna manera involucrados en la II Guerra Mundial, pero... Fue inútil.

Para contrarrestar el efecto de la sobreproducción sobre los precios, el Gobierno brasileño tuvo que quemar 4 millones de toneladas de café, entre los años 1.931 y 1.939

“La decadencia de la primacía del café como rubro de exportación, evidentemente, había comenzado. La producción cafetalera había sido corroída en sus cimientos por los bajos precios internacionales y por una moneda sobrevaluada”.

El sistema de primas había funcionado hasta finales de abril de 1.937, cuando el gobierno nacional decidió valorizar plenamente al bolívar, en 3,09 bolívares por dólar; incentivando definitivamente la economía abierta a las importaciones y cerrando las políticas económicas para las exportaciones no petroleras. Quedó manifiesta la imposición de la economía petrolera a las estructuras económicas que habían sido tradicionales, en la medida en que, fueron aumentando los ingresos por las divisas generadas por la actividad petrolera.

La ignorancia e imprevisión del Estado venezolano apareció como una trágica realidad que cambió desfavorablemente la esencia nacional. Es posible que las guerras civiles, ocurridas durante el lapso del siglo, que concluyó en 1.903, indiscutiblemente hicieron al país un gran daño estructural; pero es cierto que la unidad del país realmente lograda por una paz impuesta y por la posterior evolución en casi diez años de parsimonia democrática y meritocrática de 1.935 a 1.945, había sentado las bases para ordenar a Venezuela como una verdadera República. La secuela de aquella economía cafetalera nos había vinculado fuertemente a Europa, a sus tecnologías, sus costumbres y su cultura. El francés era el segundo idioma; el modelo francés de pensamiento, nuestro modelo y el coñac y Champagne, por ejemplo, las bebidas de las clases aristocráticas. Alemania nos proveía de maquinarias perdurables, no eran desechables, se podían reparar, como son casi todos los bienes económicos en la actualidad. Así mismo, sus casas comerciales, establecidas en diversos sitios del territorio nacional, manejaban el comercio, lo inducían, estimulaban, pignoraban las cosechas y hasta servían de bancos, pues financiaban a los agricultores e intermediarios del café. Entonces el café, contribuyó inexorablemente, a afianzar los nexos con el continente europeo la circunstancia de una presencia muy significativa de italianos, entre los productores y exportadores de café, pertenecientes a la inmigración que llegó a Venezuela a partir del “risorgimiento” italiano, y se instalaron de preferencia en el pie de monte del país, hábitat preciso para el desarrollo del café, esto pareciera no ser coincidencia, allí se convirtieron en verdaderos especialistas en el cultivo y preparación comercial del grano conforme a las exigencias de los sofisticados mercados de Berlín, Nápoles, Londres o Nueva York, que lo requerían trillado y lavado, de procedencias predeterminadas, según el gusto del consumidor, quien establecía aquellas jerarquías. Vivía Venezuela, modesta pero virtuosamente la cultura del café, la cual integraba una familia estable y ordenada, percibiendo directamente el ingreso ganado con dignidad y esfuerzo.

La nación venezolana ha dispuesto durante la etapa petrolera, y en especial en el lapso de 1945 a 1981, de elevadas cantidades de divisas producidas mayormente por las rentas del petróleo vendido al exterior. Al mismo tiempo disfrutó de una libertad cambiaria que, aunada a la posición fuerte y estable del bolívar frente al dólar, estimuló la importación de toda clase de bienes. Este hecho, si bien por un lado constituía una reserva para el crecimiento de la producción de bienes de consumo, por otro lado estimuló la adquisición de maquinarias y equipos para el establecimiento de industrias. La alta capacidad para importar, debido a la facilidad de compras de divisas, así como los bajísimos aranceles aduaneros para importar maquinarias, muchas de las cuales estaban exoneradas, fueron los principales factores que contribuyeron a que el país pasara a partir de 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, de artesanal a industrial.

Después de la II Guerra mundial, el mercado Internacional conoció una etapa de auge y de alza de precios al reducirse la oferta. Brasil, que gozaba de una posición casi monopolista, vio reducida su participación en las cifras globales, del 70 al 42%.

El verdadero desarrollo de carácter industrial manufacturero comenzó en Venezuela por transformar una serie de pequeños establecimientos formados por pequeñas industrias organizadas, los cuales se conoce como el grupo de industrias tradicionales, ya que el origen de estas industrias pequeñas se remonta a los albores de la República. En 1.950, comienza a crearse la industria manufacturera de una manera incipiente, sin tener un programa. En ese entonces, la política industrial era un reflejo de la política del gobierno, que en aquel tiempo se orientaba con un programa intenso hacia la industria de la construcción, debido al crecimiento fiscal exponencial producido por el petróleo. A partir del año 1.950, la industria de materiales de construcción, se fue haciendo más dependiente del sector gubernamental.

A mediados de los años 50, a medida que aumentaban sensiblemente las producciones de otros países iberoamericanos (Colombia, México) y africanos, como consecuencia de precios gubernamentales de apoyo a los cultivadores y primas a nuevas plantaciones, la transición de la Venezuela agropecuaria a la Venezuela petrolera hizo pasar al país, de una economía artesanal a una economía industrial y mecanizada. En ese lapso se desarrolló la exploración y subsiguiente explotación de las rocas para el uso de diversas industrias. El crecimiento poblacional, ha crecido paralelamente con el de las rentas producidas por el petróleo en su mayor parte, y cada vez dependemos más de la renta petrolera.

El constante desarrollo petrolero, impactó en la economía venezolana en forma determinante, puesto que se contraponía a los descensos ocasionales de los precios del café que hundían al país en profundos periodos de crisis, dominantes en la Venezuela agropecuaria en los años transcurridos entre 1.830 y 1.920. Cualquier acontecimiento excepcional mejoraba o empeoraba los precios del café, aumentando o disminuyendo las demandas del fruto, estableciéndose periodos de alza dentro de los de crisis y manteniendo períodos de nerviosismo causados por los movimientos políticos.

El génesis de la explotación petrolera y minera, que hace de Venezuela, “la despensa energética del mundo desarrollado”, está en el origen del derecho minero, éste se remonta a 1.493, cuando se expidió la Bula Noverint Universi, mediante la cual se distribuyeron entre España y Portugal las tierras que recién habían sido descubiertas, quedando el territorio venezolano bajo el dominio de los Reyes de España. Esa bula marca el origen de la propiedad minera en América. Por cédula del 19 de diciembre de 1.526, dada por Carlos V, se declaró que la Corona Española tenía la propiedad de las minas del nuevo continente y posteriormente, en 1.650, bajo el nombre de “Recopilación de Indias”, se instauró la propiedad de las minas a la nación. En 1.784, se aplicaron en la Intendencia venezolana, las “Ordenanzas de Minería de Nueva España”, dictada el año anterior en Aranjuez, la cual extendía el dominio de la Corona española a los minerales no metálicos. Posteriormente, mediante decreto promulgado en Quito el 24 de octubre de 1.829, El Libertador Simón Bolívar sentó el principio de que “Las Minas de cualquier clase corresponden a la República” y dispuso también la vigencia de las ordenanzas de “Minería de Nueva España”.

PRIMERAS INDUSTRIAS TORREFACTORAS



El desarrollo industrial en Venezuela, más aún el de la industria del café, es un proceso relativamente reciente. Se cuenta que entre los pioneros del proceso de torrefacción de la noble cereza están los integrantes de la familia González Palenzuela quienes iniciaron una larga tradición cafetalera en 1.887, cuando el progenitor de lo que hoy se podría llamar, una dinastía, Don Bernardo González, oriundo de Tenerife, Islas Canarias, ya seleccionaba los granos de café para los consumidores del negro brebaje. En aquella época, pocas pulperías (Bodegas) tostaban y molían café, Don Bernardo entró en competencia, y comenzó a tostar y a moler los granos de café que compraba, es decir, lo procesaba artesanalmente en la casa donde vivía, en la esquina de Peláez, para luego venderlo entre los amigos y las pulperías de los alrededores. En esto trabajó por más de 10 años y para 1.902, aproximadamente, vendió todos sus bienes y regresó a España, donde una vez casado con Doña Josefa Rodríguez, se da cuenta de que su destino estaba en Venezuela y regresa a Caracas. Readquirió sus bienes y retomó el negocio del café. ***** Cuando Don Bernardo González Palenzuela, se ve imposibilitado para trabajar, ya sus descendientes, liderados por Doña Josefa, estaban preparados para relevarle. El mayor de sus hijos, Bernardo González Rodríguez, tan solo tenía catorce años, coincidencialmente la misma edad en la cual su padre había decidido emprender nuevos derroteros y desde Canarias, izó velas al Nuevo Mundo, llegando a este pedazo de la América, llamado Venezuela. La empresa magnificó su crecimiento y en 1.927 Don Bernardo González Rodríguez, registró el nombre de la marca de su empresa. Actualmente, con cuatro generaciones de experiencia, Guillermina González Rodríguez, la menor de los nueve hijos que procrearon Don Bernardo y Doña Josefa, es la Presidente de la empresa.

La industria venezolana en general, antes y durante la Segunda Guerra Mundial presentaba una situación intermedia entre la artesanía y la pequeña industria. Hasta finales del siglo XIX, el país casi no conocía la economía de escala, fue a finales del siglo, cuando en Caracas empezaron a instalarse algunas industrias y hasta después de algunos años, las industrias en otras ciudades se limitaban esencialmente a actividades artesanales como son: La sastrería, la latonería, la carpintería, la talabartería, la herrería, etc. La electricidad y la llegada del automóvil, generaron nuevas industrias, no pudiéndose mencionar una efectiva industrialización en Venezuela, sino hasta después de la segunda Guerra Mundial.

Los volúmenes de producción del año 1.919 no se han repetido y las fluctuaciones de precios han sido de tal magnitud que estos bajaron de 2.166 bolívares la tonelada, 47 bolívares el quintal (46 kilos) en 1.928, a 550 bolívares la tonelada, 11,96 bolívares el quintal (46 kilos), en 1.939. el valor más bajo en toda su historia, 91-92 .44 a $ .46; 2.002 .60 cts. el ponderado de 2.002 fue el más bajo de los últimos cien años.

Desde principios del siglo XX Venezuela comenzó a proyectarse como un país de oportunidades. Sus ingentes recursos naturales, renovables y no renovables, su conveniente posición geográfica en América del Sur, su baja densidad de población y la capacidad de sus habitantes lo sitúan como un país privilegiado. En recursos energéticos posee las mayores reservas de petróleo y gas de América latina; esas reservas están entre las primeras del mundo. Además tiene un alto potencial hidroeléctrico y yacimientos considerables de carbón y rocas industriales, así como condiciones geográficas que favorecen el desarrollo y la utilización de otras fuentes renovables de energía.

Estas extraordinarias condiciones energéticas y de otros minerales pueden y deben ser aprovechadas en beneficio de todos los venezolanos. Es necesario articular al país petrolero y minero, con el país agropecuario; para lograr la seguridad alimentaria.

Desde entonces, numerosas han sido las medidas adoptadas por los gobiernos venezolanos para proteger a la caficultura, por sus especiales características que lo hacen tener una profunda incidencia en el ámbito: “Social”. Los caficultores han llegado a cuantificarse en más de ochenta mil familias. “Ecológico-conservacionista”. El café se cultiva en zonas de alta fragilidad ecológica, en pendientes pronunciadas, nacientes de aguas dulce, el 91% de las fincas están ubicadas en 39 cuencas hidrográficas y 76 sub-cuencas, algunas de ellas productoras de energía hidroeléctrica. “Económico”, innumerables pueblos y caseríos existen exclusivamente por la corriente monetaria, resultante de la producción de café y para las familias productoras es el único medió de generar los ingresos para satisfacer sus necesidades básicas. Como generador de divisas, no existe otro rubro agropecuario como el café que tenga 220 años de exportación continua. A principios del siglo XX el Benemérito, Juan Vicente Gómez se jactaba de haber pagado la inmensa deuda externa venezolana con el trabajo esfuerzo, tesón y perseverancia de las familias caficultoras que habían generado suficientes divisas a la nación como para pagarla.

APOYO A LA CAFICULTURA

Durante el periodo de gobierno del General Juan Vicente Gómez, se creó uno de los primeros métodos conocidos, de atención oficial al sector cafetalero nacional, como una forma de capear la crisis de los años 30; se implementó un subsidio entre 5 y 10 bolívares por quintal, así como otros incentivos en insumos, para proteger al caficultor afectado en esos momentos de recesión mundial.

La definición y aparición de la unidad monetaria nacional, el “Bolívar Plata”, y el desarrollo de la Banca Nacional. El desarrollo de las líneas ferrocarrileras, las construcciones de los primeros caminos de herradura, la inauguración de la carretera Transandina el año 1.925, fueron elementos creados para facilitar la expansión y el comercio exterior del café, con la finalidad de que este producto generaría mayores ingresos de divisas al Erario Público venezolano

A la muerte de Juan Vicente Gómez, lo sucede el General Eleazar López Contreras en la presidencia de la república y durante su periodo de gobierno crea al “Instituto Nacional del Café”

El sector productivo representado por los caficultores, ante el crecimiento que había tenido, comenzó a organizarse y los gremios fueron surgiendo hasta que, en 1.935 se creó la “Asociación Venezolana de Caficultores” (A.V.C.), aún antes de la creación del ministerio de Agricultura y Tierras, la cual estimamos fue en 1.945. Esta asociación fue la voz autorizada de los productores cafetaleros venezolanos, hasta el año 1.999 y, fue reconocida por el organismo internacional que ha agrupado a las organizaciones similares del mundo.

Para el año 1.940, en la ciudad de Washington se realizó, el “Convenio Interamericano del Café”. Hasta este entonces la hegemonía del comercio cafetero internacional la había ejercido el continente europeo.







TEXTO

N 452. CONVENIO INTERAMERICANO DEL CAFÉ

FIRMADO EN WASHINTONG – EL 28 DE NOVIEMBRE DE 1.940

Los gobiernos del Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Estados Unidos de América, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, la República Dominicana y Venezuela,

Considerando

Que en vista del desequilibrio existente en el mercado internacional del café, que afecta la economía del Hemisferio Occidental, se hace necesario y conveniente para adoptar medidas para promover la venta ordenada del café con el fin de asegurar condiciones de comercio equitativas para productores y consumidores mediante la adaptación de la oferta y la demanda,

Han resuelto en concertar el siguiente Convenio:

Artículo 1:

Con el objeto de distribuir equitativamente el mercado de café en los Estados Unidos de América entre los distintos países productores de café se adoptan como cuotas básicas anuales para las exportaciones de café a los Estados Unidos de América de los otros países participantes en este convenio, las siguientes:

PAIS PRODUCTOR SACOS DE 60 KILOS O SU EQUIVALENTE

BRASIL………………………………………………………………………………….9.300.000

COLOMBIA……………………………………………………………………………..3.150.000

COSTA RICA……………………………………………………………………………..200.000

CUBA……………………………………………………………………………………….80.000

ECUADOR………………………………………………………………………………...150.000

EL SALVADOR…………………………………………...………………………………600.000

GUATEMALA…………………………………………………………………………….535.000

HAITI………………………………………………………………………………………275.000

HONDURAS………………………………………………………………………………..20.000

MEXICO…………………………………………………………………………………...475.000

NICARAGUA……………………………………………………………………………..195.000

PERU………………………………………………………………………………………..25.000

REPUBLICA DOMINICANA…………………………………………………………….120.000

VENEZUELA……………………………………………………………………………...420.000

TOTAL…………………………………………………………………………………15.545.000

Es decir, para aquel entonces, Venezuela debería aportar el 27,02% de las cantidades de café exportadas por estos países a los Estados Unidos de América.

“La Estación Experimental de Café, Bramón”, está ubicada en una población del estado Táchira de la cual tomó su nombre, fue la pionera de las estaciones experimentales de café, sus orígenes se remontan al año 1.953. Bramón, fue forjadora de los llamados “Prácticos Cafetaleros” “Su principal objetivo era darle apoyo al principal rubro agrícola de exportación venezolano y baluarte de la economía del país... El café”.

La Universidad central de Venezuela (U.C.V.) fue fundada el 22 de diciembre de 1.721. Es una de las universidades venezolanas más complejas por la gran variedad de facultades, Escuelas e Institutos que alberga. Está conformada por once Facultades, cuarenta y seis Escuelas, treinta y ocho Institutos de Investigación, dos núcleos universitarios, y varias estaciones biológicas en diversas regiones del país. Posee una matrícula estudiantil de aproximadamente cincuenta mil alumnos de pre-grado y ocho mil estudiantes de post-grado, seis mil profesores investigadores y un grupo de alrededor de cuatro mil quinientos personas entre empleados administrativos, vigilantes y obreros

La Estación Experimental “Jaime Henao Jaramillo”, mejor conocida como “El Laurel”, es una dependencia de la Universidad Central de Venezuela que está ubicada en Hoyo de la Puerta, Cortada del Guayabo, Municipio Guaicaipuro del estado Miranda, enmarcada en una región dentro de la zona de vida del bosque húmedo pre-montano, a 1.410 metros sobre el nivel del mar, con una precipitación anual de 1.20 milímetros, distribuida homogéneamente entre mayo y diciembre, y precipitaciones aisladas entre el periodo de diciembre y abril, La temperatura promedio es de dieciocho grados centígrados, y una humedad relativa media de ochenta por ciento.

Siendo el Decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela Manuel Vicente Benezra, Jaime Henao Jaramillo y Numa García Andrade le propusieron crear una parcela con café, para que los estudiantes efectuasen allí, las practicas correspondientes. Entonces, formó una comisión que, analizando un conjunto de sugerencias presentadas acordó la creación del “Núcleo Cooperativo de Asistencia Técnica U.C.V. - M.A.C., que por su ubicación llamaron desde un principio, “Núcleo El Laurel”. El convenio, que sirvió de partida de nacimiento de tan importante iniciativa, fue firmado, el 20 de septiembre de 1.966, por el doctor Jesús María Bianco, para aquel entonces Rector de la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.) y, el doctor Alejandro Osorio, quien era Ministro de Agricultura y Cría (M.A.C.)

Aproximadamente un mes antes de la firma del convenio había sido comisionado para dirigir los destinos del “Núcleo El Laurel” a, Numa García Andrade, quién registra como fecha oficial su nombramiento, el cual ocurrió, el 5 de octubre de 1.966 por parte del rector de la Universidad y, el 5 de diciembre de 1.966, por parte del Ministro de Agricultura y Cría.

Manuel Vicente Benezra logró el financiamiento para la construcción de la planta física del núcleo experimental. Como decano y Vice-Rector Administrativo de la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.), Benezra demostró un interés permanente por su fortalecimiento.-

No es extraño que, cuando se fueron a deslindar los terrenos se tuviesen problemas. Representantes del Ministerio de la Defensa, objetaban la propiedad, de parte, de los terrenos de “El Laurel” pero, diligencias efectuadas por García Andrade, hicieron valer la propiedad del Ministerio de Agricultura y Tierras (M.A.C.)

De “El Laurel” formó parte la “Agencia Agrícola de la Colonia Tovar” que también llegó a ser un importante centro de investigación.

La agobiante crisis de la caficultura venezolana que comenzó por los años treinta, determinó la pérdida progresiva de las posiciones alcanzada y que llenaron de gloria al país como reconocido productor y exportador agro-pecuario, sumado todo esto a la contracción en los precios y a las distorsiones del mercado como consecuencia de las políticas monetarias adoptadas por el Ejecutivo Nacional, propició que el Gobierno Nacional, representado por el Ministerio de Agricultura y Tierras creara “La Campaña Cafetalera” en 1.956. Se creó el Núcleo cafetero N° 5 Con sede en Caripe, el cual tenía jurisdicción en todo el oriente del país. Los estados fueron sectorizados y en cada sector se ubicó a un técnico cafetero, previamente entrenado en extensión agrícola, quien tenía bajo su responsabilidad la planificación crediticia y la asistencia técnica necesaria para el desarrollo de su área.

El objetivo fundamental de la “Campaña Cafetera del Oriente del País”, fue el de, darle al productor asistencia técnica directa, y contribuir con un cincuenta por ciento (50%) de los gastos que pudiesen ocasionar la ejecución de las obras relacionadas especialmente con los beneficios de café.

Durante los primeros veinte años de funcionamiento de este núcleo cafetero se realizaron los primeros ensayos, en café, referentes a la fertilización, sistemas de siembra de alta densidad, control químico de maleza, podas, etc.

Se mejoró la calidad en la producción de café, al mejorar el proceso del beneficio húmedo, cuando se sustituyeron los camellones lavadores por bombas de lavar café, mejorando la eficiencia del proceso, y los tanques de fermentación fueron reemplazados por las denominadas agua-pulpa en la mayoría de las haciendas.

El 3 de febrero de 1.959, por Decreto Número 564, se creó un organismo que tenía como objetivo el atender las necesidades de dos rubros que eran iconos históricos dentro de la producción agro-pecuaria venezolana... “El Fondo Nacional del Café y el Cacao”.

Sin embargo, para el año 1.969, Venezuela transitó por la vergonzosa situación de haber incumplido la cuota de 325 mil quintales de exportación asignada por la Organización Internacional del Café (O.I.C.) y para el año 1.970, Venezuela enfrentaba la penosa alternativa de convertirse en importador de la noble cereza que otrora fue su principal producto de exportación.

“El Fondo Nacional del Café (FONCAFE)” fue constituido el 13 de mayo de 1.975, por Decreto Ley Número 910, el cual expresa en su Artículo 1° - Se transforma el actual Fondo Nacional del Café y del cacao en dos Fondos que se denominarán “Fondo Nacional del Café” y “Fondo Nacional del Cacao” los cuales tendrán personalidad jurídica propia, patrimonialmente autónomos e independiente del Fisco nacional, con domicilio en la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira y Carúpano, Estado Sucre, respectivamente, y se regularán por las disposiciones de este Decreto y sus reglamentos.

Y, en su Artículo 2°- El Fondo nacional del café y el Fondo Nacional del Cacao, tendrán por objeto el fomento y asistencia técnica de los cultivos del café y del cacao, respectivamente; el financiamiento nacional e internacional de programas relacionados con la producción, procesamiento, comercialización y mercadeo de dichos productos; el establecimiento de sistemas de protección al precio nacional e internacional y en general la promoción de la producción y su industrialización (...)

En el contexto del objeto de la creación del “Fondo Nacional del Café”, durante los veinticuatro años, cinco meses y doce días transcurridos mientras estuvo operativo, es decir, desde su creación hasta su desaparición definitiva, ocurrida por Decreto número 417, publicado en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, el 25 de octubre de 1.999; bajo el amparo institucional legal y financiero del Fondo nacional del café (FONCAFÉ) fueron creadas diferentes organizaciones, entre ellas: Productores de Café Asociados de Café (PACCAS), Uniones de Productores de café (UPROCAS), y diversas Cooperativas, cuyos objetivos estaban determinados en un ámbito netamente social; estructuras fundadas bajo el pensamiento de ayuda y fortalecimiento a la producción cafetalera nacional, basadas en la comercialización del producto y la prestación de asistencia técnica y crediticia al productor. Estos objetivos se fueron desvirtuados, entre otras razones, por la intromisión de los partidos políticos, las competencias desleales ente los mismos productores y, principalmente por la corrupción y la burocracia.

Durante el quinquenio transcurrido entre los años 1.978 al 1.983, se repitió la situación de incumplimiento de la cuota asignada por la “Organización Internacional del Café” (O.I.C.), ésta vez la cuota ascendía a cuatrocientos mil quintales y Venezuela la incumplió a pesar de que se encontraba en ejecución el “Plan de Fomento Cafetalero”. El cual tenía entre sus incentivos, precios fijos rentables superiores a los precios internacionales. “Para aquellos momentos, el precio del café en Venezuela se encontraba por encima del precio que regulaba la comercialización internacional”. Para aquel entonces implementar el precio internacional al productor venezolano, hubiese significado una pérdida de cuarenta dólares por quintal, para las humildes familias caficultoras.

Y aún cuando Venezuela cedió espacios en el mercado internacional a otras naciones que como Colombia y Costa Rica lograron superarnos en cuanto a cantidad de café producido y colocado en los nichos de mercados mundiales, el “III Censo Cafetalero”, registró para el año 1.990 un total de doscientos seis mil trescientos veinticinco hectáreas dedicadas al cultivo del café, en manos de los propietarios de cuarenta y dos mil seiscientos ochenta y seis fincas, quedando demostrada la voluntad inquebrantable de los caficultores de mantenerse en un ambiente hasta ahora inhóspito y a pesar de todas las adversidades.

