CAFÉ... ¡AROMA A LIBERTAD... A LIBRE ALBEDRIO!

LA SITUACIÓN DE LOS CAFICULTORES VENEZOLANOS AFECTA A LOS ÁMBITOS ECOLÓGICOS, SOCIALES, ECONÓMICOS, CULTURALES Y TURÍSTICO, Y PODRÍA CATALOGARSE COMO UNA SITUACIÓN DE EXTERMINIO A UN SISTEMA PRODUCTIVO QUE AGLUTINÓ A MÁS DE 85.000 FAMILIAS EN EL PAÍS QUE FUE EL PRIMER PRODUCTOR DE CAFÉ EN CALIDAD, Y EL SEGUNDO EN CANTIDAD, EN EL MUNDO Y, "POR AHORA" ES UN PAÍS IMPORTADOR DE CAFÉ. "NOS NEGAMOS A DESAPARECER Y QUEREMOS PARAR LA DEVASTACIÓN EN ZONAS DE ALTA FRAGILIDAD ECOLÓGICA".

lunes, 28 de diciembre de 2009

TERTULIAS DE CAFÉ - BALANCE 2.009




Es vergonzoso que la crisis del café iniciada mundialmente, hace 15 años, se profundice cada día más, haciendo de los caficultores venezolanos “una especie en extinción” (como lo expresó Rosa Santaromita, productora del estado Mérida), aún cuando el café es una de las materias primas más importantes del mundo. Su cultivo representa el 20% de los ingresos de las exportaciones de 9 países en desarrollo y el 50% para otros 4. Globalmente, su precio no ha dejado de bajar, manteniéndose en los últimos años en su cota más baja sin que haya repercutido en los consumidores finales. Las transnacionales, ante la caída de precios en el mercado de café verde por la sobreoferta existente, trasladaron esta disminución de precios a los productores, que hemos soportado un aumento incontrolado en nuestros costos de producción. El consumidor mundial no ha sido consciente del cambio en la calidad de los cafés, ya que la oferta que más ha crecido es la variedad robusta (usados en la elaboración de cafés solubles) de menos costos de producción y menor calidad, a diferencia del venezolano que es de la variedad Arábiga, de mayores costos y optima calidad; y desconoce la bajada de los precios, en origen, que se ha dado a nivel mundial. Nunca puede ser igual el costo de un café de sombra, de las montañas, al de un café de llano, cultivado en grandes extensiones y mecanizado. Si el precio mundial nada tiene que ver con remunerar dignamente a los productores, el llamado precio justo… es un mito.

