TERTULIAS DE CAFÉ. AMIGOS… COMPADRES … HERMANOS 30-5-21.
TERTULIAS DE CAFÉ.
AMIGOS… COMPADRES … HERMANOS
30-5-21.
A Orlando Gómez… Héctor Manuel Tamayo y… a Eduardo Oropeza.
In Memorian.
De
Alberto Cortez, cito:
“Cuando un amigo se va
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo…”
Más que amigos y compadres… ¡son mis hermanos!
Si, Franklin
Camacaro, primo, médico a quien le debo la vida por partida doble, ya que me
sacó en dos oportunidades de las bronquitis que me afectaban y me mantuvieron
hospitalizado.
Orlando
Gómez es ahijado de papá, hijo de don Melecio Gómez, por supuesto, compadre y
amigo de papá, de toda la vida; vecino de nuestra casa de la carrera 16, número
39-66, (antigua calle Regeneración, número 186); la casa donde nací. Yo,
padrino de su hija.
Héctor
Manuel Tamayo, primo, compadre, y más que amigo, mi hermano, padrino de Ramón
Antonio, mi hijo. Fue quien me dio mi primer trabajo cuando era Jefe del
Departamento de Manufactura de Ford Motors de Venezuela, en Valencia, casado
con María Elvira Marvéz, hermana del Dr. Oswaldo Marvéz, quien fue el médico que
me entregó a mis hijos cuando llegaron de la mano de Dios…
Pocos, muy pocos seres pueden compararse con... "EL TAPARO".
¡AH
CARÁ! Eduardo Oropeza, aquí se me tranca la garganta con un nudo que nubla mis
sentidos y hace que me cueste coordinar los pensamientos… Compadre por partida
doble él padrino de mi hija, de María Beatriz, y yo, de Eduardo José; amigo,
confidente, compañero, compinche… ¡Hermano
desde el mismísimo día en que nací!
Vecino
de la casa ya descrita, no necesitábamos salir a la calle para compartir
nuestros juegos y travesuras de la infancia feliz, puesto que nuestros patios
colindan…
Pido
perdón a aquellos amigos que han partido a otro plano y que omito en estas
palabras.
Para mí
la amistad es una pasión y la hermandad una devoción, una entrega incondicional
donde el dar y el compartir debe realizarse sin que tu mano izquierda sepa lo
hecho por tu mano derecha.
Por
formar parte de mi manera de pensar seguiré pregonando hasta el cansancio, que hay amistades que superan los lazos de sangre. Que la amistad es un sentimiento,
y en muchas oportunidades es más fuerte que el amor.
Este año
ha sido duro, muy duro para mí, se han ido seres excepcionales… ¡íntegros!
Especialmente
a Deysi… a, María Elvira Marvéz de Tamayo, mi comadrita; a sus hijos (mis
sobrinos): Héctor Antonio, Manuel Oswaldo, María Emilia, Tamayo Marvéz, a sus
hermanos: Alba Cecilia, Idelfonso, y Zhelide; A Marilú,
mi otra comadrita, a sus hijos (mis otros sobrinos): Eduardo José (mi dilecto
ahijado), José Eleazar, Claudia y José Rafael, a sus nietos, sobrinos, hermanos, que son mis hermanos: José Rafael (El Chiquito), Fernando,
Virginia, Carmen Alicia, Máyela, demás familiares y, a esa inmensa
cantidad de amigos… me abrazo a ustedes, con un abrazo fuerte, muy fuerte,
interminable, en el ensordecedor silencio donde sobran las palabras
y se ahoga un grito de dolor incomprensible en medio de lo que debemos aceptar
refugiados en la fe.…
En esta
despedida, busco refugio en la soledad de la ausencia de las
personas que amo tanto…
Un abrazo en silencio dice más que
mil palabras.
Doy gracias a Dios Todopoderoso, el haber tenido el
privilegio de haber compartido, toda mi
vida, con seres tan excepcionales, a sabiendas de que ahora estarán más
presente en mi...
Sé que Franklin seguirá charrasqueando “Un Pajarillo” para después ensayar las
canciones que tocará en las serenatas a la Divina Pastora; Orlando seguirá
tarareando “La Fundadora” donde “mientan” al viejo Melecio; Héctor
Manuel seguirá canturreando “LOS EJES DE
MI CARRETA”, mientras Eduardo, en una noche de compartir alegrías, se
inspirará cantando “Eufemia” y
después los ángeles (Igual a Marilú) le soplarán la letra de “Cucurrú Paloma...”
Y, es que, por ahora, el pajarillo seguirá engalanando
los cielos venezolanos acurrucado en las manos del galeno; la vaca fundadora
seguirá pastando a la espera de ser ordeñada mientras entonan tonadas de
cabresteros. “Los ejes de mi carreta ya
no los quiero engrasá” … porque no hay prisa para entregar la carta a “Eufemia” y… ¡Dicen que el mismo cielo se estremece al oír mi llanto!
Sé, que soy muy sentimental y llorón, impulsivo y
expresivo, a veces de manera imprudente, tal vez producto de mi humana
imperfección. Tal vez el dolor que siento es producto de mi apego a lo material
aun creyendo que los seres integralmente buenos logran lo más anhelado por los
cristianos en la fe… El llegar al lado de nuestro Señor Jesucristo y de Dios,
junto a nuestra Madre Eterna la Sagrada Virgen María, por eso, en una plegaria
sin fin les ruego que tengan piedad y los acojan en su seno…
Gracias
Dios… ¡Por todo!