Entre los bienes que los gobiernos, pusieron a disposición de los caficultores, durante los respectivos lapsos de sus mandatos, podemos citar:

En el estado Monagas: Central de beneficio Miraflores, Pacca San Antonio de Maturín, Finca Campo Alegre, Oficina San Antonio de Maturín, Instalaciones y maquinarias, Exportadora Caripe, Planta Eléctrica Caripe, Oficina Caripe, Central de Beneficio Sabana de Piedra. En Anzoátegui: Pacca Bergantín. Se dice que en San José de Aerocuar, hay “un central monstruo” En el estado Sucre: Central de Beneficio Cumanacoa y Central de Beneficio Irapa. En el estado Aragua: Pacca Colonia Tovar y Central de Beneficio La victoria. En el estado Yaracuy: Central de Beneficio Pacca Nirgua, Central de Beneficio y Pacca Aroa, Casa Rural Pacca Nirgua. En el estado Lara: Central de Beneficio Guapa, Central de beneficio Caspo, Central de beneficio Pacca Sanare, Pacca Rio claro, Pacca Guarico, Supervisión Lara y sede Cooperativa CROCAF. La Alcaldía del Municipio Morán, posee una torrefactora, adquirida por el fondo nacional del café, hace aproximadamente, veintidós años y todavía no se ha puesto en funcionamiento. En Portuguesa: Central de Beneficio Ospino, En el estado Trujillo: Central Satélite La Pedregosa, Central de Beneficio Pacca Cuicas, Café Santa Ana, Central de Beneficio Pacca Escuque, Central de Beneficio Campo Elías. En el estado Táchira: Central de Beneficio Colón, Central de Benéfico Santa Ana, central de Beneficio Bramón, Central de Beneficio Queniquea, Cooperativa Gran Colón, Central de Beneficio Córdoba, Central de Beneficio Puente Salón, Cooperativa Córdova Santa ana, Agropecuaria Los Alpes, Central de Beneficio La Victoria, Central de Beneficio Pacca Colón, Cooperativa Córdova Uribante, Supervisión Municipio Uribante, Supervisión Samuel Darío Maldonado, Supervisión Cooperativa Gran Colón, Supervisión Central Gran colón, Supervisión Puente Salón, Supervisión Santa Ana en el Municipio Córdoba. En el estado Barinas: Puesto de compra Caldera y Central de Beneficio Altamira.

En el año 1.992 se aprobó “La ley para la Promoción y Protección a la Libre Competencia”, publicada en Gaceta Oficial N°: 34.880, el 31 de enero de 1.992, la cual permitió que las organizaciones de caficultores individuales, pudieran comercializar libremente su producción, actividad hasta entonces reservada en forma exclusiva al “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)”, desde entonces, comenzó la agonía de la institución; Esto determinó el inicio de su total desaparición, ocurrida siete años después. En ese tiempo se profundizó la crisis nacional que había comenzado, con la salida de los Estados Unidos de la “Organización Internacional del Café (O.I.C.)”, situación que fue concluyente en el desequilibrio del mercado mundial del café, cuyo efecto inmediato fue la caída de los precios a los más bajos niveles de las últimas décadas, cuarenta centavos de dólar por libra (0,40 Cts./$/libra) Para entonces, el “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)”, ya había comenzado a ser un ente ineficiente y desviado de los objetivos fijados en su génesis, presuntamente, esto ocurrió desde el momento cuando sus directivos decidieron sacar provecho de la devaluación del bolívar y dirigir los esfuerzos realizados en la producción, en la búsqueda de la exportación. De esta manera, después del denominado “viernes negro”, durante el gobierno de Luis Herrara Camping, por efecto de la devaluación de nuestra moneda, el precio del café venezolano que se encontraba valorado, por encima del mercado internacional, pasa a ser competitivo en su venta para el exterior. El principal objetivo del “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)”, el cual era, trabajar para mejorar la calidad y producir café de manera rentable para el productor, se cambió totalmente. Las crisis económicas sucesivas que tuvieron como consecuencias las reducciones del presupuesto nacional, acentuaron ésta tendencia, por reducción a su vez del presupuesto del “Fondo”. Supuestamente, los directivos de este organismo, que tenía en su poder el monopolio de la comercialización del café venezolano, para asegurarse las ganancias provenientes del diferencial de precios, entre lo que obtenía por las ventas al exterior y lo que le pagaba a los productores nacionales, “impusieron” al mercado de café venezolano precios que, siempre eran inferiores a los del mercado internacional, sin importarle los costos de producción; que por la conocida inflación económica, por la cual atravesó el país, se acrecentaron cada vez más. Para 1.984, se pagaba al productor de café venezolano, el quintal en un mil quinientos bolívares, lo exportaban y obtenían en el mercado internacional precios entre nueve mil y diez mil bolívares. “La diferencia nunca llegó al productor. Así como nunca llegaron a quienes cultivaban café, los “Bonos de exportación”. Subsidio creado por el gobierno para incentivar la producción de café de calidad

El “Fondo” Después de haber iniciado sus actividades en la defensa de la producción con los objetivos esenciales e imprescindibles, de lograr el abastecimiento del mercado nacional, mantener un equilibrio entre las industrias y los productores garantizando las compras de las cosechas a precios que fuesen rentables al productor, permitiéndole cubrir sus necesidades básicas y vivir dignamente, pasó progresivamente a convertirse en un ente manipulador, voraz y corrupto, actuando en detrimento del caficultor venezolano.

Presuntamente, los funcionarios del “Fondo”, sobre todo, estadísticamente comenzaron a manipular las realidades. Entre otras podemos citar: La sobreestimación de las necesidades de la producción con fines de exportación, en menoscabo de las necesidades y exigencias del consumo nacional, y de mantener los precios para el productor para el productor venezolano, en muy baja o nula rentabilidad, llegándose a trabajar a pérdidas, por breves periodos, durante la vida útil del “Fondo”, para incurrir supuestamente, en las tradicionales trampas de intermediarios y de empresarios locales y extranjeros de guardar el café, para comercializarlo en momentos en los cuales los precios les produzcan mayores ganancias. Colocación de los presuntos excedentes (¿Acaparamiento?), de manera fraudulenta; Ofrecimiento y comercialización internacional del café absolutamente necesario para el consumo nacional para luego cubrir sus compromisos y el déficit, con el contrabando de café basura, desecho del desecho. Si por ejemplo tomamos a Colombia, está nación exporta su mejor café; consume internamente el café de segunda y se ha comprobado la introducción a Venezuela, en forma ilegal, de café del denominado pasilla, desecho del desecho y, hasta café contaminado con Broca (Plaga, exterminadora de nuestro café; insecto que vino al país en ese café de contrabando); O importar “legalmente” aún en tiempos de producción excedentaria; Hipotéticamente, apoyados por funcionarios a quienes les ha competido la responsabilidad del control de esta actividad. Parece inexplicables la existencia de personas que proponen simultáneamente que se debe exportar e importar (¿?)

“Presuntamente”, estos procedimientos han llevado a estas personas naturales y jurídicas a incurrir en incumplimientos de contratos internacionales, por calidad, cantidad y fechas de entrega, trayéndoles como consecuencias lógicas una serie de demandas, con embargos y exigencias de pagos de indemnizaciones por millones de dólares pero, lo más grave es que el Venezuela, como productor de café en su conjunto, estuvo sancionada de por vida con una reducción en el precio Bolsa de Nueva York, de diez centavos de dólar por libra (10 Cts./$/libra) de café, allí comercializada. No obstante el “Fondo”, mediante arreglo amistoso, logró reducir la penalización.

La existencia del “Fondo nacional del Café (FONCAFÉ), se justificaba por la esencia misma de su creación: “El asegurar al productor venezolano un precio justo, equitativo y rentable” Independiente del mercado internacional.

“Insistentemente, hemos defendido la tesis de que, los precios internacionales del café, los imponen las Bolsas Mercantiles, como son, las Bolsas de Nueva York o Londres pero, los gastos y los costos de los insumos que inciden en los factores de la producción nacional del café destinado al consumo nacional y a la exportación, los imponen los aciertos o los errores de las políticas económicas implementadas por los gobiernos venezolanos”.

Para 1.999, desaparece totalmente dejando la producción cafetalera nacional en la más completa indefensión. Los organismos a quienes compete la preservación, fomento y protección de la caficultura no quisieron oír sobre la propuesta de la necesaria reestructuración del “Fondo Nacional del café”, el fondo como tal, debería haber retomado sus objetivos iníciales; Execrado a la corrupción, la monopolización de la comercialización y a la politización y tomaron por el camino fácil de la total desaparición del fondo que fue pilar fundamental para la producción de café en el país, en la etapa más difícil por la cual ha transitado la producción cafetalera internacional, representada por el lapso más largo de la historia en el cual se ha registrado la peor caída de precios de los últimos cien años. Desde entonces los caficultores hemos planteado la necesidad de la constitución de un organismo idóneo que pueda cubrir sus necesidades, especialmente en cuanto a la fijación de precios justos equitativos y rentables, que conlleven a la dignificación de la calidad de vida de las humildes familias caficultoras.

El café ha sido uno de los grandes “Commodities del Comercio Internacional” ya que el ochenta y tres por ciento de su producción es objeto de tal comercio. Ordinariamente es vendido por los países productores bajo la forma de “café verde”. Así se denomina al café, luego de ser cosechado y ser sometido al proceso denominado de beneficio, lavado, despulpado, secado y trillado, del tratamiento que se le dé a la cereza del café, se obtendrán sus calidades Lavados “A”, “B” o “C” o Naturales. En Venezuela se comercializa en sacos de cuarenta y seis kilos, llamado quintal, e internacionalmente en sacos de sesenta kilos cada uno, específicamente en sacos confeccionados en Yute. Internacionalmente el café es transportado en barcos, desde los países productores hacía los grandes puertos de los países comercializadores y/o consumidores. Entre estos puertos están: Rótterdam, Amberes, Hamburgo, Le Havre, Marsella, Bremen, Ámsterdam, Triestre, Genova, Nueva York, Nueva Orleáns y San Francisco

El café, como otros productos agrícolas está sujeto a la influencia de los ciclos; en su caso los ciclos son largos con una duración de cerca de unos veinte años, durante los cuales se producen fases alternativas de sobre producción con precios deprimidos y stoks saturados y fases con precios elevados y stoks reducidos; periodos de penurias y de bonanzas. Estas situaciones que se presentan cíclicamente se deben a manejos incontrolables de la oferta

El café, por un lado es un producto de consumo de masas, y por el otro, representa una cuota trascendentalmente representativa en los ingresos de exportación para muchos de los países que los producen por lo que ha sido muy importante intentar estabilizar sus precios, limitando las grandes fluctuaciones de la oferta y sus efectos negativos para las economías de los países productores y exportadores.

Las perspectivas de nuevas catástrofes en los precios por la presión de los excedentes, determinaron la firma de sucesivos convenios, realizados entre la mayoría de las naciones productoras, con el fin de regular las exportaciones. 'Pero si bien estos convenios permitieron un mayor desahogo en las cotizaciones, no consiguieron un éxito completo por la existencia de algunas infracciones a sus estipulaciones y por la subsistencia de los fenómenos de excedentes.

Estas negociaciones internacionales condujeron a la creación del “Acuerdo Internacional del Café (International Coffe Agreement)” después de haber realizado otros acuerdos que habían culminado, a su vez, con el establecimiento de organizaciones regionales, como la “Oficina Panamericana del Café” y de acuerdos regionales como: “El Acuerdo Interamericano del Café” y parciales el “Acuerdo de México” en el año 1.957.

El “Acuerdo Internacional del Café” es un acuerdo universal que reúne casi la totalidad de los países productores y de los países importadores, fue firmado en 1.962, y ha sido renovado tres veces: en 1.968, 1976, y 1983, bajo la supervisión de la “Organización Internacional del Café (O.I.C.)”, con sede en Londres; A su vez, esta organización también inicio sus operaciones en 1.962, fue creada como un mecanismo externo, cuyo objetivo, para los caficultores, es similar a los que ejerce la “Organización de Países Exportadores de Petróleo (O.P.E.P.)”, que normaban a los países miembros asignándoles una cuota de producción destinada a regularizar el mercado internacional, evitando que su saturación y manteniendo una oferta de café, en equilibrio con la demanda. Venezuela se hizo miembro de ella en el año 1.968. La “Organización Internacional del café (O.I.C.)” cumplió su función hasta que conflictos en la comercialización, ocasionados por los desleales manejos por parte de países que colocaban en el mercado internacional, de forma irregular sus remanentes de producción comenzaron a socavar sus bases en 1.989, y motivaron la salida de los Estados Unidos de la organización en 1.993. Un año más tarde (1.994) los países productores de café crearon una nueva organización que denominaron “Asociación de Países Productores de Café” (A.P.P.C.), la cual dejó a sus miembros en libertad para fijar sus propias cuotas y recuperar los precios.

Con el propósito de suprimir todas estas deficiencias en el mercado internacional del café, se dio entrada también a los países importadores en los correspondientes acuerdos. Actualmente, Angola, Uganda, Kenia y Costa de Marfil intentan controlar a las nuevas plantaciones y, Brasil ha procedido desde el año 1.960, a preservar a las áreas plantadas con cafetos.

En Venezuela, frecuentemente se han suscitado guerras de precios entre los industriales. Cuando el mercado internacional se estabiliza, los industriales y las personas naturales y jurídicas que comercializan el café, conocidos como intermediario, suelen involucrar al mercado nacional con las crisis que se presentan en el exterior y, es así como los fortuitos cien mil quintales de posible exportación, de los cuales, se habla periódica y públicamente condicionan el precio de “toda” la producción nacional. Es decir, cien mil quintales aproximadamente, han sido tomados como referencia marcadora para los precios nacionales, de aproximadamente, un millón de quintales, que representan el abastecimiento para el consumidor criollo; tomando como excusa la preservación o rescate de los nichos de mercado internacionales, que otrora fueron poseídos por Venezuela, sin tomar en cuenta los costos y gastos de producción nacional; en detrimento directo de las humildes familias productoras e incentivando el contrabando de cafés remanentes y de la peor calidad, provenientes principalmente de Colombia, “presuntamente” por efecto de la negligencia de las autoridades venezolanas del sector agrícola, y de las manipulaciones e industriales e intermediarios, como ya lo hemos denunciado. La cadena de producción del café se distorsiona y se destruyen los eslabones más débiles de esa cadena, los cuales están representados por los consumidores y por los productores. A los consumidores generalmente son protegidos por la denominada economía del voto, los gobiernos tradicionalmente han protegido a la gran masa poblacional consumidora, causando graves daños a las humildes familias productoras de café, quienes con el hambre, la desnutrición, y las enfermedades endémicas han subsidiado a quienes se niegan a reconocerles el verdadero valor de su trabajo, inversión, tesón y perseverancia, trayendo como indiscutible consecuencia, el exterminio de la caficultura nacional y el éxodo de los caficultores a los cordones de miseria de pueblos y ciudades, donde son victimas de las drogas y de la delincuencia y donde al estado venezolano, le sale veintidós veces más costoso, crear un puesto de trabajo, que en el medio rural, según la “F.A.O.”

Todo hace presumir que, en Venezuela, existe un alto grado de inconsciencia por parte de algunos industriales, por lo menos así se puede interpretar por las actitudes asumidas, al parecer no les importa para nada los daños causados con sus recurrencias al mercado internacional. Presumimos que están convencidos que al desaparecer nuestra caficultura, simplemente recurrirán a ese mercado (Internacional), para importar las peores de calidades de café, que una vez tostado y molido podría ser vendido como café cien por cien puro. “El mejor café del mundo”.

“Significaría, pagarle a los productores de otros países lo que se les está negando a los productores de café venezolanos, y sumarle los gastos de importación, transporte, almacenaje, seguros, comisiones, etc. etc.”

Como expresa Gaetano Minuta en su trabajo titulado, “EL CAFÉ, Mentiras y Verdades”:

“Entonces habría que preguntarse, cuando esto suceda: ¿Cuánto le va a costar al consumidor venezolano esa tacita de café que tanto costó para sacarla del precio irreal de veinticinco céntimos de bolívar (Bs. 0,25), en el cual se mantuvo por muchos años, por aquella vieja conseja de que “el café tumba gobiernos”

Para Julio de 1.995, se realiza el “I CONGRESO VENEZOLANO DEL CAFÉ – RELANZANDO LA CAFICULTURA HACÍA EL SIGLO XXI” En este importante evento se reconoció la primacía lograda por el cultivo del café en Venezuela, destacándose la confirmación de lo que con fervor y vehemencia insistentemente he pregonado, desde el año 1.981, referente a la indiscutible incidencia de la caficultura en los ámbitos siguientes:

Ecológico: El café, por si mismo, es un cultivo conservacionista, su raíz principal penetra 1,5 metros, aproximadamente, en la tierra, compactándola, y sus raíces secundarias tejen entre sí, una red protectora que protege a las zonas donde es sembrado de la sedimentación y la escorrentía, por ser un arbusto perenne, sus ramas y hojas protegen a los suelos de la inclemencia del sol en invierno y del impacto del agua de lluvia en invierno, evitándose la erosión. Las plantaciones de café, conforman bosques artificiales capaces de proteger a los suelos de los efectos de la erosión y conservan los causes de las aguas, es un cultivo que por sus propias características y las de las zonas donde se siembra, se establece bajo un sistema de labranza mínima, limitándose a la tumba, limpia, trazado, holladura, y siembra; lo cual evita la remoción del suelo en su capa superficial a través del uso de maquinarias pesadas (tractores), como lo requieren otros cultivos para su establecimiento, esto permite mantener la estructuras de los suelos, preserva los micro-organismos que transforman los elementos minerales para ser absorbidos por las plantas y lograr una mayor resistencia a la erosión.

El noventa y un por ciento de las fincas de café se encuentran ubicadas en zonas de alta fragilidad ecológica, en pendientes pronunciadas, con suelos poco profundos y pesados, a lo ancho de diecinueve estados y, de las tres principales cordilleras del país, la Cordillera de la Costa (O del Centro), La Cordillera de Oriente y la Cordillera de los Andes; este cultivo ancestralmente ha protegido a no menos de 39 Cuencas hidrográficas y 76 sub-cuencas, donde se localizan las nacientes de agua dulce del país.

En el estado Lara, podemos mencionar las nacientes de importantes ríos, incluso algunos son afluentes del río Apure y por ende del río Orinoco; entre estos ríos que nacen en las zonas cafeteras del estado Lara están: Los ríos Portuguesa, Boconó, Masparro, Morador, Acarigua, Sarare, El Turbio, Chabásquen y el Río Tocuyo.

La cuenca alta del Río Tocuyo, ancestralmente ha estado protegida por cafetales y ésta cuenca suministra el agua que consume el ochenta y cinco por ciento de la población larense, particularmente, las poblaciones del Tocuyo, Quibor y Barquisimeto, a pueblos y caseríos; así como también es utilizada para el riego en la producción de alimentos para el país en general, pasando en su trayecto por importantes valles, como el norte del valle de Aroa.

La cuenca alta del Río Yacambú, históricamente, también ha sido protegida con cultivos de café, y aunque la represa que se construye y lleva su nombre ha sido la obra que tiene record, en cuanto a tiempo tardado en ser construida, se refiere, no menos cierto es la importancia que esta represa representa para la región y, esto es por todos conocido.

Las áreas cafetaleras del estado Lara, poseen una importancia fundamental por sus valores escénicos, su biodiversidad y su alta contribución en la producción del recurso agua. En consecuencia se ha establecido Áreas Bajo el Régimen de Administración Especial (ABRAE) a: EL Parque Nacional Yacambú, Parque Nacional el Guache, Parque nacional Dinira, Parque Nacional Terepaima, y las zonas protectoras de la cuenca Alta del Río Tocuyo, la Cuenca Hidrográfica del Río Yacambú, Cuenca del Río Turbio, Cuenca del Río Portuguesa, y la Cuenca del Rió Morador.

Algunas cuencas protegidas por cultivos de café son generadoras de energía hidro-eléctrica, la cual es producida con la utilización del caudal de los ríos que nacen entra cafetales, como por ejemplo: Las cuencas que en el estado Táchira, drenan al complejo hidro-eléctrico “Leonardo Ruiz Pineda”, o la cuenca del río Boconó, que suministra agua al embalse Boconó-Tucupido, el cual también es generador de energía hidro-eléctrica.

Los caficultores, arraigados a su hábitat natural han sido catalogados como guardianes gratuitos del ambiente, y soldados preservadores de las aguas dulces en el país que fue privilegiado por Dios, por ser el séptimo reservorio del vital líquido en el mundo, en tiempos que se vaticina que las próximas guerras podrían ser por la posesión de esas aguas. Siembran, cuidan y mantienen sus sembradíos con árboles de sombra, los bosques cafeteros generalmente tienen un sesenta por ciento 860%) de sombrío. Una hectárea de bosque cafetero logra liberar el oxigeno que corresponde a la reducción de por lo menos ciento sesenta (160) toneladas de dióxido de carbono (CO2), contrarrestando así a la gran industria contaminante y contribuyente del recalentamiento del planeta.

“Los bosques cafeteros, sembrados, cuidados y mantenidos por los productores de café, son un factor esencial en la producción de agua y nadie, hasta ahora, les paga por ello”

“SOCIAL”: Hasta hace pocos años, en Venezuela, se cuantificaba en ochenta mil (aproximadamente), las familias cuyos ingresos dependían, “exclusivamente”, del cultivo de la noble cereza, sin que tuvieran la posibilidad de diversificar su cultivo o de sustituirlo sin causar daños irreparables al ambiente, por las especiales condiciones del ecosistema en el cual habitan.

Actualmente la depredación ocasionada por el precio vil impuesto al café al nivel de productor, en el país, ha conducido al exterminio de no menos del cuarenta por ciento de los cafetales, cuya consecuencia nefasta entre otras, es que los caficultores tuvieron que optar por el éxodo a los cordones de miseria de pueblos y ciudades, ha tenido como resultado que tan solo queden, aproximadamente, cincuenta y cinco mil familias produciendo café en Venezuela.

Mundialmente no son menos de cincuenta millones, las familias cuyos ingresos utilizados para cubrir sus más elementales necesidades, dependen exclusivamente del producto del cultivo del café.

El ingreso generado por la producción de café en las fincas, llega directamente a las familias que las trabajan, puesto que de ellas son sus propietarios y, son unidades de producción relativamente pequeñas que se desarrollan en un ámbito territorial promedio de cuatro o cinco hectáreas. Familias completas se integran a las labores de cultivo y se magnifica su importancia en épocas de cosechas, cuando no es difícil ver a un niño de cuatro o cinco años, trabajando en la recolección de los frutos, en compañía de su abuelo de setenta o más años, o de una tía o pariente cualquiera. Esto lo diferencia claramente de la producción de otros rubros agrícolas por cuanto, en los otros, generalmente, el dueño es quien se usufructúa de los ingresos de la unidad de producción, y los obreros o empleados habitualmente, son asalariados de muy bajos ingresos.

En Venezuela, antes de la aparición de la producción petrolera, los caficultores eran representantes de una clase social prominente, sinónima de estabilidad y prosperidad, representativa de dignidad en las regiones donde se producía la mítica cereza traducida en solidez, y hasta de inventiva en las comarcas de los cultivares, como por ejemplo la utilización de la energía hidráulica, para mover motores y dinamos para electrificar haciendas y pueblos.

Don Isaac Linarez, quien trabajó en las fincas de don Maximiliano y don Blas Pérez, ubicadas en el caserío Santa Marta (Que ellos fundaron), en la Parroquia Hilario Luna Luna, Municipio Morán, del estado Lara, cuenta que: “Para la primera década del siglo XX, en épocas cuando no había llegado el primer automóvil a Quibor, en esas fincas, en Santa Marta, disponían de teléfono; con el cual se comunicaban con el pueblo de Guarico, en el mismo Municipio, e intercambiaban información, sobre todo del envió del café, y el intercambio comercial de los enseres y alimentos que necesitaban en las fincas”.

El cambio del cultivo del café en áreas con formaciones geológicas inestables, relieve abrupto, la no-utilización de prácticas conservacionistas y los incendios de vegetación, han sido las causas de graves desastres ecológicos, que por aumento de la escorrentía superficial y el transporte de sedimentos han traído como consecuencia la pérdida de la productividad del propio suelo, obstrucción de los causes de los suelos, inundaciones, afectación de la biodiversidad, deterioro del paisaje, disminución de la vida útil de costosísimas obras de ingeniería, alteraciones en el ciclo hidrológico e incluso cambios climáticos.