Aproximadamente la mitad de la producción mundial de café viene de pequeños productores que disponen de menos de 5 hectáreas. “Los ingresos de las familias que cultivan café son muy bajos” y, a pesar de las variaciones en materia de servicios gubernamentales ofrecidos a los productores, según cada país, la situación de las familias productoras es relativamente similar entre los continentes que lo producen. “La mayor parte de ellas se encuentra atrapada en un círculo vicioso de pobreza, y desnutrición; porque los ingresos con frecuencia son insuficientes para comprar sus alimentos”. Sin fondos suficientes para satisfacer sus necesidades entre una cosecha y otra, muchos caficultores solicitan préstamos a intermediarios locales, por ser la única fuente de financiamiento, aceptando vender las cosechas a precios más bajos. “Los gobiernos no prestan dinero para la adquisición de alimentos o, para la compra de medicina cuando un niño se enferma”. Son incuantificables las repercusiones sociales y regionales; el aumento de la inseguridad alimentaria. Oxfan Internacional denunció: “El fracaso de las multinacionales torrefactoras en la toma de medidas contra la crisis del café está forzando a millones de campesinos a abandonar los cultivos y sustituirlos por plantaciones de drogas de las que obtienen mayores beneficios”. En El Salvador, 40.000 familias han sido afectadas por la crisis cafetalera; la mitad de los niños menores de 5 años sufren de alto grado de desnutrición y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha tenido que realizar campañas de ayuda de emergencia, que han alcanzado los 66 millones de dólares. En México se calcula que más de 300.000 personas han tenido que abandonar sus fincas por la crisis de los precios, muchas de ellas han muerto de sed en el desierto de Arizona mientras intentaban entrar a los Estados Unidos en busca de trabajo. En Brasil, los comerciantes de las zonas cafetaleras han quebrado por falta de ingresos, los caficultores han abandonado el mantenimiento de sus fincas, despiden a los trabajadores y venden sus propiedades para engrosar la migración a las ciudades. Las pérdidas se han calculado en 2.200 millones de euros. En Ruanda el café se cultivaba en el 70% de sus tierras; la mitad de sus ingresos provenía de la exportación de café y, cayeron en un 50%. Devaluaciones en su divisa elevó el precio de los insumos, y la producción de café cayó un 25% más, en tan solo un año. Etiopía, el colapso de los precios ha costado al país alrededor de 980 millones de euros. Cantidad equivalente al costo de construcción de 1.250 centros de salud o 2.000 escuelas de educación básica. Los ingresos perdidos han podido haber ayudado al gobierno a enfrentar la hambruna que los afecta…es el 3 país más pobre del mundo. Colombia, Se calcula que las pérdidas del sector han tenido un impacto económico equivalente a 257.000 empleos/año; de los cuales 181.000 serían empleos directos del café. Perú, la crisis dejó en ruina a 125.000 familias que generaban 1 millón de puestos de trabajos. Vietnam, “VIVIMOS CON EL CAFÉ, MORIMOS POR EL CAFÉ”… Se lamenta una productora de Duc Minh. Dice un caficultor de Dak Lak, que: “Cualquier cosa de valor la tienen a la venta para pagar sus deudas”. El resultado es habitualmente la quiebra. Los caficultores que quemaron sus cafetales, están intentando, desesperadamente, otra cosecha de exportación que les permita ganar suficiente para pagar sus deudas. Un galeno guatemalteco expresó:”Lo que está sucediendo es una catástrofe. Siempre ha habido pobreza y desempleo temporal, pero nunca ha habido un hambre tan real; literalmente la gente no tiene para comer más que tortillas”.

El precio del café, internacionalmente, es fijado por 2 instituciones, la Bolsa de Café, Cacao y Azúcar Inc. De Nueva York, y la Bolsa de Futuros Internacionales de Londres. Son estos precios los que impactan las comercializaciones locales, afectando a las organizaciones de los países productores que no pueden manejar los precios ni proteger a sus miembros.

“Supongo” que la crisis en “Venezuela, Imperio Petrolero”, se puede entender mejor analizando esta síntesis extraída de Internet. Los costos de producción están determinados por la mano de obra más cara de Latinoamérica; representa el 66% de los costos de producción y, tenemos precios, a nivel de productor, más bajos que los fijados por las instituciones internacionales que han ocasionado el desastre anteriormente descrito. Precios impuestos por una regulación gubernamental, que no cubren el 50% de los costos de producción y, “presuntamente” violan los Derechos Humanos, Constitucionales y legales, aún cuando una Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, nos dio la razón al reclamarlos, porque estos precios no se han ajustado a la inflación, tal cual fue aprobado en Junta Nacional. La pobreza de más de 55 mil familias caficultoras quedó demostrada con la condonación presidencial de las deudas adquiridas en 2.004. Desde inicios del Plan Bolívar 2.000 y del “Plan Café” hemos exigido garantías para el retorno de la inversión y el trabajo; así como también, la investigación sobre el destino de miles de millones de bolívares consignados a la recuperación de la producción y “por ahora”, negligentemente, se ha hecho caso omiso; su miseria ha sido denunciada desde 1.999, en partes médicos que han descrito la desnutrición de madres y de niños, ocasionando convulsiones en los neonatos; las enfermedades cerebro vasculares, cardiovasculares, infartos y hasta los suicidios de los caficultores por no poder pagar sus deudas. Ahora, en 2.009, el Presidente Chávez expresó (Palabras más, palabras menos): “El problema es que a los productores, las industrias le pagan el café muy barato (¿Quién impone los precios?), y se lo llevan a Colombia donde lo venden 4 0 5 veces más caro (¿Cuál es su verdadero valor?). “Por ahora”, aunado a la “presunta” confiscación del éxito de los dueños de las torrefactoras insignias; acusadas de monopolio, de contrabando y/o de acaparamiento; que “supuestamente”, no han podido probar y, de que estamos importando el 70% de los alimentos; Venezuela ha pasado de ser el primer exportador de café, por su calidad y el segundo en cantidad, a ser un país importador; que paga a los productores de otros países lo que se les arrebata a nuestros “compatriotas”. Estadísticas realizadas en FONCAFÉ, estimaron una producción de 1.550.000 quintales, para el año 1.998 y… este año 2.009, se anuncia una cosecha entre 700 y 800.000 quintales. “Una caída en la producción de aproximadamente el 50% y, un creciente consumo interno de más de 1.200.000 quintales; en el rubro bandera, con características de estratégico del gobierno bolivariano”.