“ECONÓMICO”: El café, es el único rubro agro-pecuario que desde la década de 1.880, cuando se realizaron las primeras exportaciones, ha generado divisas al país de una manera “constantemente” y por demás representativas, en lo que al Producto Interno Bruto nacional se refiere. El llamado benemérito, Juan Vicente Gómez, se jactaba que durante su presidencia, había cancelado la deuda externa con las divisas generadas por el producto del tesón, trabajo, perseverancia e inversión de los caficultores.

El eje centro occidental, constituido por los estados Lara, Portuguesa y Trujillo, es el mayor productor de café del país. Calculándose su producción en aproximadamente el sesenta y dos por ciento (62%) del total nacional, este eje es líderizado por el estado Lara. Y, en el sobresale el Municipio Morán, con una producción aproximada al treinta por ciento (30%) del total nacional. Municipio que, bien sea por esta importante producción y el número de familias que lo habitan y que dependen exclusivamente de la producción de café, o bien por ser El Tocuyo, su capital, una encrucijada de las zonas cafetaleras aledañas, que incluye a zonas cafetaleras de estados vecinos, la producción de café se enraizó, como un factor preponderante en su movimiento económico.

Caseríos, pueblos y ciudades deben su existencia a la producción cafetera, en el estado Lara, podemos citar regiones como la que está ubicada en la Parroquia Hilario Luna Luna, entre la población de Villanueva y el caserío La Raya, limite con el estado Portuguesa, vía la Laguneta, donde están asentados más de veinticinco caseríos cuyos pobladores producen la mayor cantidad de café en Venezuela (Aproximadamente cien mil quintales)

Pueblos como Anzoátegui, Villanueva, Sanare, o “Guarico, la Capital Cafetalera Nacional”; Población que conforma un embudo natural en donde transita o se comercializa la mayor cantidad de café que se produce en el país, y ciudades como El Tocuyo, donde su economía depende en gran medida del movimiento monetario generado por la comercialización de café, demostrándose su importancia cuando la calidad de vida de sus habitantes ha mejorado notoriamente durante los lapsos cuando se les ha reconocido un precio justo, equitativo y rentable, con el cual han podido cubrir para si y para sus familias las necesidades básicas, materiales, sociales y espirituales, permitiéndoles vivir con dignidad.

Mundialmente, el café es un producto de importancia vital para las economías de muchos países no desarrollados, cuyo ingreso se ha apoyado históricamente en los procesos de inversión e industrialización del café en estas naciones; constituyéndose en un ente financiero fundamental como producto de exportación.

El café es un producto internacional, la mayor parte de su producción interviene en el tráfico exterior de mercancías y constituye una fuente de ingresos extraordinariamente importante para determinados países. Ha representado el cincuenta por ciento o más de los ingresos en divisas de Brasil, Costa Rica, Colombia, Guatemala, Etiopía y Costa de Marfil.

El café producido en el continente africano ha elevado significativamente su capacidad exportadora en los últimos años, pasando del siete por ciento (7%) en los años de 1.930 a cerca del treinta por ciento (30%) actualmente, comparativamente con el total de las exportaciones mundiales.

Se ha calculado que el café ha llegado a generar aproximadamente veintidós millones de jornales directos y ocho millones de jornales indirectos. Por ser una actividad altamente intensiva en el uso de la mano de obra, la hace competitiva con la actividad petrolera como creadora de puestos de trabajo. Hasta el año 1.997, según el “Diagnostico de la Caficultura Venezolana, 1.987/1.997”, todavía se mantenía como el primer generador de divisas dentro de la canasta exportable de productos agrícolas venezolanos.

Las bondades de la caficultura para con el sistema productivo, se consolidan por ser un producto generador de economías encadenantes: En su producción primaría es reconocida su importancia como generador de empleo, por la mano de obra utilizada en el proceso y por la corriente monetaria que genera entre las familias productoras, que incide directamente en el intercambio comercial de innumerables caseríos, pueblos y ciudades. En el comercio exportador activa todo el mercado de bienes y servicios, de transporte, aduanales, almacenaje, seguros, oficinas de corretaje y mercantiles, impuesto etc. En la industria metalmecánica, con el incentivos de la producción cafetera, se activa la construcción y elaboración de beneficios ecológicos, despulpadoras, trilladoras, secadoras y, la construcción de la infraestructura necesaria para su instalación. Se puede activar la industria licorera, de cosmetología y de confitería con derivados del café. La industrialización de las peptinas, alimentos para animales, fertilizantes a partir de los derivados del café. La industria farmacológica a partir de los derivados del café hasta ahora ha tenido un desarrollo insipiente en el país, mientras en otras regiones se están haciendo estudios por el beneficio de los derivados del café, en enfermedades, cardiovasculares, cerebro vascular, en el cáncer del colón, para la diabetes, en enfermedades respiratorias ha sido utilizado con resultados altamente positivos, como un eficiente bronco dilatador, como estimulante para los atletas deportivos, y hasta para la lucha contra el Dengue, utilizando la borra o desecho del café, vertida en los estanques que sirven de nicho reproductor al zancudo. Se ha comprobado que rompe su ciclo reproductor.

“CULTURAL”: La demostrada vocación y tradición de trabajo, tesón y perseverancia de los componentes de humildes familias, integrados en la producción cafetalera nacional, ha hecho que un importante porcentaje de la población venezolana; representado por niños, niñas, adolescentes, adultos y ancianos arraigados a las montañas, que tienen por hábitat natural, por sus específicas características, puedan ser consideradas como una “ETNIA” (Etnia. Agrupación natural de hombres que presentan ciertas afinidades somáticas, lingüísticas o culturales. R.A.E.) . Aunado a esto el tradicional consumo del mítico brebaje extraído de las cerezas de café, por parte de la gran mayoría de los habitantes de esta tierra bendita por la gracia de Dios, llamada Venezuela, hace que café forme parte indivisible de la “CULTURA” del pueblo venezolano.

El café, como mítico brebaje extraído de la más noble de las cerezas, más allá de haber servido de estimulante a estadistas y científicos como Tomás Alba Edison, a quien acompañó en sus innumerables fracasos, los cuales le sirvieron de experiencia para alcanzar el éxito Diferentes investigadores de pasados acontecimientos mundiales han acrisolado su grandeza, cuando han dejado impreso que:

“El café siempre ha estado presente de una u otra manera en todas las experiencias artísticas del ser humano a través de la historia”.

Ha sido la bebida solidaria del amor y del desamor, de la alegría, de la tristeza o, del dolor; de la amistad y de la soledad; ha sido fuente de inspiración o motivo de expresión de grandes músicos, poetas, escritores y, demás artistas. Alrededor de una taza de café, personajes como Neruda, Voltaire, Einstein, Bach, Kant, Benedetti... y muchos más legaron sus obras y creaciones..

Así pues el café, fue protagonista permanente en la historia, la ciencia y... la cultura. Contribuyendo a través de sus personajes al desarrollo de la humanidad”

Podríamos resaltar de Michel Vanier en su obra: “El Libro del Amante del Café”:

El café le inspiró a Bach, como gran músico, una de sus más hermosas sonatas profanas, Shweigt Stille, Plaudert Nicht, que fue creada en Leipzig, entre finales de 1.734 y comienzos de 1.738.

Sabido es que el autor de la “Comedia Humana”, aquel “forzado de la pluma”... Balzac, que sacó a luz una obra gigantesca antes de extinguirse, agotado, a los cincuenta y un años de edad, se excitaba a trabajar mediante un uso inmoderado del café. Balzac, miraba con lucidez los efectos de esta bebida, sobre la cual escribió páginas absolutamente asombrosas.

Habiendo recordado que, al decir de algunos, la estimulación producida por el café es muy pasajera, declara: “El hecho es real; pero el tiempo durante el que se goza de las ventajas del café puede alargarse. Esta ciencia les es demasiado necesaria a muchas personas para que no describa ahora la manera de obtener sus preciados frutos”.

Escribió Gabriel García Márquez en 100 años de Soledad...

“... El letrero que colgó con la cerviz de la vaca era una muestra ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestos a luchar contra el olvido... Esta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche”.

Beethoven: En su difícil vida, el músico nunca se preocupó de la buena comida, pero en lo que atañe al café se comportaba como un Brillat – Savarín. Según Henrich Edward Jacob, había que emplear, exactamente, sesenta granos para preparar su tasa, ni uno más, ni uno menos.

Es difícil conseguir a una persona que no haya hecho participar a una taza de café, en un momento importante de su existencia.

Es difícil conseguir a una persona que no haya hecho participar a una taza de café, en un momento importante de su vida. En cada uno de nosotros, alguna vez estuvo presente en la época de estudiantes, en una reunión de negocios, durante el lapso transcurrido para la toma de una importante decisión o... en el amor. ¿Cuántas peticiones de matrimonio se habrán hecho tras un sorbo de un buen café? Al nivel mundial ¿Cuántas decisiones que marcaron los destinos de la humanidad se habrán tomado estimuladas por el oscuro brebaje?

Hasta las películas que denominan Western, vaqueras o del oeste, difícilmente son filmadas sin que en alguna de sus escenas esté presente una taza de la humeante pócima.

Los habitantes de los Estado Unidos de América, y la vieja Europa son los mayores consumidores de café. Cuenta la leyenda del mítico brebaje que, la “Revolución Francesa”, génesis de nuestra independencia, se planificó en el Café de Procopio, en la ciudad Luz...

París.

¡TURÍSTICO! Otra características productiva que presenta el cultivo del café, son las condiciones ambientales requeridas para su establecimiento en cuanto a paisaje e infraestructura, las cuales propician condiciones de atracción favorables para promover y desarrollar actividades agro-turísticas como alternativa de desarrollo integral, que generan ingresos adicionales a las humildes familias caficultoras, a fin de mejorar su nivel de vida, conservando el paisaje, su entorno y el ambiente.

El agroturismo debe representar una modalidad del turismo que permita el rescate socioeconómico de las actividades del campo enmarcado en un proceso técnico, planificado y organizado en el sistema turístico del país Las zonas cafeteras venezolanas poseen por sus condiciones geográficas, una amplia extensión constituidas por unidades de producción cafetaleras con características físicas propias que fácilmente se pueden convertir en potenciales desarrollos agro-turísticos.

Se debe planificar y ejecutar la rápida creación de un desarrollo armónico entre los sectores turismo y cafeteros, que permita en forma estructurada, organizada y coordinada, el uso y explotación racional de los recursos que conforman estas gestiones económicas; Para lograr diseñar un programa que atienda la incorporación de los productores de café, a la preparación de una nueva oferta o producto, para la comercialización en el amplio campo del turismo, novedoso, integrado y funcional, que permita satisfacer las exigencias de cualquier viajero, ansioso de tranquilidad, salud y esparcimiento.

Es indiscutible la vinculación turística de las regiones donde se cultiva el cafeto, representada por la exuberante belleza de las montañas que sirven de su hábitat natural y que tanto impresionen a las personas que las visitan. La caficultura cumple con muchas de las condiciones físicas naturales explotables para el desarrollo del agro-turismo, actividad que además proporcionaría beneficios sociales y económicos en forma directa e indirecta y por ende se constituiría en un sistema optimo de aprovechamiento y uso de la tierra.

En algunos lugares de Venezuela se están realizando importantes actividades turísticas en regiones cafeteras, como lo son: El Museo del café, en Boconó, en el estado Trujillo y el Museo del Café de la Victoria, en el estado Mérida. En la zona de Caripe, en el estado Monagas, fincas de café se han convertido en centros turísticos que ofrecen alojamiento y otros servicios donde los turistas se sienten cómodos y pueden disfrutar de la naturaleza y sus paisajes, sin dejar a un lado la actividad de producción de café.

Así mismo, en el estado Lara, en la población de Guarico, también se han integrado las viejas casonas de los pueblos cafeteros, y fincas que, por la belleza de sus infraestructuras consistente en su mayoría, por refaccionadas viviendas de arquitectura colonial, se han transformado en atractivas posadas.

La placidez que otorgan la belleza de ríos y montañas; de nuestra flora y fauna, en muchos casos hasta ahora desconocidas, seducen al viajero ansioso de paz espiritual, la cual consigue en naturales sinfonías provenientes del adormecedor susurro de las más puras aguas, provenientes de los cercanos manantiales, o del trinar de las aves, cuando con alegría anuncian el alba del nuevo día o buscan cobijo ante el arpegio del atardecer crepuscular.

CAFÉ PARA EL NUEVO SIGLO

A finales de la década de los años 1.980, presuntamente con apoyo de la “Corporación Venezolana de Fomento”, se constituyó en la ciudad de El Tocuyo, una empresa torrefactora de café, que, inexplicablemente, nunca estuvo operativa en la plenitud de su capacidad, a pesar de que sus dueños, prácticamente, comercializaban el sesenta y dos por ciento de la producción nacional de café.

“El Diagnostico de la Caficultura Venezolana 1.987-1997”, documento elaborado por el “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)” en agosto de 1.997, entre otras cosas, cuantificaba en doscientas cuarenta y tres mil cuatrocientas ocho las hectáreas de café, cultivadas para esa fecha, afirmando que tenían una productividad muy baja con respecto a las economías cafeteras del mundo y resaltando que a pesar de esas condiciones la caficultura se encontraba en un lugar privilegiado como productor de divisas en la canasta exportable del sector agrícola venezolano, además de contribuir como empleador de buena parte de la fuerza laboral nacional y principalmente porque es un tipo de cultivo cuyas propiedades de adhesión al terreno le permiten proteger de la erosión a las cuencas hidrográficas y nacientes de las zonas en producción.

Se resaltaba en el diagnostico que, se exponía de manera crítica, una visión general de los aspectos claves más resaltantes que habían caracterizado a la caficultura nacional durante esa década, para lo cual e habían analizado los principales indicadores de este rubro, referidos a los aspectos técnicos, financieros, organizacionales, y de comercialización, con la finalidad de evaluar de manera clara y objetiva la situación, para aquel momento, así como las tendencias y perspectivas de este sector de la economía nacional.

Se cuantificó en el diagnostico que, se había alcanzado a producir para la cosecha 1.996/97 aproximadamente un millón trescientos noventa y dos mil (1.392.000) quintales de café y ubicó el consumo interno en un millón doscientos mil (1.200.000 quintales) Estimándose la producción promedio de los últimos años, que antecedieron a 1.997, en un millón cuatrocientos sesenta y ocho mil (1.468.000) quintales de café. Alardeando sobre las políticas de fomento y desarrollo del café, ejecutadas por l estado venezolano.

Se destacaba como mayores estados productores a los estados: Lara, Portuguesa, Táchira, Mérida y Trujillo.

La superficie predominante de los predios o fincas fue ubicada entre una (01) y diez (10) hectáreas; y representaban el noventa y cinco por ciento (95%) de las fincas cafetaleras del país,

Así mismo se acotó en el diagnostico que, la superficie sembrada en Venezuela hasta finales de los años cincuenta se ubicaba el trescientas treinta y nueve mil (339.000) hectáreas, que para 1.984 hubo una disminución del catorce punto noventa y seis por ciento (14,96%), ubicándose la misma en doscientos ochenta y ocho mil, trescientas diez (288.310) hectáreas cultivadas, y de acuerdo con el último censo cafetalero, para esa época, la superficie disminuyó hasta doscientas seis mil trescientas veinticinco ( 206.325) hectáreas, que representaba un veintiocho punto cuarenta y cuatro por ciento (28,44%); Registrándose un incremento, en los últimos siete años, para u7n total de doscientas cuarenta y tres mil cuatrocientas ocho con veintidós (243.408,22) hectáreas. Cultivadas para el año 1.997.

Se adjudicaba al “Fondo Nacional del Café (FONCAFÉ)” la responsabilidad de la asistencia técnica; de orientar y capacitar al productor en los aspectos relacionados con todas las prácticas agronómicas que conducen al incremento de la producción y de la productividad del cultivo.

En el contexto económico, desde aquella época de existencia del Fondo, se reconocía que los esfuerzos del Estado venezolano por rescatar a la caficultura venezolana, asistiendo al sector constantemente con programas crediticios, asistencia técnica, campañas divulgativas-educativas, viveros, insumos agrícolas, infraestructura vial, y de beneficio, con el fin de estimular entre los productores las prácticas extensivas de óptimo uso del recurso para mejorar la productividad e incrementar la producción, “no fueron capitalizados por falta de una política de precios eficientes y oportunos necesarios para garantizar al productor márgenes de ganancias superiores o similares a los de otras actividades afines o en otras ramas de ocupación, dado a que por mucho tiempo no se consideró como una actividad rentable y en efecto cualquier productor que decidía tomar un riesgo de inversión en esta actividad, era motivado sólo si con el resultado, estaba en capacidad de generar recursos suficientes para cubrir su crédito agrícola y generar alguna utilidad que le garantizara mejorar su estándar de vida”

La mayor producción de café de los últimos años se ubicó en la cosecha 1.987-1.988 y fue por el orden de un millón setecientos sesenta y tres mil (1.763.000) quintales. Sucediéndose luego alzas y bajas interanuales para los periodos subsiguientes.

Cabe destacar que en la cosecha del año 1.992-1.993 se llegó al precio internacional más bajo de los últimos ciento sesenta (160) años, “Cuarenta y dos dólares por quintal (42/$/q.q.) de café”. Situación que se presentó por la existencia de excedentes de producción superiores a los nueve millones (9.000.000) de sacos.

En la cosecha 1.997-1.998 la situación de la producción cafetera nacional entra en una profunda crisis que se a agravado cada vez más, la industria nacional ante una coyuntura de precios internacionales, emprendió una guerra de precios que llevó el quintal de café a cotizarse, para los meses de febrero y marzo de 1.998, hasta en ciento veintitrés mil bolívares por quintal (Bs. 123.000/quintal) Presumimos que fue un juego macabro de algunos industriales, para lograr que el ministerio de Producción y Comercio de aquel entonces, les aprobara un precio máximo de venta al público de cuatro mil doscientos noventa bolívares, por el kilo de café(Bs. 4290/ kilo de café), para el consumidor, como en realidad fue aprobado.

Una vez logrado este objetivo, se impusieron en el comercio de café verde (a nivel del productor) unos precios viles, que llegaron al extremo de pagarle al productor hasta diez y doce mil bolívares por quintal (Bs. 10-12.000/quintal). Aunado a esto los productores logramos probar la entrada de un contrabando inmisericorde, que trajo la Broca al país. La Broca es un insecto del tamaño de la cabeza de un alfiler que perfora al grano de café, maduro, para alimentarse de él.

El 12 de mayo de 1.998, ante la grave situación que atravesaba la caficultura nacional, la Asamblea Legislativa del estado Lara “Declara en Emergencia a la Producción Cafetalera del Estado Lara”

Desde entonces la crisis cafetalera se ha agravado, cada vez más, ya que no se han implementado los correctivos que deberían haber solucionado la problemática en su génesis:

“La implementación de un precio justo, equitativo y rentable que la permita al productor de café tener un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales y espirituales. Para darle cumplimiento al artículo 91 de nuestra Constitución Nacional, el cual es tan sólo uno de los quince artículos de nuestra Carta Magna que presuntamente se les está violando a las humildes familias caficultoras”

Fuentes:

Fundacite-Roscas industriales-www. Fundacite.org.ve

Registro Venezolano del Café –Foncafé-1.997

Cosecha y Beneficio del Café-CETEP

Gumilla en Barquisimeto-Centro Gumilla- www.gumilla.org.ve.

Café Imperial – Historia- www.auyantepuy.com/web/industria

Alcaldía de Chacao- www. Chacao.gob.ve

Miguel Ángel Burelli Rivas - Uzlar Pietri y la Siembra del Petróleo- www.iacal.usb/91/91

Gaetano Minuta-Personal.

Geografía Mundial del Café- www.saber.ula.ve

Numa García Andrade- El Morral- 1.997

Diagnostico de la Caficultura Venezolana 1.987/1.997 - FONCAFÉ











































LA CAFICULTURA EN MORÁN

Janette García Yépez- Pedro Rodríguez Rojas

En cuanto a Venezuela:

“Cupo en suerte a las ubérrimas tierras adyacentes al caudaloso Orinoco, recibir en sus entrañas calientes las primeras semillas de café, introducidas en Venezuela por los misioneros castellanos, allá por los años de 1730 a 1732.” (Henao Jaramillo 1996 P. 19)

En su libro El café y las ciudades en los Andes Venezolanos 1870-1930, Alicia Ardao señala que ya en 1741 Miguel de Santi Esteban habla de la existencia del café en Caracas pero es a partir de 1830 cuando toma importancia. Según Miguel Izard, es en este año cuando se produjeron 5.311 toneladas a un total de 3.375 bolívares. En 1835 5.343 TM para Bs. 7.3 98 y en 1840 11.962 ton a Bs. 12.365.

Sabemos que después de las guerras fratricidas y los constantes movimientos de revueltas civiles ocurridas en el siglo XIX, Venezuela queda en una situación de destrucción económica, debido a la fragmentación del proceso productivo y el abandono del campo, donde se generaban los productos agrícolas que sustentaban la economía nacional. Era tan complicada la situación que los intereses y algunos censos fueron reducidos, como fue el caso de José Bernabé Yépez en El Tocuyo quien debía 1000 pesos en el censo y le fue rebajado a 800 “con motivo de las pérdidas que sufrí en mis bienes por haber acompañado las tropas de la República durante las guerra de independencia” (Registro Principal de El Tocuyo. folio 20 de 1849) En este mismo año Antonio María Cadenas manifiesta: “Que teniendo en consideración la malísima situación que se sufre por los gremios a consecuencia de la depresión del café, de todas las fincas, por cuyo poderoso motivo se le hace muy difícil a todo el que debe cumplir su compromiso sin tener que sacrificar sus intereses” . Esta persona tuvo que modificar un contrato de préstamo, el precio del café estaba entre 17 y 18 pesos. (R.P.T folio 20)

A mediados del siglo ya la economía cacaotera había dado paso a la preponderancia de un nuevo rubro que es el café, el cual para 1894 alcanzó una producción de 959.525 sacos de sesenta Kg. Es así como para ese mismo año llegaron a exportarse en Venezuela 84.769.091 bolívares solamente por ese rubro, lo que representaba aproximadamente el 80 % de las exportaciones totales en Venezuela, las cuales alcanzaban para ese mismo año la suma de 107.655. 694 bolívares.

Esta situación trajo aparejada- por ser este el cultivo predominante de las zonas andinas y montañosas cuyas condiciones físico-geográficas son óptimas para este rubro- consecuencias de orden político-social debido a la toma y preponderancia de genuinos representantes de esa región en la dirección de nuestro país hasta bien avanzado el siglo XX.

Lucia Martínez Quintero profesora de la ULA-Táchira, explica como fue el surgimiento de esta actividad y el papel primordial del Estado Táchira en la caficultura nacional:

“El grano de café y su comercialización trajo consigo diversos hechos que marcaban la historia en Venezuela, tales como: la incorporación definitiva del Táchira del territorio Nacional; el desarrollo de vías terrestres y férreas (por ejemplo el gran ferrocarril del Táchira; la creación del Ministerio del Fomento (1863); la utilización del bolívar de plata como moneda nacional (ley del 31/03/1879); el establecimiento de la Banca Nacional y extrajera; la presencia del Tachirense en el Gobierno Nacional (Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, y Eleazar López Contreras, entre otros) y la prosperidad de la ciudad de Maracaibo (sede matriz de las casas comerciales y financieras Alemanas, puerto de exportación, etc.)

En cuanto las razones de la crisis cafetalera y la caída del Táchira como principal productor la citada profesora señala:

“El Táchira fue líder de las exportaciones por más de cien años por la calidad optima de su café oro, se mantuvo en primer lugar como productor a nivel nacional hasta el año de 1990, cuando descendió al tercer lugar al ser sustituido por el estado Lara y el Estado Portuguesa. Este descenso se podría explicar, en cierta manera, a partir e los siguientes elementos: desincorporación de zonas cafetaleras para el desarrollo urbanístico e Industrial (El valle de Rubio, Los Municipio San Cristóbal y Cárdenas) desafectación de miles de hectáreas en el Municipio Uribante para la construcción del Complejo Hidroeléctrico Uribante- Caparo. Presencia de plantaciones de cafetales con mas de veinte años de sembrados y bajos rendimientos. Sustitución del café por otros cultivos más rentables (horticultura y floricultura) o por pastos. Miedo del productor a incorporarse al uso de nuevas tecnologías, pocas o nulas asistencia técnica y crediticia. Escasa participación directa del caficultor en el beneficio, trilla, almacenamiento y comercializaron. Deuda de Foncafé con los caficultores con los remanentes producto del arrima del café” (El Nacional 6 de Mayo de 2002. P. A-6 )

-El café en Morán

El Distrito Tocuyo (hoy Municipio Morán) por reunir las condiciones físico-geográficas (relieve, clima, altitud, entre otros), desarrolló una intensa actividad cafetalera (cultivo y comercio), la cual , a pesar de las constantes fluctuaciones de los precios, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX ocupó en dicho Distrito , así como en la región andina, una supremacía en los territorios vecinos de Guarico, Anzoátegui y los Humocaros, convirtiendo desde entonces y hasta hoy al Municipio Morán en el principal productor de este rubro agrícola en el Estado Lara y en uno de los mas importantes en Venezuela, porque en la actualidad produce, aproximadamente unos 150.000 quintales (de unos 200.000 que llegó a producir en 1995) es decir; 25 % de la producción nacional, según la Asociación Nacional de Cafetaleros.

Solo como referencia demostrativa haremos alusión a información encontrada en los libros del Archivo Municipal de Morán en los que se manifiesta la existencia de producción de café desde al menos 1835. En ese año se habla de café en la hacienda de Juan Pablo Yánez que fue anteriormente del padre Rafael Antonio Yánez Orellana en la posesión de la Loma en los Humocaros (folio.7). Aunque no es en El Tocuyo conseguimos la venta de una finca de café en Urachiche que posee 150 matas de cacao valorada a peso cada una y 1400 matas de café a cuatro reales cada una. En 1854 en la hacienda San Antonio, situada en el Palmar, propiedad de Antonio Losada, poseía cacao café y caña de azúcar (folio 2). En ese mismo año en la hacienda San Pedro- de Juan Antonio Oropeza heredero de Felipa Oropeza- tenía café y cacao. (Folio 22) En 1865 Cazones Damián Loyo de Guarico vende a Rafael Fernández participación en producción de café, en la Ciénaga. (Folio 23) En 1860 Petronila Oropeza esposa de Nicolás Guedez vende parte del Palmar a Juan Pablo Yépez donde existía además de caña, ganado y café (Folio 12).

Solo como muestra veamos los cuadros siguientes de compra- venta e hipotecas sobre de terrenos y fincas sembradas de café para el año 1888:

Compra venta de Haciendas de Café (1888)



Vendedor Comprador Lugar Folio Precio Observaciones

Francisca Báez José Venero Pedazo de Café en hacienda de Venero Sabana Grande Guarico F 28 prot. 15 Viuda de Bartolomé García

Dionisio Fernández Encarnación Palma Café el Potrero Ciénaga F. 32 prot. 19 5600 pesos Palma pide crédito a Melquíades Yépez y le pagara con el café en Marzo y también Dionisio pide 12400 pesos a este mismo para pagar con café

Justo Márquez Víctor Maldonado La Candelaria – Curarigua? F. 16 Primera cosecha de café y cacao





Hipotecas sobre Café (1888)



Deudor Acreedor Monto Fianza Folio/Prot.

Juan Colmenares Melquíades Yépez (Dueño de la porquera Guarico) 940 quintales de café Potrero de la Virgen Sabana Grande F.39/ N.25

Francisco Yánez Sociedad Mercantil Manuel Torrealba 2380 Bs. Café a 28 Bs. el quintal loma de Agua Dulce 40/26

Fermín Márquez Rodríguez Anzóla Compañía 18 quintales a 432 Bs. Hacienda la Ceiba 41/27

Martín García Ramón Torres 160 Bs. Palo Grande Guamo Portuguesa 42/28

Rito Peraza Rodríguez y Anzóla 24 quintales o sea 1104 Kilos 43/29

José Ángel Díaz Santiago Giménez ½ finca de café Sabana Grande Camino a Chabásquen 44/30

José Ángel Díaz Luís Vásquez 1104 Bs. Crédito a Melquíades Yépez en la hacienda Ciénaga 46/32

Juan Guillermo Yépez Felipe y Domingo Morán 100 pesos En la Ciénaga 48/33

Juan Pablo Reinoso (se identifica como indígena) Manuel García 360 venezolanos Café en resguardo del Avispero para pagarlo en Mayo de 1887 ya este le debía 300 V. por préstamo para comprar alambique que le pagaba con aguardiente semanalmente, y hipoteco 20 mil de café en la Ciénaga 1/2 1er trimestre





Si bien el Café venia tomando auge importante desde la década de los 70 del siglo XIX es a partir de la abolición de los resguardos de indígenas y que luego por compras, permuta o hipoteca fueron apropiados por parte de los terratenientes de El Tocuyo y casas comerciales- que se convirtieron con el tiempo en prestamistas y luego en propietarias de una significativa proporción de terreno- cuando la actividad cafetalera toma mayor auge en la región. Recordemos que en el caso de la región de El Tocuyo los resguardos de indígenas estuvieron ubicados fundamentalmente en las zonas montañosas donde luego se cultivaría el café. Esta consideración no puede llevarnos al extremo de considerar que los pequeños propietarios y los pobladores indígenas dejaron de existir, pues aun se encuentran en la actualidad haciendo vida en esta región, ni mucho menos pensar que los rasgos culturales de nuestros indígenas, principalmente el Gayón, fueron eliminados de nuestra región, pero su debilitamiento es indiscutible.

En demostración de la importancia que toma la caficultura veremos cómo las principales casas comerciales inglesas y alemanas ubicadas en los principales puertos y ciudades del país comienzan a hacer presencia en la región: Blohm & Co ,Romer Sucs., Basch,., Boulton & Co., R.& O. Kolster. H., Ash & Co., I.A. Senior e Hijos. M. Frey Ermen & Co En 1890 Leseur Romer y Basch alemanes Residentes en Puerto Cabello compran casas en Guarico (folio 11 del 3er trimestre).

En cuanto al uso de mano de obra esta era de carácter intensivo, a pesar de algunas maquinas que llegaron a finales de siglo- como la máquina de vapor para beneficio de café que fue arrendada en 1888 a Rafael Antonio Suárez por el abogado Pedro Fiaban Tortolero apoderado de los Sr. Leseur Romer y compañía de Puerto Cabello-su uso fue relativamente escaso. Tal como lo señala Gimenez (2001):

El grado de explotación de los recursos natura1es fue intensivo, a pesar de la presencia de algunas tecnologías empleadas en el beneficio del café. Para 1930, se registran 14 máquinas de origen extranjero en Duaca y 5 en el Municipio José María Blanco; le sigue en importancia Sanare con 83 y San Miguel con 26. En el resto de los Municipios productores se registran algunas máquinas denominadas criollas. Esto explica en parte por qué en toda la entidad larense domina un 94,4 % de café trillado de acuerdo al Censo Cafetalero de 1940, en tanto que para Duaca esta clase alcanza un 87,94% y un 12,6% representa el café lavado. En todo el Estado la calidad llega a un 5,6%. El café trillado era considerado de segunda clase, ya que su procesamiento en casi su totalidad era artesanal, pues en muchos casos las maquinas descascaradoras son de construcción criolla, lo cual redunda en la calidad del producto. Por ejemplo en Sanare el número de máquinas de fabricación artesanal es para la época de 403. En este sentido, la productividad que pueda lograr una cosecha es directamente proporcional al número de hombres empleados; con una tecnología primitiva, el esfuerzo humano empleado en el proceso es mayor .Pág. 67

Según cifras que la Casa Comercial García Hermanos le ofreció a M Ponte en su Descripción de El Tocuyo en 1888, la producción anual de café en la región era de 20.000 quintales. En comparación con los 1000 que se producían en 1863, significaba un sensible aumento que pudo contribuir a socavar progresivamente en el tiempo los precios del producto, sin embargo; el cultivo de ese rubro agrícola no se detuvo y se extendió por diversos lugares de nuestro Estado. Sin embargo es necesario reconocer que a igual como sucedió en el valle tocuyano donde la caña de azúcar fue desplazando a otros rubros, igual sucedió con el café que sustituyo a otros productos que se producían en las zonas montañosas como el trigo y el maíz, siendo la región Tocuyo una de las de mayor producción en estas áreas en el país.

La riqueza del distrito Morán se esparcía por todo su territorio. Guarico ha sido uno de los más ricos produciendo para los años veinte del siglo pasado de 60 a 65 mil sacos de café (5 % de la producción nacional) además de esto producía 2000 kg de maíz, papas y frutas como la manzana y durazno y existían unas 2000 cabezas de ganado vacuno y 800 de cabra, vendiendo fuera de esta localidad unas 500 pieles de chivo y 300 de reses. En Humocaro Alto existían unas 4500 cabezas de ganado vacuno y 4000 de ganado caprino. Es importante mencionar, que para la fecha se señala a El Tocuyo y Guarico como productores de trigo de muy buena calidad. Para este mismo periodo de estudio la posibilidad de cultivar en estas regiones rubros como el arroz y el alpiste. El precio del café en el año 1927 es de 72 Bs. el saco.

Los años treinta…la crisis

En términos generales, Venezuela ocupó el tercer puesto como productor de café a escala mundial luego de Brasil y Colombia. La producción nacional alcanzó un promedio de un millón doscientos mil quintales anuales, producto de unas 300.000.000 plantas de cafeto esparcidas por el territorio nacional, con un promedio unitario de producción de 250 gramos. El precio para 1930 del café descerezado era de Bs 60 y el trillado entre 40 y 50 Bs.

A pesar de que en 1929 las exportaciones agrícolas venezolanas son superadas por las exportaciones petroleras, algunos rubros tradicionales continuaban teniendo supremacía en la economía nacional y regional, sin embargo, precisamente a partir de este mismo año se origina un desequilibrio en los precios de dichos rubros agrícolas, como consecuencia de la coyuntura internacional que se ha dado a conocer como el crac de los años 30. Con respecto al café, en 1932, se origina una sobreproducción, llegando a existir unos 48 millones de sacos almacenados en el mundo. En Venezuela también existía esa sobreproducción, aun cuando la productividad a penas alcanzaba los 200 gramos por mata en comparación con otros países que alcanzaban 1 Kg. por mata.

La Crisis en El Tocuyo

A pesar de que en 1929 ya existe una Asociación Cafetaleros de Venezuela, concretamente en El Tocuyo (Morán) no existía nada parecido, produciéndose una anarquía en el mercado interno que se aunaba a la crisis de sobre producción a escala mundial; de esta situación se aprovecharon los grandes productores que podían almacenar café comprándole a los pequeños productores que por sus dificultades no podían esperar y tenían que vender el producto a precios bajos. Fue tal la caída del mercado cafetalero que para 1925 salían del hoy Municipio Morán más de 100.000 quintales, pero para 1950 esta cifra solo alcanza 20.000 quintales, y a nivel nacional la producción llegó a un mínimo de 100.000 quintales.

El café para 1932 estaba en 40 Bs. el saco después de estar en 70 Bs. en 1927. Es tan violenta la caída de los precios del café que el gobierno de López Contreras tuvo que subsidiar con una prima a los productores que aun subsistían, pues el precio real llegó a cifras tan inferiores como de 14 Bs., que con la prima de 15 Bs., representaba un total de 29 Bs. Fue tan alta esta prima (subsidio) que ese mismo año el presidente llegó a otorgar 30 millones de bolívares para comprar el café a 50 Bs. el quintal, operación que se realizó a través del Banco de Venezuela. Ya para 1936, existe una oficina del Banco Agrícola y Pecuario (B.A.P) en El Tocuyo para otorgar créditos blandos a los agricultores. Esta agencia estuvo presidida en los primeros años por los hermanos Arturo y Miguel José Tamayo En este mismo año Antonio Tamayo, Agustín Gil Gil, Juan de Jesús Colmenares, Santiago Suárez, y Manuel Guedez Cordero, se han constituido como Junta de Fomento Agrícola con el fin de servir como intermediario de los pequeños Agricultores ante el B.A.P.( 3er tt. folio 77). Hasta 1936 se habían entregado en el Distrito 49.120 Bolívares en créditos.

En febrero de 1937 se formó la Junta Cafetalera de El Tocuyo, cuyo primer Presidente fue Manuel Guédez Cordero, acompañado por Juan Carlos Rivero, Luís Tovar Losada, Reyes Reinoso, Yépez Lucena y también se fundó la de Guarico en ese mismo año, el Presidente era Antonio Cadena y Vicepresidente Arcadio Perera. Antes se había constituido el Instituto Nacional de Café. En julio de 1941, el precio del café lavado, incluido la prima de exportación, fue de 61 Bs. el quintal y 46 Bs. el quintal de café trillado. En ese mismo mes se elimina la prima de exportación. Se sustituye por “Dólar Fruto”.

A pesar de este aumento el precio no superaba aún los de los años veinte. Hemos dicho que esta crisis del café produjo cambios en la distribución de la propiedad territorial, el desplazamiento del cultivo del café por otro; pero las consecuencias fueron mucho más allá , las más importantes casas comerciales de la localidad (como la García Hermanos) se vieron seriamente afectados y debieron cerrar sus puertas en los años treinta. La Torcaz de Miguel Tamayo, la segundas casa comercial en importancia pudo resistir- a pesar de algunas hipotecas y ver reducido su mercado-hasta cerrar sus puertas definitivamente después del terremoto de 1950. En 1931 se divide la firma Daviá y Saldivia, Clemente Daviá quedo debiendo 52.000 Bs. a Saldivia. En 1933, Enrique García Guedez, en vista de que está rota la relación comercial que tenían en El Tocuyo, Barquisimeto, Puerto Cabello y Caracas y dado a que le queda debiendo a Miguel Saldivia le paga con derecho de 6 venezolanos en la posesión Comunera Potreritos de Los Hoyos de Guarico, y con una casa. Todo esto valorado para la época en 22.000 Bolívares.(2do trimestre folio 125)

También se muestra en estos años un creciente movimiento emigratorio tanto de habitantes como de capitales, así vemos como importantes hacendados como José Antonio Tamayo Pérez, adquiere tierras para la producción de caña en los valles del Río Turbio en Barquisimeto, y la familia Anzola Tamayo compró la hacienda El Danubio, en Duaca. En 1932 Francisco Gil García de Humocaro Bajo compro a Bhlon Compañía la finca Las Parchas en Cabudare por 128.000 Bs. Tenía café, caña, terreno para ganado y era considerada una de las mejores del Estado Lara. (El Industrial mes 1 Nº 2 Marzo de 1932).

Los cada vez más crecientes y abundantes ingresos petroleros (por lo insustituible de este producto) hicieron que para mal y bien, Venezuela no pasará por la crisis coyunturales (cuellos de botella) por las que pasaron el resto de los países de América Latina que obligó a estos a tener que generar nuevas fuentes de riqueza y hacerse menos dependiente de la mono producción. La renta petrolera subsidió algunos sectores económicos pero sobre todo al naciente aparato industrial. Así mismo se dio profundo auge de las importaciones que aumentaban progresivamente en la medida en que cambiaban los patrones de consumo de los venezolanos.

De este contexto mundial y nacional no escapa la economía tocuyana, esta región era productora de cultivos tradicionales y explotados también de manera tradicional. Si bien en algo se benefició la economía tocuyana con el auge de los años veinte, mucho más fue el efecto producido por la crisis de los años treinta, iniciado con el crac norteamericano, sobretodo en el caso del café que a pesar de la comprobada calidad del mismo es un bien sustituible. Esto como hemos señalado permitió el desplazamiento de los pequeños fundos del café por los grandes, o lo peor aún, la sustitución de estos cultivos por los de caña en algunas regiones, como fue el caso de Los Humocaros.

Esto no fue un caso único en El Tocuyo, por ejemplo; en el distrito Torres la caída de los precios de las pieles de chivo, que era uno de sus principales rubros económicos, comienza a producir el desplazamiento de esta actividad por la explotación de ganado vacuno, lo que luego daría origen a la ya reconocida raza Carora.

Es importante señalar que la producción de café en la región fue aumentando progresivamente en las décadas posteriores. La importancia de este cultivo hizo posible que El Tocuyo hasta los años 30 sirviera de centro de acopio de café, el cual era trasladado desde ahí hasta Maracaibo, luego la ruta fue desde de Barquisimeto a Puerto Cabello .En El Tocuyo, la crítica situación de los precios se tradujo en continuas ventas de haciendas cafetaleras y endeudamiento por hipotecas , las cuales en la mayoría de los casos eran otorgados por particulares que practicaban la usura y por poderosas casas comerciales, como la Casa Boulton y la Casa García Hermanos, fundada en 1863. Así lo expresa el bardo Roberto Montesinos en su poema El Caballero de la hipoteca:

Hace tiempo el café ha perdido su precio,

las cosechas se empeñan a un miserable precio

y la hipoteca clava la ruda garra, recio.

El tiempo va pasando y los plazos también

Acumulando van intereses de intereses,

en el día señalado que hay en todos los meses ¨.

La casa comercial García Hermanos transcurrió por el mismo auge que tuvo el café hasta principios del siglo XX, pero al comenzar la sobreproducción mundial del café, y por ende la caída de sus precios, comenzó un período de debilidad del mercado que iría a agudizarse con las repercusiones producto de la crisis de los años 30, pasando el café a ser fundamentalmente un producto de subsistencia económica para los productores regionales, en un período donde los grandes propietarios venden sus tierras y se dedican a otras áreas productivas. Esto conlleva a que la Casa García Hermanos cierre sus puertas de manera definitiva en esos años, sin dejar de mencionar su debilitamiento como consecuencia de la muerte de algunos de sus fundadores y principales accionistas .Esta casa comercial ubicada en El Tocuyo, tenía relación directa con Estados Unidos y Europa, es decir; tenia buena parte del control de dicho comercio. Entre las principales Casa Comerciales con las que mantuvo relaciones de negocio se encontraban: La “Roma”, “Seidel”, Brum, “Dum Lof”, “Beselín” y “Boulton. Los García Hermanos además de ser la casa comercial de exportación de café e importación de diversas mercancías secas más importante establecida en El Tocuyo, contaba con tres importantes sucursales: “La Casa del Pueblo”, donde se expendían víveres y frutos, “Liverpool”, de mercancía seca, y la “Botica El Carmen” farmacia y droguería.

Como demostración de la importancia de esta casa comercial daremos a conocer algunos elementos de su balance general: Para 1890, los activos totales superaban los 278 mil pesos. Para entender lo que se significa esta cifra basta con indicar que las fincas más grandes e importantes de la localidad difícilmente sobrepasaban el precio de 20 mil pesos. Las utilidades sobrepasaban los 70 mil pesos, distribuidos entre sus principales accionistas; Pablo García Yánez, Rafael Suárez, E. Garmendia, Jesús García Yánez, Juvenal Escalona, Manuel García Yánez y otros accionistas menores como Nicanor Linares, José Manuel Herrera, y Francisco Rodríguez López.

Por la importancia económica de la Casa Comercial García Hermanos, y ante los debilitados sistemas crediticios, éstos se convirtieron en los más importantes prestamistas de la región. Entre sus deudores se encontraban desde los más humildes pobladores hasta los miembros de las más ricas familias como los Agüero, los Orellana, Yánez, Yépez Gil, García Tamayo, Delgado, Ramos, Saldivia, Felice, entre otros. Debemos hacer notar que mucho de los propietarios de fincas, fundamentalmente de café, al verse imposibilitados para cancelar hipotecas tuvieron que traspasar a esta casa comercial sus tierras .Como ejemplo de esto podemos mencionar la venta de la finca “San José”, en Sabana Grande, Anzoátegui; por la cantidad de 6.500 bolívares como consta en el libro de registros de 1908. Con respecto a los interés debemos mencionar que estos variaba de 6 a 8 Bs. por cada 400 mensuales o de ½ % hasta 2% de interés mensual.

En el periódico Titiriji de El Tocuyo de 1932 se advierte de la crisis: “Cosecha de café la próxima en nuestra en nuestro Estado se promete mala, según informe que tenemos de diversas regiones. El Sr. Jesús Agüero de Duaca, tiene 3.000 tareas de café y descosechara apenas unos 100 sacos de a 46 kilos. El Sr. Cuicas de Río Claro, persona seria, que la de su finca es casi nula, y así mismo es en El Tocuyo, Guarico, Cabudare, Siquisiqui, y otros Pueblos”.

En 1933, en el libro de Archivo Municipal ,José Gregorio Silva declara, que “No habiendo sido posible efectuar el cumplimiento de la obligación, tanto por las malas cosechas de las plantaciones como por la depresión del café, tanto por el recargo de intereses y la escasez del numerario entrego a los señores Campins Hermanos lote de terreno en Las Quebraditas...” (4to trimestre de 1933. folio 49)

Así como se produjo la repartición y progresiva venta a particulares de los antiguos resguardos indígenas y de pequeños propietarios, queremos ahora demostrar como la crisis de los años 30 del siglo XX hizo que tanto pequeños como grandes propietarios tuvieran que vender hipotecar, su finca o producción a los mas grandes comerciantes, o a sectores de otras regiones o a casa comerciales extranjeras, quedando muchos de ellos en la ruina total.

Compra Venta de Fincas



Vendedor Comprador Precio Lugar Folio Observación

Vicente Antonio Rodríguez Jesús Mambell 1.640 Bs. Hacienda Café Ho. Bajo La montaña 250 acres 48-49 1er tt 1920 Mambel vende en 1952 a Bernardo Rodríguez

Viuda de Ezequiel Bujanda Manuel Anzóla Tamayo 101.200 Bs. La Vega en El Tocuyo 2 Prot. 2 1er tt. 1920 tutelas Lindero con los cocos de Juan Ramos García L Cantera Sabana grande abajo y el Río Tocuyo

Candelario Quintero General Froilán Torrealba 8.400 Bs. Finca Bucaral H.A. 91-92 4to tt prot 1 1920

Carmen Gil de Gil y Rafael Ramón Guillen José Garmendia Rodríguez 180.000 Bs. Santa María en El Molino 155 1er tt. 1927 Luego venden 1952 a C.A. La Rural.

Bernabé Isidro Orellana Tertuliano Linares 5.000 Bs. Guarico La Fila 167 1er tt. De 1927

Matilde García de Yánez Dr. J. A. Pérez Limardo 400 Bs. Cerro Gordo 4 1er tt. 1927 Pérez Limardo vivió en Trujillo y vendió en 1942 al Dr. Arcadio Pérez.

Marcelino Gil Dr. J. A. Pérez Limardo 600 Bs. Cerro Gordo 8 hect. 51 1er tt. 1927 También le vendió en 1942 al Dr. Arcadio Pérez

Sofía Rodríguez de Tamayo Josa Antonio Tamayo Pérez 7.000 Bs. Palo verde COMUNERO 76 1er tt. 1927 Terreno colindante con hacienda Yogore y la cuarta parte de Yogore que tiene copropiedad con Heriberto Tamayo y Rafael Colmenares, y los terrenos conocidos como los Mareos y Los López en el Haticos.

Antonio Saldivia José Crispiniano Colmenares 150.000 Bs. La Concepción en el Palmar 86 Nº 69 1 de Marzo de 1930 Colmenares Comerciante residente en Maracaibo. Los Saldivia se la habían comprado en 1923 a Sara Ramos de García.

Se hipoteca por 50.000 Bs. con José Ramos García. En 1940 vende 12 horas de agua a Leonadas Anzóla Tamayo, y en 1949 los herederos de Colmenares hipotecaron a la C.V.F. y en 1951 hipotecaron en 2do grado a Compañía Seguros Avilas, Caracas, La Nacional y la Federal

Ezequiel Jiménez Juan Bautista Colmenares 15.900 Bs. Parte de Sabana Grande 84 Nº 71 2do tt 1930 Jiménez la compro en 1893 a Isaías Pérez. Colmenares Hipoteco en 1945 a Juan de la Cruz Jiménez luego vendió a su hijo con el mismo nombre. En 1948 hipotecaron a la C.V.F.

Ramón Castejón Pérez Soto Diego Losada y Dr. Gualberto Garmendia 140.000 bs. Haciendas Villa Carmen 57 4to tt. 1930 Recibieron de Castejon una Hipoteca que tenia con Camacho Gil y Compaña de H. B. En 1964 por 60.000 Bs. En 1933 l cancelaron

Antonio Mejías Leónidas Sosa 3.000 Bs. Hacienda Guago Guarico 70 y 71 1er tt 1931

Cruz Mario Oropeza Hermanos Saldivia 6.500 Bs. Fundo Santa Lucia Guarico 123 1er tt. 1932

Sofía Frankles de Cardot (viuda) José Ramos García 104.000 Bs. Derechos en la Guajira 65 2do tt. 1932 Fundo la Guajira estaba compuesta: por la Guajira el Potero y El cercado comprado en 1921. Era sucesión de Pacifico Yépez Piñero y de su esposa Rosa Tamayo de Yépez. En 1968 Luisa Ramos de Ramos García vendió a Sulpicio Garmendia J.C. Colmenares y Rafael Ángel Álvarez

Heriberto Tamayo Angelina Tamayo de Anzóla (esposa de Leónidas Anzóla) 24.000 Bs. El Cerrito 56 4to tt. 1932

Francisco Gil García Hermano José María Gil García 60.000 Bs. Lourdes en Humocaro Bajo 27 2do tt. De 1932 Hacienda de Caña con trapiche marca Gordón con rueda hidráulica y parrilla de 5 fondos para papelón, casa de peones, 19 burros, 10 mulas, 2 yunque de bueyes, 3 vacas paridas, herramientas, caney de carrizo para almacenar maíz, establecimiento con bodega y correo, tiene buco propio que viene de quebrada Aposentos, le pertenece por herencia de padres.

Demetrio Saldivia Hijos Jorge Saldivia 2000 Bs. 122 3er tt. 1932 Esta finca fue de los Cadenas que habían comprado Alpino Torrealba Álvarez, quien a su vez había comprado a los señores Beherano y Compañía. Jorge Saldivia la vendió a Adolfo Colmenares en 1949

Rafael Tovar Juan Abrahan Saldivia 800 Bs. Terreno 106 4to tt. 1932

Diamira Espinosa Eulogio Hernández 2.400 Bs. Posesión Comunera Agua Amarilla 36 1er tt. 1933

Juan Miguel Saldivia Víctor Manuel Díaz Loma de Avispero 56 1er tt. 1933

Juan Miguel Saldivia Rosaliano Vázquez 400 Bs. Montaña de Avispero 85 1er tt 1933

Augusto Anzóla Tamayo y Carlos Suárez García Rafael E. Tovar 12.999 Bs. San Lorenzo y La Laguneta 94 2do tt. 1933

Segundo y Etasnislao Fernández Hermanos Saldivia 7.998 Bs. Terreno en Santa Lucia 26 2do tt. 1933

Julio de Jesús Giménez 160 Bs. Terreno en la Boca posesión COMUNERA Sabana Grande 98 2do tt. 1933

Felipe García Dr. Simón Linares, Rafael Pérez Arango y Juan Miguel Saldivia 840 Bs. 21 hectáreas en Santa Lucia 122 2do tt. 1933 García se quedo con una parte que le había comprado a Linares en 1925

Remigio y Sixto Yépez Yépez José Félix Yépez Terreno y trilla de café en Guarico Caserío el Tigre 110 2do tt 1933 Este terreno se lo habían comprado al mismo José Félix y este lo había comprado anteriormente a Félix Nabor Osal, luego se lo vendieron a J.C. Colmenares.

Consuelo Trocoli Carlos Luís Cardo (hermano) 109.000 Bs. Derecho otra Banda Abajo 30 3er tt 1933 Su hermano le sede parte en otra banda arriba (La Reforma) Consuelo vende al Central en 1969









Hipotecas de Fincas



Deudor Acreedor Monto Fianza Folio Observación

Juvenal Castellanos Crispiniano Colmenares 22 1er Trimestre 1920 Colmenares Comerciante Residente en El Tocuyo y Castellano Tocuyano pero residente en Duaca.

Nicanor Gil García hermanos 16.659 Bs. Hacienda Café Humocaro Alto 49-50 1er tt 1920 Tuvo que entregar la finca que tenia hipotecada desde 1915

Elías Bozo García Hermanos 28.000 Bs. Fundo Cruz Verde en Guaito 47 prot. 1 2 do tt. 1920 Paga deuda que tenia desde 1915 luego vende por 10.000 Bs. en 1920 a Maximiliano Sánchez y en 1948 Ángel Ramón Sánchez hijo vende a Natividad Torres. El mismo Bozo le debe a Maximiliano Sánchez 4.500 Bs. para pagarle a García Hermanos hipotecando “todo el café que produzca esa finca al precio corriente que tenga ese fruto en el lugar de su entrega mas un interés del 1% mensual en la Finca El Bucarán en Guaito.

Dr. Rafael Elías Garmendia Teresa Rodríguez de Garmendia esposa de Rafael Garmendia 20.000 Bs. al ½ % mensual de interés La Pandita en el Tocuyo 68-69 Nº 74 prot.1 2do tt. 1920 Herencia de su padre Sulpicio Garmendia y Rafael Peraza. En 1912 compra parte de su hermana Rita Elena y se la cancelo en 1930.

Dr. Rafael Elías Garmendia José Garmendia 34.000 Bs. ¾ de interés mensual a 6 años Parte Hacienda Garrapatera o Santa Rita 69 Nº 75 prot. 1 2do tt. 1920 Esta parte se le había comprado a la señorita ana Juana y Susana Yépez Peraza y Ángel Ramón Yépez Anzóla en 1920

Maximiliano Sánchez García Hermanos 4.000 Bs. Finca Cruz Verde en Guaito 48 prot. 1 2do tt. 1920 Es el mimo fundo que compro días antes a Bozo

José Antonio Oropeza León Saldivia 3.000 Bs. Fundo La Palmita en Guarico 4-5 3tt. Prot. 1 1920 Esta finca perteneció a su padre General José Antonio Oropeza

Sofía Rodríguez de Tamayo Sofía Frankle de Cardot y José Ramos García 24.000 Bs. a ¾ interés mensual a 4 años El Callao 14-17 3er tt. Prot. 1 1920 Esta deuda se cancelo en 1930. Viuda de José Antonio Tamayo Pérez en 1917

Antonio Losada José Crispiniano Colmenares 15.995 Bs. El Potrerito en Guarico 76-77 4to tt. Prot. 1 1920

Alcidides Olabarrieta Hermanos Gimenez 9.000 Bs. El Guamal en Anzoátegui 79 1er tt. De 1927 La compró a los Hermanos Gimenez en 1914 por no pagar cuota la devolvió sin reclamar ninguna indemnización. Pero vende Matas y bienhechurias a Víctor Guedez quien luego compraría el terreno a Hermanos Giménez.

Delvira Ramona Sánchez Miguel Ángel Díaz 30.000 Bs. Fundo en el Caserío El Arenal Humocaro Alto 107 1er tt. 1927 Tuvo que entregar el fundo a Díaz este hipoteco en 1960 a Comercial Tocuyo. Y en 1966 paso hipoteca a Leonidas Anzóla, cancelo la hipoteca pero en 1968 la volvió a hipotecar al mismo y en 1971 cancelo. Y en 1972 vendió a Lino Horacio Díaz Sánchez y este vendió en 1993 Senoida Venidora Wamise

Víctor Manuel Tamayo y Ricardo Suárez Juan Tomas Santana 60.000 Bs. -Fundo Vira Vira

-Hato Arriba

-El potrero de María

-El Parchal

48 1er tt. 1927 Viravira comprado a Juan Bautista Yépez Piñero en 1887. Hato Arriba comprado a Elena Yépez de Suárez y Hortensia de Yépez Borges, en 1906. El potrero a Rubén Alvarado en 1911. El Parchal, a Amador y Mateo González en 1920. Y otros terrenos menores comprado a Heriberto Tamayo. Todos estos terrenos están unidos excepto Hoyo de la Plata dedicado al ganado y cría. Todo conocido como Hato Arriba y Comprado a Don Heriberto Tamayo el 1 mayo 1925. Posee maquina de Trillar

Virginia Anzóla de Orellana Viuda José Ramos García 7.998 Bs. al ¾ % mensual parte que corresponde con sus hijos con el fundo San José de Guajira Parte con sus hijos de fundo La Guajira 16 del 1er tt. De 1927

Sofía Rodríguez de Tamayo Pérez Debe a sus hijas Magdalena y Ana 8.000 Bs. desde 1925 y 12.000 Bs. por venta de casa a Dr. Rafael Garmendia y 7.000 Bs. en efectivo en 1923 El Callao 74 1er tt. De 1927 Vendió lote de terreno a Remigio Sixto Yépez 30 de Agosto de 1917 Nº 75 folio 69-77

Josefina Tamayo de Tamayo Pérez (Viuda José Ramos García 16.000 Bs. 97 4to Nº 186 2 do tt 1920

Heriberto Tamayo Juana Yépez de Bujanda 20.000 Bs. La Estrella en el Palmar 223 Nº 186 2do Tt 1930 Esta Finca esta hipotecada en 1er grado a Sofía Tamayo de Herrera

Demetrio Saldivia Banco Agrícola y Pecuario 40.000 Bs. al 5% anual o 1.1/2 mensual La Quebradita Guarico 219 Nº 184 2do t 1930 Que los privados cobraban hasta 2 % mensual.

Juan Ramos García Banco Agrícola y Pecuario 80.000 Bs. al 5% anual 78 cuotas a 1.600 Bs. cada una Fundo Bella Vista 171 Nº 146 2do tt 1930 Esta Deuda fue perdonada en 1975. Ubicación: norte hacienda la Charca de Jesús Paris, este río Tocuyo, sur quebrada hatillo y San Pablo de Juan París oeste San Pedro de Manuel Guedez Cordero Ramón García Compra Bella vista en 1911

Placido y Juan de la Cruz Jiménez Ezequiel Jiménez 40.000 Bs. 136 Nº 117 2do tt 1930 Debido al rompimiento de la firma Comercial.

Demetrio Saldivia Banco Agrícola y Pecuario 40.000 Bs. Hacienda las Quebraditas en Guarico 218 Nº 183 2do tt 1930

Rafael Elías Garmendia Banco Agrícola y Pecuario

José Crispiniano Colmenares 83.372 Bs.





2.000 Bs. 191 Nº 161 2do tt 130

José A. Pérez Limardo Banco Agrícola y Pecuario 112.337 Bs. Fianza Terreno en Guarico 13 Nº 10 3er tt 1930

Antonio Losada Banco Agrícola y Pecuario 63.189 Bs. Fundo Guarico 16 Nº 12 3er tt 1930

Manuel Guedez Cordero Banco Agrícola y Pecuario 28.000 Bs. Hacienda Santo Domingo 119 1er tt. 1931

Félix Elena Yánez B.A.P. 28.000 Bs. Fundo Buenos Aires Guarico 116 1er tt. 1931 no pago, los hijos dieron en pago el Fundo en 1947

Maximiliano Pérez Nabil Saldivia, Ricardo Torres, Juan Saldivia y José Manzur 56.000 Bs. Un lote de 300.000 Árboles de café en sus fincas Santa Martha comprado en 1904 las Cruces 1905 La Cuchilla 1919 La Puerta 1919 San Antonio 1924 y San Lorenzo 1929 155 1er tt. 1931

Luís Ramos García, Pablo Ramos García, Sara Ramos de García (viuda) Elvira Ramos de Montero B.A.P. La Primavera en Guarico a 24 años 5% anual 63 2do tt. 1931

Félix Yépez José Crispiniano Colmenares Fundo San José 25 2 tt.

Ramón Castejón (hijo) Elena Laureano y Julio Cortés José Crispiniano Colmenares 10.000 y 12.000 Bs. respectivamente Finca Potrerito de Avispero en Guarico 19 3er tt 1931

León Reinoso B.A.P. 41.680 Bs Fundo Monte Cristo en Anzoátegui 55 4to tt 1931 Su hermano Reyes Reinoso era Dueño de hacienda Berlín

Heriberto Tamayo José C. Colmenares 15.998 Bs. 69 4to tt 1931 Pago Debito

Juan Ramos García Leónidas Anzóla Tamayo 15.995 Bs. al ¾ de interés mensual Hacienda los Cocos 56 4to tt 1931 Compro a Dr. Egidio Montesinos Agüero en 1919 junto al Fundo Bella Vista

Heriberto Tamayo Leónidas Anzóla Tamayo 30.000 Bs. La Estrella 58 4to tt 1931 Hipoteca en 3er grado. La tenia hipotecada en 1er grado a Sofía Tamayo de Herrera por 28.000 Bs. desde 1924. La finca se ubica en el Oriente con cerros en el poniente río Tocuyo norte la Concepción y en El sur con Buenos Aires de su propiedad esta l compro a Elena Yépez de García

Ezequiel Aguilar Hermanos Saldivia 12.000 Bs. Fundo en Guarico 73 4to tt. 1932 fundo lo había comprado en 1930 a Ramón Castejon y por no poder pagar la hipoteca entrega finca.

Aurelio y Rafael Espinosa Nayil Saldivia 3.739 Bs. Terreno de café en Valle Hondo 26 4to tt. De 1932 Tuvieron que entregar terreno con hipoteca desde 1929 con 8.000 matas de café.

Cantalier Escalona Hermanos Saldivia 1.738 Bs. Casa y Terreno en Guarico 65 4to tt de 1932 Entregó casa y terreno.

Amis Elcure Miguel Saldivia 15.900 Bs. La Florida en Guarico 95 4to tt. Años 1932 Tuvo que entregar a Saldivia y luego por herencia en 1952 pasa a Gabriel José Saldivia, y en 1997 vende a Argimiro de Jesús Pérez.

Pedro Demóstone y Alejandro Hurtado Juan Miguel Saldivia 6.940 Bs. Un en Villanuevita con 10.000 matas de café y otro derecho comunero en el Avispero. 99 4to tt. De 1932 Entrega los terrenos Villanuevita lo habían comprado Carlos Yépez Borgen y el del Avispero a Altagracia Corrales de Pérez

Demetrio Saldivia R. Kolter de Puerto Cabello 20.000 Bs. al 1% mensual Las Quebradistas 51 del 4to tt. Del año 1932 Era pagar con cuatrocientos sacos de café. Esta hacienda la compro en 1922.

Remigio y Sixto Yépez Angelina y María Yépez (hermanas) 48.000 Bs. al ¾ % mensual Hacienda Las Cruces de caña 13 4to tt. 1932 Esta finca es de herencia de sus padres Concepción y Juana y ellos compraron derecho a sus hermanos en 1920.

Gabriel Rojas Miguel Saldivia 3.800 Bs. Terreno en Guarico 27 4to tt. 1932 Entrega terreno

Ramón Castejón y compañía Miguel Saldivia 22.000 Bs. 33 4to tt. 1932 Canceló

Ramón Colmenares Nayib Saldivia 12.500 Bs. Finca en El Tocuyo 117 4to tt de 1932 Este préstamo es por haberle vendido una propiedad la misma que le había entregado en pago en 1931. En 1948 se la vuelve a entregar a los Saldivia por no poderla pagar.

Toribio Silva Augusto Anzóla Tamayo 3.886 Bs. Café en el Cogoyal en Anzoátegui 80 4to tt de 1932

Víctor Manuel Tamayo y Ricardo Suárez García Sofía de Herrera 7.999 Bs. 1% mensual 72 4to tt. 1932

Francisco Tovar Losada Rafael E. Tovar 69.881 Bs. 75 4to tt. 1932 El monto se lo adeudaba a Blas y Samuel Saldivia, Julio Añes y Calderon y compañía.

Francisco Tempole Hermanos Saldivia Hacienda Café Agua negra posesión comunera Sabana Grande Anzoátegui 105 4to tt. 1932 Que había comprado Sotero Giménez en 1906. Y otra que compro a los Vizcaya en 1929. En 1948 vende a José del Carmen Silva.



Bernabé Rodríguez y Maximiliano Pérez Nayil Saldivia 25.787 Bs. 129 3er tt. 1932 Saldivia Compro deuda a Juan de Jesús Pérez. Los dos indicado veían pagar con café.

Virginia Anzóla de Orellana José Antonio Tamayo Pérez 10.000 Bs. Derecho en el Fundo San José de Guajira 27 3er tt. 1932 Este derecho por herencia de su esposa Gregoria Orellana la finca fue vendida por 240.000 Bs. y el correspondía 42.309 Bs.

Camilo Guedez Octavia Tovar, petra Garmendia Augusto y Leónidas Anzóla 1.356 Bs., 1.200 Bs., y 2.000 Bs. respectivamente 6 - 14 3er tt. 1932

Magdalena, Petra y Jesús Maria Garmendia Herederos de Fortunato Garmendia Pablo Arnoldo Rivero 34.500 Bs. Sobre fundo Buena Vista en El Tocuyo 148 3er tt. 1932 Ubicado en el Norte con San Benitos de Sucesores de Pablo Rivero García, por el sur con Gualberto Garmendia, este rió Tocuyo, Oeste cerro Cotoperí .De este fundo Magdalena tiene la mitad por herencia de su padre, Fortunato Garmendia y Engracia Peraza, la otra cuarta parte Engracia la heredo de su hermano Dr. Fortunato Garmendia. Y el otro cuarto le corresponde a Jesús Maria y Petra Garmendia

José Suárez Leónidas Anzola 2.273 Bs. Terreno en Biscucuy 2 4to tt. 1932

Rafael E. Tovar Blhon Compañía representado por Willen Baremor, Tomas Taylor, Calderón e hijos y también Julio Añez de Maracaibo y Simón Saldivia 69.861 Bs. 60 3er tt. 1932 Esta deuda es de 1930 y la pago.

Julio García Gil Bremer Moller sucesores de Maracaibo Fundo Santa Lucia en Humocaro Alto 200 3er tt. 1932

Herederos de Juan Bautista Mendoza Rafael E. Tovar 5.000 Bs.

3.400 Bs. Las Quebraditas 321 3er tt. 1932 Esta deuda se la traspaso Jose C. Colmenares.

Silverio García J. C. Colmenares 15.998 Bs. Casa de Comercio 78 1er tt. 1932 García pago 12.000 Bs. que debía a firma R. Kolster de Puerto Cabello a quien le había hipotecado la casa que le compro a Blohn y Compañía comprada en 1920

Jesús Maria Corrales Leónidas Anzóla Tamayo 30.000 Bs. Fundo en Guarico 22 1er tt. 1933

Rafael Losada Antonio José Campins 9.000 Bs. Negocios en Villanueva 84 1er tt. 1933 No pudo pagar tuvo que vender negocio en Villanueva y tenía otras dos fincas de café hipotecadas a los Señores González y Escalona.

José Maria y Bartolomé Rodríguez. Luís Saldivia de Arabia, Juan Miguel Saldivia de Siria 9.749 Bs. Sobre 330 sacos de Café en los Terrenos de la Guayana y Las quebraditas 25 1er tt. 1933

Maximiliano Sánchez Guedez Félix Fernández y Compañía 10.000 Bs. a 5/8 % de interés mensual La sabana 14 1er tt. 1933 Ubicación al norte y el oeste Villa Carmen de Diego Losada al Sur Aguirre de Hermanos Arangu y al este posesión comunera de Curumato.

Reyes Reinoso Banco de Venezuela 46.000 Bs. al 9% anual Quebrada de oro en Anzoátegui 35 1er tt. 1933 El Banco obrero cancelo la hipoteca en 1943

Jose Celestino Yépez Lucena J.C. Colmenares 9.000 Bs. Fundo en Guarico 153 Nº 84 1er tt. 1933 En 1942 dio en pago la finca a sucesores de Colmenares

Nicolás Piña Clemente Daviá y Maximiliano Mozuer 1.352 Bs. 1.144 Bs. respectivamente Finca Agua Lucia Guarico 109 1er tt. 1933 El pago se hará con 52 sacos de café en 1942 tuvo que entregar la finca a lo deudores.

Rafael Maria Escalona General Vicencio Pérez Soto 100.000 Bs. Hacienda San José 16 1er tt. 1933 Este préstamo se hizo el 28 de Enero de 1928 (folio 50 nº 43 prot. 1ro). Esta Finca la vende Rafael a Crispiniano Colmenares l 26 de Febrero de 1929. en 1933 paga la deuda al general Pérez Soto.

Don Gualberto Garmendia y Diego Losada Félix Fernández 50.000 Bs. ¾ % de interés mensual Hacienda Villa Carmen 22 1er tt. 1933 No aparece Vicencio Pérez Soto este posiblemente fue solo prestamista.

Anselmo García Hermanos Saldivia Terreno Santa Lucia en Guarico 25 2do tt 1933 Esta la había comprado García a los Saldivia en 1932. en 1948 se la venden a Hipólito Silva

Ramón Lugo Hermanos Saldivia 20.000 Bs. 2 Fincas en Portuguesa y 1 La Florida en Villanueva 67 2do tt 1933 Estas fincas fueron de Eduardo Hernández y Manuel Escalona. En 1948 Saldivia vende a José Concepción Lucena y a Juan Bautista Yánez

Juana Francisca Mendoza viuda de Juan Bautista Mendoza Hermanos Saldivia 76.909 Bs. Casa y Hacienda con 65 mil Árboles de café 49 2do tt 1933 Se la entrega por deuda que dejo su esposo

Aquilino Piñero Nayib Saldivia 2.845 Bs. Las Quebradita con 10.000 matas de café 43 2do tt 1933

José Eulogio Pérez, Segundo y Estanislao Fernández Hermanos Saldivia 9.000 Bs. Finca de café de 9 hectáreas 28 2do tt 1933 Entregan la finca a los Saldivia y en 1975 Luís Saldivia vende a Maximina León de Linares

José Félix Yépez José C. Colmenares 4.000 Bs. 71 2do tt 1933 Esta hipoteca la cedió Rafael Tovar a Colmenares

Pedro Márquez Sambrano Bhlon y Compañía y Augusto Anzóla Tamayo 1.016 Bs. y 1.603 respectivamente Sobre terreno de Café 62 3er tt 1933

Medico Fortunato Orellana Adolfo Anzóla 7.998 Bs. Parte en San José de Guajira 65 3er tt 1933

Jesús Ramón Rodríguez Blas Bruni 5.000 Bs. Terreno en Anzoátegui 20 3er tt 1933 Por no poder pagar entrega

José de los Santos Rodríguez Nayib Saldivia Terreno en la Palmita Guarico 134 3er tt 1933

Hipólito Silva Rafael Tovar 4.769 Bs. ¾ % de interés Mensual Terreno de 200 tareas en la comunidad COMUNERA

Agua Amarilla 73 3er tt 1933 En 1943 cancela la deuda

Francisco Solórzano Augusto Anzóla Tamayo 1.100 Bs. Solar con café 64 3er tt 1933 Pago la deuda

Laureano Colina J. C. Colmenares 13.000 Bs. Terreno Café 49 3er tt 1933 En 1947 sucesores de Colmenares venden a Pablo Pernalete

Justino Díaz Augusto Anzóla Tamayo 3.000 Bs. Terreno en Santa Lucia 28 3er tt 1933

Justino Díaz Augusto Anzóla Tamayo 2.684 Bs. Sobre Finca Avispero Portuguesa Guanare 79 3er tt 1933

Trinidad Espinosa Hermanos Campins 800 Bs. Terreno Café Villanueva 21 3er tt 1933

Florencio Jiménez Hermanos Saldivia El Potrerito en Guarico 100 3er tt 1933 Por no poder pagar entrega

José Maria Cherelli (italiano) Miguel Díaz 26.400 Bs. 1% de interés mensual Fundo Guaitoito y Potrero de Jabón 37 3er tt 1933

José Maria Cherelli (italiano) Bhlon compañía 14.000 Bs. Fundo Guaitoito y Potrero de Jabón 102 3er tt 1933 Miguel Ángel Díaz compra esta Deuda a Bhlon Compañía

Francisco Torrealba Nayib Saldivia 48.000 Bs. Varios Terrenos en Guarico 69 3er tt 1933

Rafael Reinoso Sixto Yépez Yépez 7.998 Bs. al 1% de interés mensual La Victoria en Anzoátegui 6 3er tt 1933 Se la había comprado a su hermano Reyes Reinoso en 1924

Neptalí Vargas Augusto Anzóla 1.000 Bs. Terreno café 42 3er tt 1933

Luís Felipe Valera Leónidas Anzóla 6.000 Bs. Fundo café en la Vega 54 3er tt 1933

Miguel Yánez Rodríguez José Anzóla Tamayo 12.000 Bs. Terreno café 89 3er tt 1933 Por no poder pagar entrega en 1935

José Gregorio Silva Campins Hermanos Terreno en las Quebraditas 49 4to tt. 1933 Entrego terreno por no poder pagar.

Cirilo Cortés Demetrio Saldivia 500 Bs. Plantación de café en Santa Lucia 3 4to tt. 1933 Este terreno lo tenia arrendado en posesión de Ramón Castejón

Francisco Torrealba Nayib Saldivia 26.866 Bs. Terreno café 48 4to tt. 1933 Entrego por no poder pagar. “debido al malestar de los negocios y la mala situación que atravesamos”.

Antonio Cadenas Bhlon y Compañía 56.285 Bs. al 6% de interés anual Fundo Las Trincheras en los Limites con portuguesa y otro en Santa Lucia 54 4to tt. 1933

Rufo Godoy Nayib Saldivia 48.000 Bs. Fundo Río Bravo en Guarico 13 4to tt. 1933

Pérez Limardo Fagine de Saldivia 8.000 Bs. 63 4to tt. 1933

Nicanor Díaz Miguel Saldivia 1.200 Bs. Derecho sobre tierra café 10 4to tt. 1933



En resumen veamos el siguiente cuadro para precisar números de ventas e hipotecas producida en estos años, destacando los años 1932-1933.



Nº de Ventas Nº de Hipotecas Trimestre - año

16 sobre haciendas de café 1er trimestre de 1920

30 ventas de terrenos de café 22 hipotecas, 8 de haciendas de café, 2 de haciendas de caña 1er trimestre de 1927

22 ventas de haciendas de café 2do trimestre de 1927

13 haciendas de café 44 hipotecas 22 de café una de caña 3er trimestre de 1927

20 fundos, 19 de café y 1 de caña este último es la compra de José C Colmenares en la Hacienda la Concepción en El Palmar 1er trimestre de 1930

se vendió una hacienda de caña y 8 de café se hipotecaron 9 haciendas de café 1er trimestre de 1931

35 hipotecas de café una sola de caña de Ramos García en Guarico 2do trimestre de 1931

7 hipotecas de café 2 de caña y una de tabaco 3er trimestre de 1931

12 ventas de haciendas de café tres hipotecas de café 2 de cañas 4er trimestre de 1931

vendieron 35 terrenos y 11 fundos de café 1er. trimestre de 1932

El 2do trimestre no esta en el Archivo

139 ventas de las cuales 100 fueron de terreno 27 hipotecas, 4 de casas, 21 de fincas de café, y 2 fincas de caña 3er trimestre del año 1932

50 ventas de haciendas de café y 15 fincas de caña 9 hipotecas de haciendas de café y una de caña 4to trimestre de 1932

51 ventas, 24 de terrenos o fundos de café 15 hipotecas de las cuales 8 fueron de café y 3 de caña 1er trimestre de 1933

54 ventas de las cuales 19 de haciendas de café 22 hipotecas de las cuales 13 fueron de haciendas de café 2do trimestre de 1933

53 ventas de las cuales 37 de café y una de caña 19 hipotecas doce de las cuales es sobre café 3er trimestre de 1933

26 ventas de las cuales 10 fueron de café 15 hipotecas, 3 sobre haciendas de café 4to tt. Del año 1933

TOTAL 488,280 café,18 caña,190 terrenos y casas Total224, 140 café,14 caña,70 terrenos y casas



A partir de 1928 con el surgimiento del Banco Agrícola y Pecuario este permitió que los mas importantes dueños de tierras y comerciantes recibieran prestamos algunos de los cuales fueron refinanciados por la Corporación Venezolana de Fomento creada en 1947 y que después del golpe de 1948 estaría bajo la directiva de los hermanos Tamayo oriundos del Tocuyo y altos personeros del gobiernos de Pérez Jiménez, muchas de estas deudas fueron luego perdonadas en 1975 en el 1er gobierno de Carlos Andrés Pérez, lo que se conoció como el perdón de las deudas agrícolas.

SUPEREPRODUCCION Y CRISIS, DECADA 1940-1950

Según Henao Jaramillo (1996) a partir de 1940 se inicia una de las más profundas crisis que ha soportado la industria mundial del café, la cual, lógicamente, se reflejó en la de Venezuela, que aún jugaba papel importante en la economía de grandes zonas rurales. “Esta crisis mundial se debió a que se hizo notoria una gran expansión de la producción de café en Brasil, la cual se elevó a un nivel superior al 40 por ciento respecto a la década anterior, pero el consumo sólo se incrementó en un 13 por ciento, lo que determiné que el margen de producción se elevara en un 35 por ciento sobre las necesidades mundiales, en momentos en que se iniciaba una gran depresión en la economía mundial.”(p.22)

M. Izard (1970), indica que para el año 1940 existían en el Estado Lara 7.256 haciendas de café, con un total de 32.433 hectáreas sembradas, lo cual representa el 10 % de la producción venezolana que alcanzaba a 69.855 haciendas con un total de 384.652 hectáreas cultivadas con este rubro. Con respecto al rendimiento de producción en Lara, afirma que cada hectárea llegaba a producir 232 kg. y 12.90 kg. por cada cien árboles. Puede observarse la baja productividad por hectárea en el cultivo de dicho rubro; no obstante, Lara ocupó el segundo lugar como entidad con mayor rendimiento por hectárea después del Estado Portuguesa que alcanzaba la cifra de 264 Kg por hectárea y 19.13 Kg por cada cien árboles.

Producción de café por hectáreas y árboles

Estado Lara 1940



Distritos Municipales Has. Cultivadas % Árboles P. %

Morán

Anzoategui 1.246 34,7 2.067.350 29,6

Humocaro Bajo 431 633.100

Morán 20 3.400

Humocaro Alto 1.816 1.773.900

Guarico 7.752 9.473.450

Jiménez

Cubiro 269 19,4 498.050 22,1

Sanare 6.041 9.952.301

Palavecino

Sarare 61 0,9 98.400 0,92

Cabudare 164 280.200

Los Rastrojos 98 55.200

Iribarren

Buena Vista 764 10,7 1.165.700 10,5

Catedral 102 111.350

Juárez 1.228 1.849.800

Bobare 1.395 1.821.750

.

Urdaneta

Siquisiqui 704 11,4 1.329.350 16,4

San Miguel 2.908 5.928.525

Crespo

Freitez 4.193 16,4 5.209.500 14,8

José Maria Blanco 1.293 1.778.050

Torres

Torres 803 6,0 1.335.600 6,5

Lara 289 527.850

Montes de Oca 836 1.166.810

Manuel Morillo 20 33.000

Total 32.733 100,0 47.093.636 100,0

Fuente: Gimenez, Carlos (2001) Duaca en la época del café. p.52



En 1962 se producen 54.227 Tm. De café y se exportaron 19.137 Tm., en 1972 se produjeron 40.406 Tm. y se exportaron 17.516 Tm. en 1978 se produjeron 58.977 Tm. y se exportaban 14.142 y en 1980 se produjeron 58.173 Tm. y se exportaron 2.383 Tm., de los cuales 2.169 fueron a los Estados Unidos, 158 Tm. a Francia, y 30 mil entre Dinamarca y España. En 1995 se produjeron 69.88 Tm. En 1980 la distribución por Estado de la producción de café era la siguiente Táchira 13.476 Tm., en una superficie de 48.238 hectáreas, en Trujillo 4.209 Tm. en 31.438 h. y en Portuguesa 7.114 Tm. en 19.346 H. para 1993 el Táchira produjo 14.015 Tm., Mérida 8.818 Tm. y Trujillo 8.620 Tm. Para 1877 los andes representaban el 40.53% y en 1984 el 26 % y la producción paso de 12.431 TM a 28.616 TM en esos mismos años.

Según FUDECO, en Lara para 1985-86 había 35.341.hect. sembradas de café y 8.912 explotadores, lo que representaba el 11 % con respecto a la superficie cultivada a nivel nacional. Para 1990 el café absorbe unos 70 mil trabajadores y en la producción Táchira tenia el 20. 5%, Mérida el 13%, Trujillo 12%, Lara 9%, portuguesa 7%, Sucre 4%, Barinas 3%. Desde 1995 Lara se convierte en el principal productor de café a nivel nacional.

Bibliografía

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ANUARIO ESTADISTICO DE VENEZUELA .MINISTERIO DE FOMENTO 1938.

Archivo de Registro Principal de El Tocuyo. Sección Protocolos- 1835-1836-1850-1856-1860-1865-1876-1880-1888-1890-1895-1900-1910-1920-1925-1930-1931-1932-1933.

Censo Agrícola y Pecuario. 1937.

Censo Cafetero. 1940. Caracas. Instituto Nacional del Café.1941.

Gimenez, Carlos (2001) Duaca en la época del café. Oficina del cronista. Duaca

Henao Jaramillo, Jaime (1996) El Café en Venezuela. Ediciones de la Biblioteca .UCV. Caracas

Ardao, Alicia (1984) El café y las ciudades en los Andes Venezolanos 1870-1930 .Academia de la Historia.

Izard, M. (1970). Series Estadísticas para la Historia de Venezuela Facultad de Humanidades. ULA. Mérida.

Mac Pherson, A.(1981) Diccionario del Estado Lara. Biblioteca de Autores Larenses. Caracas.

Martínez Quintero, Lucia. El Nacional 6 de Mayo de 2002. P. A-6

Perales Frigols, P. (1954) Geografía Económica del Estado Lara. Ministerio de Fomento. Caracas.

Ramón Veloz (1945).Economía y Finanzas de Venezuela desde 1830 a 1944. Impresores Unidos Caracas

HEMEROGRAFÍA

El Industrial mes 1 Nº 2 Marzo de 1932).

El Titiriji 1932

El Tocuyo 1921-1929

LOS RESGUARDOS INDÍGENAS DE MORAN (EL TOCUYO)

Janette García Yépez-Pedro Rodríguez Rojas

I-Contextualización

Como es bien sabido el proceso de colonización fue un proceso violento, de sometimiento de los aborígenes quienes fueron expropiados de sus tierras, sometidos a la esclavitud, perseguidos y dominada su cultura, impuesta una nueva religión y asesinados quienes no tuvieron dispuestos a tal condición. Sin embargo desde el mismo inicio de la colonización los continuos movimientos de rebeldía por parte de los indígenas y el aniquilamiento progresivo de esta población hizo que ante los reyes de España se presionara para que se consideraran y obtuvieran un mejor trato estos nuestros primeros habitantes. Entre estos siempre recordamos la presión ejercidas por el padre de Las Casas, entre otros, que contribuyo a que ya en 1543 en las Leyes de India quedara abolida la esclavitud de los aborígenes y estos fueran considerados como humanos y pobladores originarios de este territorio. Si bien no se trataba del retorno a su antiguo modo de vida, creaba condiciones legales en su defensa. El régimen de encomiendas a lo que fueron acogidos en un primer momento de servicios y luego de tributos y así mismo ya en 1561 se le otorgan tierras comunales, bienes inalienables que fueron llamados resguardos indígenas, compuestas por tres elementos: casas de comunidad, terrenos comunales y cabildos de indígenas. Si bien la figura de encomienda como la de resguardo no fue hecha con fines altruistas- sino que además de controlar al indígena se le exigía el pago de impuesto- permitieron durante la colonia la existencia de la propiedad comunal de la tierra y con ello su propia existencia como cultura. El control por esta vía de agrupamiento permitió su subsistencia. Como es conocido desde el inicio de la colonia la tierra fue distribuida por diferentes vías: las mercedes entre los jefes de expedición al inicio de la colonización, los repartimientos efectuados por las autoridades entre los primeros colonizadores efectivos y las composiciones de aquellos que habiendo ocupado durante mas de 20 años un terreno solicitaban luego la legalización como propietarios. La encomienda si bien no otorgo la propiedad de la tierra muchos de lo encomenderos al ser abolidas (1718) estos exigieron su propiedad vía composición, pero también alrededor de estas encomiendas fueron creados los pueblos de indios y los resguardos indígenas lo que si bien garantizaba el derecho a la propiedad de estos últimos también genero mas de un conflicto territorial que pocas veces ganaron.

Desde la constitución de 1811 hasta la ley de 1904 se genera todo el proceso legal para acabar con los resguardos indígenas, alúcienlo que esta eran leyes coloniales y ante el contexto de un pensamiento liberal y la supuesta garantía de la liberta individual y el reconocimiento del indígena como un ciudadano más de la República se abolió la propiedad comunal, contribuyendo a la desintegración de estas comunidades quienes se dispersaron como mano de obra en otras poblaciones y a formar parte de eso que se llama campesinado que abarca mucho y poco define y enmascara la diversidad étnica de nuestra Nación. Además permitió la apropiación por vía de la venta, permuta o hipoteca por parte de los tradicionales dueños de la tierra. Estas leyes al final solo reconocieron como indígenas en Venezuela los de Amazonas y los de la Guajira Zuliana. Ya desde la constitución de 1811 pasando por el decreto de Bolívar del 20 de Mayo de 1820 y de la primera ley específica sobre resguardo de indígenas del congreso Colombiano del 4 de Octubre de 1821 se solicita a todas las provincias identifiquen a su población indígena y los terrenos que como resguardo ocupan. Pero hasta 1882, debido a las circunstancias en las que quedo el país después de la independencia, muy poco se había hecho y fue sólo para esta época cuando comenzaron algunas regiones al proceso de repartición de dichos resguardos. En algunas provincias del centro de Venezuela donde la presión de lo terratenientes y el apoyo de las autoridades políticas las reparticiones se dieron más rápido. Pero, a pesar de que desde la legislación de 1811 se exigía la abolición y expresamente quedaba la libertad de cada uno de los indígenas de vender su porción de terreno, en la práctica hubo resistencia y fue solo a partir de las leyes de 1882, 1884 y finalmente con la Ley de 1904 cuando son definitivamente abolidos los resguardos bajo la amenaza de que si no eran repartidas serian consideradas a partir de entonces tierras baldías que formarían parte de los ejidos nacionales.

En la Provincia de Venezuela, las tierras comunales indígenas fueron determinadas en la Instrucciones de Francisco de Berroterán, Gobernador y Capitán General, formuladas en 1694 y aprobadas por Cédula Real el año siguiente; mientras las de la Provincia de Cumaná, que comprendía el sector nor-oriental del actual territorio venezolano, fueron contempladas en las Ordenanzas del Gobernador Gaspar Mateo de Acosta en 1691, pero tan sólo se hicieron efectivas con las Ordenanzas del Gobernador, José Ramírez de Arellano en 1700.

Solo para graficar hacemos a continuación alusión a las principales legislaciones al respecto:

1512 Las Leyes de Burgos

Testamento de la Reina Isabel la Católica, donde exclamó: "¿Quién ha autorizado al Almirante Colón a esclavizar a mis súbditos?"

1537 Bula papal de Paulo III

"Sublimis Deus": "Considerando que los indios son verdaderos hombres, ordenamos que los dichos indios aunque se hallen fuera de la fe, no pueden ser privados de su libertad y de la posesión de sus bienes y que puedan hacer uso de su libertad y de la posesión de sus bienes y que puedan hacer uso de su libertad y dominio y no deben ser reducidos a esclavitud".

1551 se promulga las "Nuevas Leyes"

1680 Carlos II publica la "Recopilación de Indias"

08 de Septiembre de 1777: Constitución de la Capitanía General de Venezuela a través de Cédula Real de Carlos III, en Ildefonso: consolida a los pobladores indígenas como genuinos y primeros habitantes de Venezuela.

Periodo de la República:

Se siguieron empleando a las Misiones.

19 de Abril de 1810: ..."Los primitivos propietarios de nuestro suelo gozasen antes que nadie de las ventajas de nuestra regeneración Civil"...

27 de Abril de 1810: un decreto elimina el tributo que pagaban los indígenas

21 de Agosto de 1814: Decreto Orgánico de las Misiones de Río Negro, Guayana y bajo Orinoco

20 de Mayo de 1820: Decreto de Simón Bolívar para proteger los derechos de los indígenas de Cundinamarca (actual Colombia)...”todas las tierras que formaban los Resguardos....que les hubiese sido usurpado por particulares debían ser devueltas a las comunidades indígenas". También se le prohibía a los particulares poner a trabajar a los indígenas sin pagarle salario y con un contrato formal. Se les declara hombres libres. Este decreto no se aplicó en Venezuela, solo en Colombia.

02 de Septiembre 1820: La diputación permanente del Congreso de Angustura aprobó el contrato celebrado entre el Poder Ejecutivo y los señores Princeps y Hamilton, concediéndoles en arrendamiento por 9 años las misiones del Palmar, Cumiamo, Carapo, Tupuquén y Tumeremo, con todo el terreno comprendido en ellas y el que fue de la nombrada cura, abandonada de sus naturales, para que cultiven y beneficien por su cuenta y a su pleno y libre albedrío (Lavandero, Julio. Revista NUEVO MUNDO, N° 137 año 1988, Pág. 285).

04 de Octubre de 1820 (refrendado el 11 de Octubre 1820) en el Congreso de Cúcuta: Simón Bolívar dicta una ley en la cual confirmaba y ampliaba el Decreto anterior. Art. 1 "Los indígenas de Colombia (la Gran Colombia), llamados indios en el código español, no pagarán en lo venidero el impuesto conocido con el degradante nombre de tributo, ni podrán ser destinados a servicio alguno por ninguna clase de persona, sin pagárseles el correspondiente salario, que antes estipulen. Ellos quedan en todo iguales a los demás ciudadanos y se regirán por las mismas Leyes". En los siguientes artículos exime a los indígenas de pagar impuestos civiles o eclesiásticos por los bienes que poseían en comunidad durante 5 años contados a partir del 1 de Enero de 1822, aunque debían hacerlo por lo que poseyese de manera particular; ratificaba que las tierras de los resguardos debían ser distribuidos entre los indígenas por familia, mientras se daba esta repartición la comunidad podía arrendar las tierras para obtener recursos para poder pagar al maestro y al párroco, los cuales seguían siendo los apoderados jurídico de la comunidad indígena. En las parroquias indígenas podía vivir cualquier otro ciudadano siempre que pagara los arrendamientos correspondientes y no perjudicare a los indígenas en sus pastos, sementeras y Resguardos. Esto produjo como consecuencia que las tierras arrendadas fuesen usurpadas y convertidas en propiedad privada.

1822: Ley sobre Reducción y Civilización de los Indígenas.

30 de Julio de 1824: Ley de Patronato Eclesiástico, estableciendo las Misiones entre Indígenas.

03 de Agosto de 1824: Ley Gran Colombina, preveía dar tierras baldías, ayuda económica y la asignación de un párroco a los indígenas que abandonasen su cultura.

11 de Junio de 1828: Decreto de Simón Bolívar sobre la Absoluta Necesidad de Restablecer las Antiguas Misiones.

15 de Octubre de 1828: Decreto de Simón Bolívar restableciendo la contribución personal que debían pagar los indígenas en resguardos.

15 de Octubre de 1836: Ley del Congreso Nacional (refrendada el 2 de abril por el ejecutivo) deja en mano de las diputaciones de provincia el reparto de las tierras de los resguardos indígenas.

07 de Abril de 1838: Esta nueva ley deja en control absoluto a los indígenas para su repartición y delimitación.

01 de Mayo de 1841: Ley sobre Reducción y Civilización de Indígenas.

17 de Mayo de 1842: Contrato entre el Gobierno de Venezuela y los Padres Misioneros Capuchinos.

1873: Código Penal.

02 de Julio de 1882: Ley sobre Reducción, Civilización y Resguardos de Indígenas. Deroga todas las anteriores, eliminando los "privilegios" que tenían los indígenas.

16 de Junio de 1884: Ley sobre Reducción, Civilización y Resguardos de Indígenas. Reglamento de la Ley Resguardos Indígenas (21-06-1884) restablece los anteriores derechos indígenas establecidos desde la colonia, pero establecía dos años para que los indígenas repartieran las tierras de los resguardos, de no ser así estas tierras pasarían al estado como tierras baldías.

25 de mayo 1885: Prorroga el plazo hábil para el reparto de las tierras de los resguardos.

1885: Ley de Resguardos indígenas y su reglamento.

27 de Octubre de 1890: Resolución sobre la Traída de los Misioneros Capuchinos.

08 de Abril de 1904: Ley de Resguardos de Indígenas GO. N°. 9.227 (10-08-1904).

1915: Ley de Misiones.

Constituciones:

Constitución Federal 1811:

Art. 200: establecía normas para fomentar la educación, se prohibía que se obligase a realizar trabajos gratuitos contra su voluntad y se le permitía..."el reparto de las tierras que les estaban concedidas y de que están en posesión, para que en proporción y entre los padres de familia de cada pueblo, las dividan y dispongan de ellas como verdaderos señores, según los términos y reglamentos que formen los Gobiernos provisionales..."

Art.201: se derogaban todas las leyes del Gobierno Español que habían concedido a los indígenas privilegios de menor de edad y les habían signado protectores, pues se consideraba que todo esto los había perjudicado sobremanera. La aplicación de estas medidas hubiese significado el fin de las misiones de las doctrinas, así como la eliminación de las tierras de comunidad para convertir a cada jefe de familia, en principio, en dueño de una parcela. Pero la crisis política-económica-militar que provocó la caída de la Primera República en Julio de 1812 dejó sin efecto estas disposiciones constitucionales.

Constitución de 1858:

Art. 4: Los territorios despoblados que se destinen a colonias y los ocupados por tribus indígenas, podrán ser separados de las provincias a que pertenezcan, por los congresos constitucionales, y regidos por leyes especiales.

Constitución de 1864:

Introduce la consideración de Indígenas no Civilizados.

Constituciones de 1874 y 1881:

Distingue entre los indígenas no reducidos y civilizados.

En 1882, durante el gobierno del Gral. Antonio Guzmán Blanco, el Congreso de la época dictó una Ley con fecha 2 de junio, la cual retrocede todo lo que hasta el momento había sido logrado a favor de los indígenas. Citamos:

“Art. 1° Dentro de los límites de la Nación no se reconocen otras comunidades de indígenas sino las que existen en los Territorios Amazonas, Alto Orinoco y La Goajira, cuyos territorios seguirán regidos y administrados por el Ejecutivo Federal.

Art. 2” Quedan extinguidos en la República los antiguos resguardos indígenas, así como también todos y cada uno de los privilegios y exenciones que las Leyes de Indias establecieron a favor de la reducción y civilización de las tribus indígenas.

Art.- 3° Se declara perecido el derecho que la Ley de 7 de abril de 1833 dio a los descendientes de indígenas para proceder a la división de sus resguardos; y ningún Tribunal de la República dará entrada a procedimientos que tengan por objeto ejercitar el derecho que la presente Ley declara perecido por acusa de negligencia de los agraciados.

Art. 4° En los Territorios Alto Orinoco, Amazonas y La Goajira puede el Ejecutivo Nacional conceder a cada familia indígena que se someta voluntariamente al régimen establecido para darles vida civilizada, un perímetro de hasta 25 hectáreas de tierras baldías, sin más formalidades para esta concesión, que las que se observan con familias inmigradas, según la Ley que reglamenta la administración y adjudicación de tierras realengas que pertenecen a los Estados". (Citado por Morales F – 1999:72 en: Ministerio de Justicia 1954:165-166).

II- Resguardos indígenas en la Provincia de Barquisimeto: caso El Tocuyo

En el caso de la Provincia de Barquisimeto ya en 1835 las autoridades designan una comisión para el censo de los indígenas y la extensión de terrenos ocupada por ellos, tal como observamos en el cuadro adjunto donde se reconocen un total de 4.778 indígenas en unas 23 ¾ leguas (aprox.)

Cantones Parroquia Nº de indígenas Extensión del terreno

Barquisimeto Sta. Rosa

Duaca

Bobare 281

207

504

Total 992 ¾ de leguas

1 legua

1 legua

Yaritagua Urachiche

Chivacoa

Cuaro 94

619

84

Total 797 ¾ de leguas

1 legua

1 legua

San Felipe Cocorote

Guama

San Javier 558

288

42 1 legua

1 legua

1 legua

Carora Aregue

Rio del Tocuyo

Siquisiqui

San Miguel 113

1418

376

59

Total 1966 1 legua

1 legua

4 leguas

¿

El Tocuyo Sanare

Guarico

Barbacoas

Chabásquen

Humocaro Alto

Humocaro Bajo 168

173

102

132

339

119

Total 1033 4 leguas

2 y 1/3 de leguas

¿

¿

2 leguas

1 legua

Quibor Cubiro ¿ ¿

Total 4788 23 ¾ leguas (aprox.)



FUENTE: Interior y Justicia.1835.tomo LXXXXVI. Folio 221.Archivo General de la Nación

Si bien el Café venia tomando auge importante desde la década de los 70 del siglo XIX es a partir de la abolición de los resguardos de indígenas y que luego por compras, permuta o hipoteca fueron apropiados por parte de los terratenientes de El Tocuyo y casas comerciales- que se convirtieron con el tiempo en prestamistas y luego en propietarias de una significativa proporción de terreno- cuando la actividad cafetalera toma mayor auge en la región. Recordemos que en el caso de la región de El Tocuyo los resguardos de indígenas estuvieron ubicados en las zonas montañosas donde luego se cultivaría el café. Esta consideración no puede llevarnos al extremo de considerar que los pequeños propietarios y los pobladores indígenas dejaron de existir, pues aun se encuentran en la actualidad haciendo vida en esta región, ni mucho menos pensar que los rasgos culturales de nuestros indígenas, principalmente el gayón, fueron eliminados de nuestra región, pero su debilitamiento es indiscutible.

En el informe del cabildo tocuyano de 1579 se hace mención a la existencia de varias naciones indígenas entre ellos los Coyones, Ajaguas, Cuibas, Camagos y Gayones (Uzcátegui, 1941.p.170). Según la historiadora Nieves Avellán de Tamayo (1997), podría calcularse en unos 20 mil la población aborigen a la llegada de Carvajal en 1545. De estas etnias, para la mayoría de especialistas, la predominante fue la Gayona, etnia que también lo había sido en el “territorio larense y norte de Portuguesa, perteneciente al tronco lingüístico macrochibchas” (Linárez, 1995. p. 165). Lo cierto del caso es que estamos hablando de los antiguos pobladores del territorio larense y concretamente del territorio tocuyano y gracias a los trabajos antropológicos se ha podido demostrar la existencia de una cultura organizada que hizo del cultivo del maíz, el algodón, junto a otros frutos, sus principales actividades económicas, unos pobladores que defendieron gallardamente lo que durante miles de años había sido su forma de vida. A la llegada de los conquistadores alemanes y luego de los españoles, todo esto se pierde, los que vivieron y pudieron ser sometidos fueron víctimas de la esclavitud, utilizados para abrir caminos y comunicaciones hacia otras poblaciones que ellos conocían mejor que nadie, como interpretes con otras etnias, en el trabajo servil, ultrajadas sus mujeres. Si bien la encomienda no daba propiedad sobre los indios al encomendero, lo cierto es que estos fueron tratados como esclavos hasta finales del siglo XVII, cuando por una parte se crean los pueblos de doctrina en 1620, se pasa de encomienda de servicio a encomienda de tributos (1687) y se inicia la importación masiva de los negros esclavos para trabajar en las plantaciones de caña en El Tocuyo.

Según Ermila Troconis de Veracoechea: “El proceso de formación de pueblos indígenas estuvo siempre regido por la idea religiosa de la colonización...”A medida que fueron llegando clérigos para la conversión de los indios se fue formando el sistema llamado de doctrinas...” (1977.p.79). En las Relaciones Geográficas de 1581 se señala que existían mas de 30 encomiendas y 7 doctrinas de 300 a 400 indios, lo que permite calcular la población indígena del momento entre 2 a 3 mil indígenas encomendados; habría que preguntarse dónde había quedado la otra población aborigen, muchos de ellos había huido, otros fueron asesinados, y otros arrasados por las enfermedades que traían los españoles. Según Perera (1954) para 1609 existían unos 2.590 aborígenes en 39 encomiendas, distribuidos de la siguiente forma: Humocaros 708, Guarico 540, Yacambú 606, Sanare y Cuara 728.

Estas doctrinas que en un principio no tenían una clara jurisdicción territorial y legal fueron luego institucionalizadas con los conocidos pueblos de doctrinas, fundados en 1620 por el Gobernador y Capitán general Francisco de la Hoz Berríos , siendo nombrados para la jurisdicción de El Tocuyo: San Antonio de los Naranjos de Humocaro (Alto), Nuestra Señora del Rosario de Humocaro (Bajo), San Francisco de la Otra Banda, Nuestra Señora de Altagracia de Quibor, Santa Cruz de Guarico, Santa Ana de Sanare, San Miguel de Cubiro y San Felipe de las Barbacoas. (Rojas Reinaldo. 1995. p.99). Este autor señala cómo fueron familias de los indios Gayones de la encomienda del Capitán Tomas de Ponte, de su encomienda de los Humocaros, los que fueron trasladados para Yaritagua en 1640 para fundar el pueblo de misioneros. (p.123).

Pasando al centro de interés de este trabajo trataremos de describir como se fueron desarticulando los resguardos indígenas en la región de El Tocuyo a partir de la disposición legal (Ley de 1838) que les otorga a las comunidades libertad para la venta, encontrándonos con los primeros documento de venta a partir de 1849, que dice:

“En la ciudad de El Tocuyo, a primero Marzo de mil ochocientos cuarenta y nueve: Yo Manuel Pérez Reinoso declaro: Que he vendido a la Señora Eugenia Gil vecina de la parroquia de Chabásquen los derechos y acciones que como indígena de los Humocaros Altos me pertenecen en la posesión de tierras de la Leona, situada en aquella parroquia, lo cual pertenece en propiedad a los indicados indígenas por donación que les hizo el reverendo Frai Vicente Salazar, siendo Prior del convento de Santo Domingo de esta ciudad, cuyo lote de terreno vendo en la cantidad de 25 pesos, que cuando se nombraron no estaba erigida esta parroquia, y los limites del previo son los mismos expresados en la citada donación y con mas claridad en los autos de pleitos que se obtuvieron con el señor Francisco Loyo. Que soy hijo legítimo de Bartola y Manuela Reinoso, indios de la encomienda de este nombre. No se leer ni escribir. (Protocolo 8. folio 3 – 4)

En este mismo año el 12 de Abril Diego José Rodríguez de Humocaro Bajo vende, al Señor Nicolás Sánchez pedazo de terreno en la encomienda de Vargas, Alvarado y Mambell los cuales había comprado al finado José del Rosario Sánchez. Compro a cincuenta pesos y la vende a 100, lo vende con una casa cubierta de cocuizas y con los techos de pajas y con cerca de bambuco. (Folio 12). Nota que nos parece interesante destacar porque en las descripciones de otras casas normalmente hablan de construcción de bahareque.

Compra Venta de Resguardo indígenas

Vendedor Comprador Lugar Folio Precio Observaciones

Manuel Pérez Reinoso Eugenia Gil H.A. la Leona Prot. 8 F. 3 – 4 1849 25 pesos Encomienda Reinoso. Hay Café

Diego José Rodríguez Nicolás Sánchez H.B. encomienda de Vargas, Alvarado y Mambell F. 12 Abril 13 de 1849 100 pesos Casa de cocuizas techo de paja cerca de bambuco.

Lorenzo Tamayo Maria Yépez En palo Solo El Hatillo F. 19 del 13 de Abril del 1849 100 pesos Posesión comunera

Rafael Rodríguez Bernardo Torres Potreros de Yais de Don Narciso Yépez F. 28 del 13 de Abril de 1849 285 pesos Posesión comunera comprados a herederos de Juan José Aguilar

Víctor Camacho Demóstenes Hurtado Laguna de avispero F. 17 1880 130 pesos Luego compro General Gabriel Gil. Y vendió a 500 pesos

Norberto Garmendia Pió Linares Posesión Comunera de Villanueva F. 20 – 21 1880 800 bolívares Tiene Café y Cambures vecinos terrenos incultos en 1885 lo compra Francisco Peraza

Pedro Gil Doroteo Rodríguez Café en Palo Solo Avispero F. 36 Prot. 22 1880 2000 pesos

Maximiliano Camacho José Antonio Dorantes El Tigre de portuguesa F. 36 Prot. 23 1880 6000 pesos Crédito a Leonidas Asuaje Bs. 2352 pagar con café Mayo 1882, 32 quintales a Bs. 736

Magdalena Cortes Micaela Pérez En los Haticos una posesión y otra en el avispero f.48/34

1880 800 Bs.

Domingo Orellana Carlos Lucena Potrerito y Avispero f.10 1890 El primero compro en 1886 a indígena Domingo Silva

Juan Rodríguez Mamerto Rodríguez En Saltanejas Anzoátegui f.20 1890

Valentín Castellanos y Dolores del Carmen Colmenares Juan Arce Derecho en el Hatillo en el paraíso Chabásquen 4to Trimestres F. 38 1888

Cristóbal Sánchez A su Sobrino Márquez Derecho en el Parchal 42/86 3er Trimestre

1888 Este sitio con el nombre de encomienda Vargas Alvarado y Mambell

Sr. Juan Evangelista Bravo Cruz Guedez Resguardo indígena en Guarico 43 Nº 87 Poseía manzana y durazno

Atanasio Colmenares Vende derecho a Falconete Guayabito y otro en el Hato Guarico 33 Nº 87

Juan de la Cruz Colmenares Feliciano Rodríguez Derecho en el Molino encomienda de los Colmenares en Humocaro Bajo F. 7 Prot. 1 1875 Este poseía un molino del trigo

Francisco Canelón e Innacia Bermúdez Pío Canelón En la Palomera de Humocaro Alto encomienda de los Reinosos F. 60 1864 Que antes habían comprado a José Leonardo de Reinoso y que esta libre de todo Censo

Juan Bautista Bermúdez Pío Canelón En la Palomera de Humocaro Alto F. 36 1864 Sus ascendentes le compraron a Leonardo Reinoso

Carlos Lucena Hermanos Jiménez En el Avispero en Guarico F. 1 3er trimestre 1890 7.200 Bs.

Jesús Maria Mendoza Rafael Veracochea Sabana Grande la Ciénaga F. 1 3er trimestre 1890 1000 Bs.

Jesús Mendoza Rafael Veracochea Sabana Grande Potrero de la Virgen F. 19 1890 4.000 Bs. Mendoza había comprado a Domingo Blebone “indio de Barbacoas”

Maria Arroyo José Maria Márquez En el Peñón Comunidad de los Arroyos F. 13 de 1885 1er trimestre

Rita Arroyo Francisco Peñuela En el Peñón Comunidad de los Arroyos F. 13 de 1885 1er trimestre 100 Bs.

Gregorio Rodríguez Domingo Vargas Quebrada Las Rosas Humocaro encomienda los Colmenares F. 17 de 1885 1er trimestre 150 Bs.

Jose Fermín Sánchez Jesús de la Trinidad Rosario Vargas En la encomienda los Arroyos F. 17 de 1885 1er trimestre Vega y cerro de guinea y vendió por su viuda de apellido Arroyo.

Juan Bautista Conde José A. Pérez Limardo Rancho o Potrero del Tigre F. 71 de 1er tt. 1932 333 Bs. Posesión comunera conocida como los Escobares

Pantaleón Piñero José A. Pérez Limardo Rancho o Potrero del Tigre Ojo de Agua Guarico 147 1er tt. 1932 300 Bs.

Nayil Saldivia José A. Pérez Limardo Rancho o Potrero del Tigre 148 1er tt 1932 300 Bs.





Resguardos indígenas en El Tocuyo a finales del siglo XIX



Hato arriba Barbacoas

Laguna de avispero Guarico

Palo Solo Avispero Guarico

Potrerito y Avispero Guarico

Rancho o Potrero del Tigre Ojo de Agua Guarico

Guayabito y otro en el Hato Guarico

El Tigre de Portuguesa (Villanueva-Chabásquen)

El Hatillo en el Paraíso Chabásquen

En palo Solo El Hatillo

Posesión Comunera de Villanueva

Sabana Grande la Ciénaga (actualmente Anzoátegui)

En Saltanejas Anzoátegui

La Leona Encomienda Reinoso en Humocaro Alto

El Parchal

Quebrada Las Rosas Humocaro encomienda los Colmenares

En la Palomera encomienda de los Reinosos de Humocaro Alto

Encomienda de Vargas, Alvarado y Mambell en Humocaro Bajo

El Molino encomienda de los Colmenares en Humocaro Bajo

Sabana Grande Potrero de la Virgen

En el Peñón Comunidad de los Arroyos

Potreros de Yais(Sanare) herederos de Juan José Aguilar



Como se demuestra en los documentos de compra venta y mas a un cuando se produzcan la repartición definitivas de los resguardos, no está clara sus límites territoriales, son ambiguos, la mayoría se refieren a los resguardos y las encomiendas como sinónimos. A pesar de que en la legislación había quedado claro que cerca de los resguardos no podían habitar ni negros ni blancos a menos de una legua (5.572,69 mts.), en la realidad fue otra cosa lo ocurrido. Además de las deficiencias en los limites, la fertilidad del suelo, la utilización de agua, las usurpaciones planificadas, el comercio y relación con otros pueblos, la fuga para evadir el cobro de impuestos, la posibilidad de venta a partir de 1938,fueron, entre otros elementos, lo que justifico a la desarticulación progresiva de los resguardos indígenas. Dejemos que sea la historiadora Ermita Veracoechea quien nos explique algunas de estas dificultades en los resguardo de la región Tocuyo, que abarcaba también a Quibor, Sanare, Chabásquen y Curarigua:

Con respecto a las tierras de indios, en las ya citadas Ordenanzas de la Hoz Berrío quedó estatuido que los indios de Cubiro y Sanare que acostumbran hacer siembras propias y de comunidad en Quibor, "puedan continuarlas, por ser el dicho valle fértil", pero deben hacerse preferiblemente de maíz y no de trigo, para no tener que utilizar el agua de riego de los habitantes del pueblo. Los indígenas de Guarico podían bajar a las vegas de Guajira a hacer sus siembras y los de Humocaro a las vegas del río Tocuyo.

Los indios de Humocaro Alto tenían sus casas y labranzas en el Valle de Chabásquen, a pesar de distar 8 leguas por un camino áspero y de difícil tránsito, debido a que en Humocaro casi no tenían tierras de labor, pues la mayoría de las tierras aptas para el cultivo estaban en manos de los españoles, pero en cambio era un lugar bueno para criar algún ganado, por la abundancia de pastizales apropiados para tal cría.(p.165)

En cambio, los indios de Sanare tenían sus siembras de algodón en Chabásquen y Yacambú, por ser esta planta silvestre en esas zonas.

Los tierras de Sanare fueron motivo de serios problemas entre los grupos españoles e indígenas de la región. Los españoles reclamaban que los indios poco a poco habían ido invadiendo sus predios, con el pretexto de hacer allí algunas viviendas. Y por el contrario, como veremos luego, los naturales rechazaban estas acusaciones y pedían restitución de las tierras de que habían sido injustamente desposeídos.

Para 1771 era Corregidor de Sanare y Guarico el Teniente Justicia Mayor don José Antonio Rodríguez Tamayo, quien aplicó una Real Provisión sobre dichos indios, los cuales protestaban la usurpación de tierras. Se ordenó verificar la mensura, nombrando por terceros peritos a don Manuel Tamayo y a don Domingo González. Estos debían citar a los vecinos españoles que tenían sus posesiones y labranzas en las inmediaciones del pueblo, lo cual desde todo punto de vista era irregular, de acuerdo con las Reales Cédulas que expresamente lo prohibían.(p.167)

En la Visita del Obispo Martí a Sanare, en 1776, informa que ese pueblo originalmente fue pueblo de españoles, pero que los grupos indígenas que vivían en una zona muy fértil llamada "El Volcán" con el tiempo se fueron trasladando hacia Sanare y llegaron a construir allí sus casas. Esto significa una usurpación de tierras por parte de los indígenas, decía el Obispo, ya que en 'El Volcán" se les dio su legua de tierra, a una distancia de 4 ó 5 leguas de Sanare, donde tienen tierras fértiles y buenas para el cultivo del algodón, del cual recogen anualmente unas 500 arrobas que venden a peso la arroba; sin embargo, han preferido invadir las tierras de los españoles para hacer allí sus viviendas.

Todavía en 1786 continúa el litigio por los resguardos indígenas de Sanare: el 20 de noviembre de ese año, el Protector de Indios de la jurisdicción de El Tocuyo, José Francisco Yépez, se dirige al Corregidor, quien para ese entonces era don Diego Tomás Hurtado, pidiendo como apoderado de los indígenas, un testimonio de posesión de tierras que dio don García de Caraza y Castillo a los indios de Sanare, cuyo original se hallaba en el Archivo Real de la ciudad El Tocuyo, según el reclamante. Su petición fue aceptada y se autorizó la copia del documento.

Cuatro años después, aún continuaba el pleito de los indios contra sus presuntos usurpadores. El Protector se dirige el 23 de septiembre de 1790 al Presidente, Regente y Oidores de la Real Audiencia de Caracas, solicitando justicia para sus representados.

Dice en su comunicación que los indios del pueblo de Sanare han ocurrido ante él para quejarse de que han sido despojados de las tierras correspondientes a la legua de demarcación de su pueblo, desacatando así los españoles las reales disposiciones al respecto y que por este motivo los indios de la zona andan errantes y dispersos por los montes, sin satisfacer el tributo, el cual no pueden pagar por no tener las tierras necesarias para sus labores, "único auxilio de su subsistencia", a causa de hallarse ocupadas con varios establecimientos de vecinos españoles "y de otras castas".

Como queda bien claro en esta última cita parecía que el problema mas grave para los legisladores españoles no era salvaguardar los intereses de los indígenas sino garantizar su control y sobretodo el pago de los respectivos impuestos que se estaba viendo severamente afectado. Veamos lo que al respecto describe Veracoechea para Barbacoa y Quibor:

En la célebre visita del Obispo don Mariano Martí al pueblo de Barbacoas (jurisdicción de .El Tocuyo), dice que el Corregidor Ildefonso Escalona cobra a los indios el tributo en dinero o en especies y que por la pobreza del lugar dichos indios tienen que irse lejos a buscar plátanos y otros productos que no poseen además de que ellos mismos se alquilan para con los jornales así devengados poder cumplir con el tributo, el cual es cobrado semestralmente por el Corregidor. Se queja el Obispo de que este funcionario pasa 3 ó 4 días, cada seis meses en el Pueblo de Barbacoas.

En cuanto a las tierras, manifiesta que dichos indios han sufrido muchas usurpaciones, Por cuanto el mismo Corregidor Escalona es dueño de las tierras inmediatas al poblado indígena, por lo cual la legua que les debía corresponder se ha transformado en algunos puntos en sólo un cuarto de legua, ya que el Corregidor lo ha despojado de ellas, por ser descendientes de los Escalona que fueron dueños y encomenderos de los indios que hoy en día están asentados en Barbacoas, pero que en épocas anteriores vivían en el sitio de la Otra Banda del río Tocuyo.

En Quibor se presentaba el problema de que muchos de los indígenas se ausentaban a otros lugares más o menos lejanos lo cual era una forma de evadir el pago del tributo. Por esta razón el Obispo sugiere que los Gobernadores envíen circulares a sus Tenientes para que cada 6 meses hagan un "reconocimiento o recluta de indios extraños o forasteros" y los remitan al territorio a que pertenezcan de lo cual deberá conocer el Corregidor para el control del cobro de impuestos.

Lo recaudado por el Corregidor no siempre era igual en los distintos pueblos de una misma jurisdicción: los indios de Cubiro podían pagar en dinero o en frutos. En dinero, les correspondía 3 pesos a los solteros (es decir, medio peso más que a los quiboreños) y 5 a los casados. Pero si lo pagaban en especies, subía al doble: los solteros tenían que dar frutos correspondientes al valor de 6 pesos y los casados a razón de 10 pesos. Esta modalidad fue establecida por el Gobernador Ricardos, a fin de que el rey no perdiera los costos del flete, los cuales eran tan costosos como los mismos frutos, por lo cual debían pagar en especies el doble de lo que en dinero.(p.168)

En la mayoría de los documentos de compra venta de resguardos nos encontramos la alusión a la descendencia de los CACIQUES como representantes genuinos de los indígenas y quienes son señalados como legítimos compradores a los antiguos encomenderos .Tal como lo señala Veracoechea:

Cuando en un pueblo de indios no había caciques hereditarios era atribución del Corregidor nombrarlos. El Obispo Martí participa que el día 6 de septiembre de 1776 el Corregidor de Cubiro nombró dos caciques para dicho pueblo. Esto se hacía con el fin de que colaboraran en la recaudación tributaria y otras funciones propias de su cargo.

El Obispo sugiere nombrar a don José Antonio Rodríguez Tamayo como Corregidor de Sanare y otros pueblos vecinos pues por ser hombre de experiencia en esos menesteres, no duda que cumplirá con su deber, suprimiendo los escándalos que continuamente se suscitan en el poblado por causa de las borracheras de los indios y los disturbios ocasionados por los juegos de naipes entre negros, zambos e indios, lo cual era motivo de disturbios locales.

Repartimiento de los resguardos de Humocaro Alto

Citando nuevamente a la historiadora Veracoechea esta hace la siguiente descripción del pueblo de indios de Humocaro Alto: Los indios de Humocaro Alto eran celosos guardianes de sus tierras y propiedades y no permitían que los españoles construyan casas dentro de los límites de su pueblo.

Cuando llega el Obispo Martí, se encuentra con el problema de que algunas familias españolas que viven en sus distantes hacia das situadas al pie del cerro de Chabasquén, en el sitio llamado El Jabón", no podían asistir a los oficios religiosos en Humocaro Alto por no tener en este último pueblo casas dónde poder alojar a su familia los domingos o demás días en que se celebraran misas y otros actos religiosos. En varias oportunidades dichos españoles habían pedido al Corregidor les permitiera hacer viviendas en el pueblo, pero éste, sistemáticamente, se negaba, aduciendo que eso seria desacatar las Ordenanzas reales al respecto.

A petición del Obispo se reunieron el Cabildo y Regimiento de indios con su Corregidor, a fin de tratar sobre el problema • resolvieron que los españoles agregados a esa feligresía indígena podrían hacer sus casas en el pueblo, con el fin específico de asistí a la iglesia.

Las tierras de los indios de Humocaro Alto no tenían la extensión señalada en las reales disposiciones. El Obispo Martí pude comprobar que sólo poseían unas cuatro cuadras de terreno hacia el Oriente, en dirección al cerro de La Palomera. Para recompensarles las tierras que les faltaban y que no podían ser extendidas por ese lado por estar atravesando el río Tocuyo, se les señaló legua y media hacia el Occidente, compensando así lo que les había sido disminuido en territorio.

Estos indios de Humocaro desde hacía muchos años habían ido tomando tierras adyacentes al río Chabásquen, a unas 10 u 11 leguas de Humocaro. Esta posesión ilegal de tierras fue compuesta por el Gobernador Ricardos, quien les delimitó una legua a los cuatro vientos, tomando por centro un sitio llamado "La Playa" adonde concurrían habitantes de Guanare y de otros pueblos a hacer transacciones de compraventa de ganado, jabón y otros y productos.

A mediados del siglo XVIII, los indígenas de Humocaro Alto estaban divididos en tres encomiendas, llamadas la de Mujica, que era la más numerosa, la de Silva y la de Reinoso. Cada una de ellas tenía en Chabásquen casas y sitios para los encomendados y en el pueblo de Humocaro los encomenderos poseían su zona para cazar y tierras para labrar. En 1776 los indios tributarios de Humocaro Alto eran alrededor de 438 y los medio tributarios, unos 50.(p. 169-170)

En el libro de protocolo de 1887 se refieren a que la repartición Los resguardos de Humocaro Alto se inicio el 28 de noviembre de 1839, cuando se practico el acta de deslinde de los terrenos. A partir de las leyes de 1882 y 1884 se hizo el llamado público a través de un aviso en el periódico El Liberal Tradicional en julio de 1886. El abogado Félix Torrealba apoderante de los indígenas expone: “Esto se hace para impedir que por ser seres omisos en el ejercicio de sus derechos pasen dichos terrenos a ser tierras baldías como terminantemente lo disponen el articulo 4 de la ley sobre resguardo indígena”.(Protocolo de 1887, folio 12)

En la repartición de los resguardos indígenas de Humocaro Alto en 1887 (Documento en mal estado) en total unos 70 indígenas dieron poder especial a Félix Torrealba para que los representaran en el juicio de repartimiento en Caracas. Según estos tenían derechos desde el 20 de Julio de 1766 por orden del Capitán Juan de Sala, quien puso término al pleito que sostenían unos 80 indígenas y que corre desde el folio 149.

Y el 20 de noviembre de 1839 se da la primera petición de división por parte de Gregorio Pérez quien tenia poder de los indígenas. Los limites eran: Queno angosto y Río Tocuyo, quebrada Badillo y las Rosas (hoyo donde sacan tierra para blanquear) tuvieron que vender pedazos de tierras para registrar el titulo “estaba al perderse de la polilla y ayudar en los gastos del deslinde.”

Mas adelante algunos de los indígenas de la región plantean “Con la condición de que los terrenos pertenecientes a la encomienda de Reinoso se adjudique especialmente a los indios e indias ocupantes de dichos terrenos y a los compradores a estos mismos indios, sin que en dicho terreno tenga participación ninguna los indígenas del resto de la comunidad”.(folio 14)

En este mismo libro aparece una copia autentica de la escritura de venta que otorga Don José de Montesinos como albacea testamentario del licenciado Don Leonardo de Reinoso, a los indígenas de la encomienda. Este documente de 20 de Octubre de 1729 refleja que dicha encomienda fue dividida en los fundos la Ermita y la Palomera. Reinoso fue cura rector de la iglesia parroquial del Espíritu Santo de Guanaguanare y su padre fue el capellán Leonardo Reinoso, y estas posesiones la obtuvo como herencia de su hermano el capitán Alonso Reinoso. La Ermita fue vendida en mil pesos y la Palomera en doscientos diez pesos. “Vende a todos los indios e indias naturales de la encomienda que fue de Don Alonso Reinoso que hoy esta en cabeza de su majestad. La primera compuesta por el Señor Don Diego de Osorio y la segunda por el Señor Gobernador Francisco de la Hoz Berrios. El pago lo realizó el Licenciado Don Francisco de Chávez cura propietario del dicho pueblo de Humocaro Alto y en presencia del Alcalde maestro de campo Juan Félix Pérez Hurtado. (Subrayado nuestro).

La Ermita y Palomera (la Ermita pasaría a llamarse Andalucía) fueron compradas el 6 de agosto de 1889 por Manuel Oropeza quien vende a Tomas Antonio Losada y antiguamente la habían comprado a Estanislao Tomas Bravo, Ceferino Fernández, Hortelio Jiménez, y Concepción Fernández. (Folio 10 Nº 18 de 1900) el 9 de Julio y 25 de Diciembre de 1895, 10 de Marzo y 1 de Mayo de 1896 por Bolívares. 36.000 correspondiendo Bs. 20.000 por la Estancia y Bs.16.000 por la Andalucía.

En total 519 familias indígenas y unas cincuentas como compradores, otras tres familias piden ser reconocidas como miembros de los resguardos ya que no aparecen en el padrón, cada pedazo valorado en 800 pesos Familiares del finado Juan Esteban Guedez reciben pago de 1200 que le deben los indios por hipoteca de la Palomera. El Agrimensor público fue Rafael González, total fueron 3852 H. y 36 áreas condueños 2214, un promedio de 1 H y 75 áreas pero en un terreno varado e irregular. Se hicieron 209 reparticiones, correspondiendo 15 hectáreas a la Junta Comunal para el crecimiento de la población, para un total de unas 10 H. por derechos. La encomienda de los Reinosos estaba ubicada en la parte oriental del río Tocuyo. La repartición definitiva de Humocaro Alto se realizó el 10 de Marzo de 1887.

A penas se hace la solicitud de repartimiento por parte del abogado apoderante Félix Torrealba otros indígenas representados por Daniel Guedez establecen una demanda para que se entregue la encomienda solo a los indígenas ocupantes, entre los cuales estaban: Juan Pablo González, Leonel Gamboa, Vladislao Orellana, David Delgado, Domingo Alvarado, Marionza Orellana, Estanislao Reinoso, Prudencio Reinoso, Miguel Orellana, Eusebio Torres, Eduardo del Carmen Angulo, José del Carmen Vargas, José León Torres, Trinidad Reinoso, José del Cristo Reinoso, Segundo Pérez, Gregorio González, Rosario González, Félix González, Justo González, Cándida González, Ignacio Reinoso, Juan Gregorio González, Paulino González, Mamerto Gamboa, Jesús Maria Gamboa, Santiago Torres, José Manuel Pérez, Carolina González, Pedro Chávez, Cecilio Reinoso, Lucas Colmenares, Julián Colmenares, José Loreto González, Martín Leal, Rafael Torres, José del Carmen Reinoso, Juan Pablo Torres, Norberto Torres, Olicarpio Pérez, Antonio Angulo, Cecilio González, Cecilio Pérez, Benito Pérez, Miguel Pérez, Pedro González, Lorena González, Altagracia Olivero, Eduardo Guedez, Mariana Reinoso, Maria de los Santos Domínguez, Rafael Olivero, Juan Carreño, Paulina Gimenez, Juan de la Paz Colmenares, Cecilia Torres, Juan Gregorio Montesinos, Rosendo Peraza, Pablo Silva, Manuel de la Cruz López, Ernesto Montilla, Leandro Angulo, Amador López, e Hipólito González. Salvo Pío Canelón que se represento por si solo, éste había comprado varios pedazos y un terreno llamado potrerito del venado en 1879 a Juan Pablo Fernández y solicitó que estas compras se sacarán de la repartición.

En 1920 aparece partición de resguardo de indígenas en Humocaro Alto en el sitio denominado Guenó que fue dividido en 1887 y solo faltaba definir los linderos entre 32 partes:

1. Herederos de Vicente García

2. Herederos de Marcos Pérez

3. Leocadias Carrisales

4. José Asunción García

5. Eduviges Silva

6. Antonieta de Colmenares

7. Gregoria Rubio

8. Herederos de Justo Escalona

9. Juana Bautista Pérez

10. Marcela Carrisales

11. Maria de la Cruz Márquez

12. Juan de la Cruz Carrizales

13. Juana Soto

14. Modesto y Juan Bautista Dum

15. Juan Tomas Escalona

16. Dos Hijos de Francisco Orellana

17. Alejandro Uzcategui

18. Sabas Viloria

19. Herederos de Maria Isabel Cañizales

20. Maria Félix y Maria del Carmen Sablet

21. Juan de la Cruz Chirino

22. Maria del Rosario Rubio

23. Juan de los Reyes Escalona

24. Martina Colmenares

25. Jacinto Aguilar

26. Juan Francisco Dum (le correspondieron 15 derechos)

27. Cornelio Gil

28. Luciano Aguilar

29. María Concepción Chirinos

30. Eulogio Jesús González

31. Juan Tomas Escalona

32. Numa Pompilio Osuna (81 derechos)



En total eran 156 derechos, de los cuales solo Numa Pompilio Osuna obtendría 81.



Repartimiento de los resguardos de Humocaro Bajo

Según Veracoechea para 1776 el pueblo de Humocaro Bajo tenía alrededor de 500 indios tributarios y a pesar de ser pueblo de indios, tenía entre sus habitantes unos 700 españoles agregados. Este exceso de población blanca en la delimitación jurisdiccional de un pueblo indio, ineludiblemente traía como consecuencia problemas de usurpación de tierras, pues los españoles los despojaban de ellas por la necesidad de asentarse y de tener sus sementeras cercanas y, en los casos más graves, para aumentar sus haciendas en base a los resguardos.

En el folio 22 del protocolo del Registro Principal de El Tocuyo de 1856 se señala : “Ante el juez del Cantón: José Maria y Alejandro Mambell, Santos y Julián Vargas, indígenas de la Parroquia Humocaro Bajo que en la encomienda de Mambell Vargas y Alvarado que nosotros pertenecemos y poseemos en común la posesión de tierra denominada el Parchal situada en jurisdicción de aquella Parroquia, la cual fue comprada por 500 pesos el año 1794 por los caciques Alejo de Alvarado, Felipe Vargas y Pedro Pablo Mambell para ellos y sus herederos las referidas encomiendas: sucede pues que Toribio Mambell individuo que pertenece a las encomiendas como heredero de su padre a vendido el derecho de posesión que podría corresponderle, al Sr. Rafael Maria Sánchez por 30 pesos, por lo cual ellos demandan y piden olvide el negocio y regrese el dinero a Sánchez”.

El juez aceptó y Sánchez tuvo que recibir el dinero pero poco tiempo después este vendió a Pedro Vicente González. Este resguardo fue librado en 1846 por decreto del Congreso de la República del 7 de Abril de 1838. A pesar de ello vemos como todavía en la época hay rechazo y fuerte y resistencia a vender y liquidar los resguardos por parte de los indígenas, hasta que son obligados con la ley de 1882, según la cual resguardo no liquidado sería considerado tierras baldías al servicio de la nación.

En Hato arriba Barbacoas se hicieron 29 repartos en 1888. En 1889 se realizó la repartición de la comunidad indígena conocida como los Arroyos, perteneciente a Humocaro Bajo, y ubicado en la localidad de Barbacoas. En todas estas reparticiones, se hace notar como la mayoría de los condueños, tenían el mismo apellido, de los antiguos encomenderos. En el expediente Nº 01 de 1885 del Juzgado del Distrito de El Tocuyo, aparece la repartición de los resguardos de Humocaro Bajo, para cuya liquidación se justifica lo siguiente: “Pues sabido es que en ellas la riqueza territorial permanece estacionaria, se enerva el espíritu de empresa industrial y el progreso de los pueblos allí fundado es muy lento. A estas consideraciones se agrega la de los constantes disturbios consiguientes a toda comunidad y sobre todo a esta que por ser tan numerosas y antiguas ocasionan gran confusión a los derechos de propietarios y compradores.”(folio2).

La repartición fue realzada por el Dr. Rafael González y entre los indígenas solicitantes se encuentra: Griseldo Colmenares, Isidro Rodríguez, Celedino Vargas, Juan Evangelista Colmenares, José de Chiquinquirá Vargas, Isidro y Maria Arroyo, Juan Andrés Pérez, Manuel Arroyo, Rafael Vargas, Regino Colmenares, Martiniano Mambell, José Maria Colmenares, Felipa y Benigna Colmenares, Antonio Alvarado , Magdalena Colmenares, Rosaura Sánchez, Manuel Antonio Arroyo, José Norberto Mambell, José Amador Mambell, José Silvestre Mambell, Pedro Eusebio, Maria González, Juan Eduviges Valera, José de la Cruz Colmenares, Juan Bautista Vargas, Manuel José Pérez (No indígena) quien compró a Eugenio Vargas (No indígena) quien compro a Berturiano Mambell (indígena) . Martín Perdomo (No indígena) compro a Maria Colmenares (Indígena).

En el folio 8 del documento señalado el abogado González se dirige al Juez del Municipio y le solicita: “Suspender por dudas en el procedimiento ya que la comunidad de Humocaro Bajo, como casi todas las comunidades de indios de la República está dividida en encomiendas, en este caso la de los Colmenares, Mambeles, Vargas (siendo esta ultima donde esta formado el pueblo), la de Arroyo y la del Parchal”. Estas encomiendas limitan por el oriente con el río Tocuyo, y por el norte y occidente con las de Arroyo y Mambell, y por el sur con la quebrada de Porras, en cambio las posesiones del Parchal por el occidente no están claramente delimitadas, “por que los indios ocupantes dicen que dichos terrenos no son parte integrantes de la comunidad de indígenas, y que le pertenecen a ellos exclusivamente por titulo de compras… y esto escapa de sus atribuciones como repartidor”. En el folio 9 se hace constancia de la demanda de Cornelio Gil y Griseldo Colmenares quienes señalan ser condueños del Parchal y el Arroyo, quienes entregan poder para que los represente a Ricardo Lucena.

Por asuntos bélicos, esta repartición de 1885 fue se pospuso hasta 1888. En el folio 13 de ese año se señala que el juicio de repartición no se continuo por que “La paz pública fue alterada en este Estado por una Revolución a mano armada a mediados de 1885 el cual desconoció el Gobierno de aquella época presidido por el General Juan Tomás Pérez”. Todo esto para justificar el haberse excedido de los dos años que otorgaba la ley de 1884 para el repartimiento definitivo de los resguardos. En el folio 17 aparece que Martín Arroyo y Juan Andrés Pérez demuestran posesión en El Arroyo. En el folio 19 Rafael Sánchez vende a los condueños de las encomiendas de Mambell, Vargas y Alvarado, el derecho que tenía en el Parchal desde 1856. En el folio 20 refleja venta de Jacinto Vargas a Jerónimo Canelón en el Parchal cuyo lindero es la quebrada de las Canoas y el camino real hasta las Peñitas, cuya venta estaba registrada en 1794.

Según este mismo documento Jerónimo Canelón vendió a Alejos Alvarado, a Don Felipe Vargas, Pedro Vargas, “caciques del pueblo de Humocaro” una posesión de tierras llamadas el Parchal el 17 de Mayo de 1794. En el folio 24 se hace referencia al sector el Peñón como parte de la propiedad comunera de los Arroyos, y que era propiedad del capitán Francisco Martínez, produciéndose un remate testamentario en 1801 pero aparece como propiedad de los arroyos desde 1701.

Todavía en 1891 están presente los pleitos por limites en la repartición de los resguardos de Humocaro Bajo, por lo que deben nombrarse una junta calificadora a quien le corresponderá tomar la decisión definitiva de los limites. El Parchal y El Arroyo - Peñón fueron divididos en 113 y140 familias respectivamente. En el folio 58 se señala “como seria algo menos que imposible hacer una clasificación estrictamente exacta y ajena de error, por el gran numero de condueños que tiene”. “ahora bien, muy contra nuestra voluntad tenemos formalmente que manifestar al tribunal, y por el resguardo de nuestros derechos, que varias familias ocupan indebidamente terrenos en nuestras posesiones”. Las familias ocupantes son: Pedro y Maria Arroyo hijos naturales de Feliciana Alvarado (no son Arroyo) lo que hace pensar de que utilizaban el apellido. Los Arroyos llamados “los Lapos” quienes tampoco son Arroyo. Otros son Odalio Gómez, Mauricio Mambell, Gregorio Colmenares, y lucio Antonio Canelón, el primero por que ya ocupaba posesión en otro resguardo (lo que estaba absolutamente prohibido) y los otros por que ya habían vendido.

Repartimiento de los resguardos de Guarico

En cuanto la repartición de los resguardos de Guarico, en el libro de Juicio de 1885 el “Dr. Manuel Civeira apoderado de algunos indígenas dice que sus defendidos tienen posesión en el Cauro desde el 6 de Septiembre de 1679, en el denominado valle de San Juan Bautista de Guarico, y que el titulo de fundación doctrinaria data desde el 9 de julio de 1716 y denominada esta parroquia de Santa Cruz de Guarico y que fue aprobada el 7 de Julio de 1730.(folio 1). En el folio 10 aparece como los indígenas entregan poder al General José Vicencio Pérez a Eduardo Soto y Manuel Cilveira para que los representen. Los lotes de terrenos repartidos en Guarico fueron los siguientes: Hatillo, el Avispero, El tigre, El Cauro, Los Higos, Laguneta, Las Cruces y Bauges.

En el folio 14 protocolo 2 de 1885 Nº 22 un grupo de 80 indígenas de resguardo el Cauro y de Guarico dan poder al General José Vicencio Pérez, Eduardo Soto, Dr. Manuel Cilveria, para solicitar particiones, 200 personas piden el resguardo del Cauro.

Otros indignas como Aquilino Colmenares, Gregorio Alvarado, Isidro Gil y José Encarnación Colmenares, dan poder a Miguel Anzóla para que los represente contra Manuel Cilveira. La repartición definitiva se realizó en 1895. En el folio 52 de ese año aparece la repartición del Avispero, que la hizo Rafael González. El Avispero era conocido como el Potrero de Martín González y fue repartido entre 140 familias entre los que podemos mencionar a José Asunción Gil que le correspondió 9 y ¼ de derecho, a Leónidas Aguaje 22, a Juan Bautista González 10, a Cirilo Torrealba 13, Jacinto Pérez 10, Domingo Mambell 10, Juan Bautista Pérez 10, Jacinto Pérez 10, Juan Pablo Reinoso 15, José Reinoso 10 y Marcelino Linares 10.

A Igual que en anteriores casos, algunos indígenas protestaron señalando que El Avispero debía pertenecer a los indígenas que los habían comprado tal como lo demuestran las escrituras 1716, 1846 y 1875. Este terreno tenía como limite por el sur la loma de La Laguna Redonda y estaba a 3.000 varas castellanas de la plaza de Guarico., Ricardo Lucena fue curador especial y Vicencio Pérez, Rubén Alvarado, Miguel Anzóla y Nieves Peraza fueron representantes legales.

En 1894 se realiza la repartición del lote de Santo Domingo en el sector Avispero que tiene como límite por el norte la Filas de Mucaral y la posesión Río Bravo, por el sur Fila del Cascarón y fundo Agua Amarilla, por el este Cerro Azul y por el oeste Río Bravo y Río Morador. En total se repartieron 611 hectáreas entre 98 y ½ derechos a 6 hectáreas y 24 áreas cada una. El sector el Potrerito cuyo límite por el oriente y el norte es la cuchilla del cerro, por el poniente el río y por el sur la quebrada de los Escalonas, es reclamado como propiedad del médico Carlos Alberto Pérez.

Esta repartición la realizó el Ing. Jacinto Pérez García. Entre lo más importante beneficiarios de la repartición estuvo el médico Carlos Alberto Pérez, quien años antes había comprado varias posesiones. Sobre la repartición del Avispero se produjo una protesta de José Vicencio Pérez por considerar que no estaban claros unos linderos y estaban perjudicados sus intereses. Este general que ocupo varios puestos importantes en la vida política de la región, aparece varias veces tanto como representante legal como propietario en distintos resguardos, lo cual era tajantemente prohibido por la ley.

En 1881 se hizo la repartición en el sector Río Bravo, llamada la Portuguesa en Guarico, ubicado por el norte con la Fila de la Danta y el Cerro del Yomar por el sur con el Río Bravo y la Fila del Bucaral y linderos del fundo Santo Domingo y por el Este con la fila del Cerro azul. En total se repartieron 750 hectáreas entre 118 derechos a 6 hectáreas y 27 áreas cada una. En esta repartición también protesto José Vicencio Pérez por que no estaban claros los limites entre los terrenos y colindaban con los suyos. En definitiva Guarico fue repartido en los lotes Río Bravo, Agua Amarilla, Yabito, Cauro, La Puerta, Cuchillas y Cruces, Guayabito y Maguaza.

El resguardo indígena avispero en Guarico fue adjudicado por Pedro Antonio Gil en 1888, también se dividieron El Tigre, Agua Blanca, Santo Domingo, Agua Amarilla, Tamboral, Avispero. El Tigre se dividió en 128 derechos en 1341 Hectáreas. Los linderos por el norte son buco de la punta hasta el río y Fila del Tigre (Documento en mal estado no se puede leer).

El Tamboral Guarico tenía como limite quebrada El Viejo y Rió Morador, tiene 346 hectáreas y 43 áreas, 15 condueños a los que corresponde 61,80 derechos de indígenas, es decir 5,61 hectáreas por condueños:

1.- Sucesores de Gil Escorche.

2.- Sucesores de María del Pilar Soto

3.- Sucesores de Ramona Alvarado

4.- Juana de Jesús Andrade

5.- Nieves Peraza

6.- Santana Pérez

7.- Federico González

8.- Sucesión de Elena de Jesús Yánez

9.- Benjamín Camacho

10- Rafael Duque

11.- Sabas Peraza

12.- Vicencio Pérez

13.- Pedro Antonio Piña

14.- Víctor Piña

15.- José Antonio Alvarado

Como se viene diciendo en los nombres de los propietarios de la repartición de estos resguardos la mayoría son personalidades conocidas de la vida económica y política de El Tocuyo. Es decir que ya antes de la adjudicación de los derechos habían comprado a los descendientes indígenas

Otro repartimiento es en el sitio de Maguaza ubicación entre la quebrada del humo y quebrada Marilionza y entre el río Morador y Tamboral, este resguardo lo comprendía 599 hectáreas con 99 tareas que se dividieron en 23 partes, pertenecientes a 103,5 derechos de resguardos, es decir 5,56 hectáreas por derecho, distribuidas de la forma siguiente:

1. Sabas Peraza le corresponde 115 hectáreas con 83 tareas

2. Ezequiel Araujo 72 hectáreas y 12 tareas

3. Vicente Carreño 21 hectáreas 48 tareas

4. Sucesión de Elena de Yánez

5. Pió Canelón 16 hectáreas con 95 tareas

6. Domingo Ramón Pineda

7. Esteban Pérez

8. Reinaldo Guedez

9. Fernando Pérez

10. Hilario Luque

11. Vicencio Pérez

12. Andrés Cortés

13. Pablo Hernández

14. Víctor Linares

15. Estanislao Yánez

16. Natalio Rodríguez

17. José Rodríguez

18. Agustín Osal

19. Jesús Osal



Como es evidente en estos dos repartimientos se repiten los nombres de la sucesión de Elena de Jesús Yánez, Sabas Peraza y Vicencio Pérez, lo cual era legalmente opuesto a la ley. Y un solo propietario como lo fue Sabas Peraza se quedo con cerca de la cuarta parte de la repartición del Maura. Y otro como Pío Canelón ya estaba como beneficiario de los resguardos de Humocaro Alto.

El repartimiento del resguardo de La Cuchilla y las Cruces de 486 hectáreas y 56 tareas, ubicado entre Quebrada del Humo y Rió Morador, se dividió en 71 derechos correspondiente 6.76 hectáreas por derecho. Por ejemplo Raimundo González le correspondían tres derechos por su condición de descendiente indígena pero había comprado siete, en total tenía 10 derechos es decir casi 70 hectáreas de terreno.

En la decisión del tribunal se hace referencia a que asistieron los representantes de la comunidad indígenas en las particiones materiales de los terrenos de indios del Municipio Guarico y sus adjudicaciones.

Repartimiento de los resguardos de Villanueva

La partición del Resguardo de Villa Nueva se hizo el 10 de Agosto 1895., siendo el abogado de los condueños Rubén Alvarado y el repartidor el Ing. Ruperto García. Del total de solicitantes sacan a unos 20 por no demostrar el derecho. En el documento aparecen los terrenos denominados Potrerito Abajo y la Sabana. En este documento se hace mención de la existencia de muchas casas y a los orígenes de lo que sería el nuevo municipio Villanueva “Hemos convenido todos los condueños en que el partidor desmiembre del fundo mencionado, dejando para área de la enunciada futura población el pedazo de terreno que se aya a la mano izquierda de la quebrada Villanueva”.(ortografía de la época). Para tal fin se nombra una junta administradora cuyos integrantes fueron Nicomedes Camacho, José María Sánchez, Juan de Dios Losada, Rafal Guillermo Guedez, y Ramón Antonio Torres, para que distribuyan el orden de las casas y las calles, las cuales debían tener 41 metros de largo y de fondo. Esta junta dejaría de funcionar cuando sea erigido Municipio.

En la repartición de estos fundos aparecen varias ventas donde se repiten los nombres del General Eduardo Soto y de Pedro Ignacio Yánez, entre esos podemos nombrar el cambio o permuta en el que el primero sede parte de terreno en Villanueva en el camino que va hacia Guarico, y el segundo en cambio otorga varios terrenos, uno cercano de la quebrada de Guarico, otro en la quebrada de agua Blanco, otro en el páramo y otro en el sector denominado Chirimollo. Ya desde 1873 Eduardo Soto compra varios terrenos en la comunidad de Villanueva y fue a su vez representante legal de los indígenas de los resguardos de Guarico.

La repartición de Villanueva se produce definitivamente el 20 de noviembre de 1895 en un total de 8254 hectáreas y 44 tareas y que por las condiciones desiguales (tanto por la calidad del terreno como por la lejanía) requirió de un repartimiento especial entre los siguientes lotes: 1.- Hoya hidrográfica de la quebrada de Villanueva y quebrada Arriba. 2.- El Tambor, Valle hondo, El cumbre y Bajumbal. 3.- Florida, La Palmita, Santa Fe, Cacagua, y San José. 4.- La Palmita y Fila del Helechal. 5.- Las Quebraditas y Palmares. Se destinaron 108 hectáreas para la formación del pueblo de Villanueva, desde el punto que llaman el zamuro en el camino a Guarico y otras limitaciones difusas como el sanjon donde se encuentra el árbol de Galiano, otro sanjon donde está el árbol canilla de venado y otro donde se encuentra el árbol de escobo. Se recomienda tomar en cuenta las previsiones para tomar los canales de agua para la población.

DOCUMENTALES

Archivo General de la Nación. Sección Interior y Justicia. 1835. tomo LXXXXVI. Folio 221.

Archivo de Registro Principal de Barquisimeto. Sección Protocolos- Distrito Iribarren.1883-1884-1885-1887-1890-1994. Sección Juicios Civiles: 1884-1886-1887-1894

Archivo del Registro Principal de Morán. Protocolos: 1835-1839-1856-1864-1880-1888-1887-1890-1894-1900-1920-1927-1930-1931-1932-1933

BIBLIOHEMEROGRAFÍA

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