No es difícil predecir entonces, la escasez de café en Venezuela, que será cubierta con importaciones desde países cuyos representantes se jactan de los fabulosos negocios que están haciendo en éste país. Pagos a su café, con sobreprecio, referido al precio internacional y/o, que han vendido café a Venezuela con el mejor precio al café comercializado por ellos. ¿Será la demostración fehaciente, de que están dispuestos a pagar a los productores de otros países lo que se está confiscando a nuestros caficultores?


“Presumo” qué, el exterminio de la caficultura además de liquidar al único medio que tienen más de 55 mil familias venezolanas productoras de café para obtener los ingresos necesarios y cubrir sus necesidades básicas; de su seguridad social, de la satisfacción de sus derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad; de su derecho al trabajo, de la libre elección de su trabajo, de condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y de la protección contra el desempleo; de una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que debería ser completada, en caso necesario, por cualquier otros medios de protección social; del derecho a tener un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, y el bienestar, y en especial a la alimentación, al vestido, la vivienda, la asistencia médica y a los servicios sociales necesarios; del derecho a tener un seguro en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. de la estructura económica que es el soporte de un sinnúmero de caseríos, pueblos y ciudades; en “presunta” violación de sus Derechos Humanos, Constitucionales, legales y, la Sentencia de Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia; a través de la imposición de un “PRECIO VIL”, que no cubre el 50% de los costos de producción venezolanos, que ya están de por sí, más bajos que los precios internacionales, en un porcentaje similar. Repito, “presumo” qué, además de “terminar con todo esto”, la actitud reiterativa de los organismos venezolanos, por más de 10 años, de imponer un “PRECIO VIL” a nuestro café, es la demostración fehaciente, de que es un atentado contra la vida vegetal, animal y humana, con incidencia mundial, puesto que los caficultores venezolanos en una actitud desesperada de sobrevivencia, están destruyendo las montañas del país; de la cordillera Andina, cordillera de La costa , y la cordillera de Oriente. Somos 16 los estados productores de café, donde los caficultores éramos guardianes gratuitos del ambiente; “ahora” depredamos las nacientes de agua dulce, tras la búsqueda de una agricultura de subsistencia, siembra de maíz y caraotas, para tan sólo tener con que mitigar el hambre; incrementándose, la denunciada, desnutrición de madres y niños caficultores, al extremo de que el 50% de los neonatos de algunas zonas cafetaleras, convulsionan por desnutrición de los niños y de las madres, la muerte por desnutrición, de niños(as) en regiones cafetaleras, y hasta los suicidios de los cafetaleros, por no poder pagar sus deudas. Importantísimos ríos como el Río Morador, se han secado en verano, situación jamás vista en la zona que aporta no menos del 30% del agua dulce de la Apuroquía, la cual vierte sus aguas a la Orinoquía, que a su vez forma parte de la Amazonía. Ríos que aportan sus aguas al estado Portuguesa, conocido como “El Granero de Venezuela”, por ser el mayor productor de alimentos, en el país que importa el 70% de los alimentos que consume. En el estado Yaracuy, colapsó totalmente la represa Guaremal, que era surtida por la vertiente, de ese mismo nombre, y que era protegida, desde sus nacientes, por los cafetales del Municipio Crespo, en el estado Lara. También se pronostica el colapso de la represa que forma el complejo hidroeléctrico Uribante Caparo y, se olvida el deslave que arrasó con el 60% de la población de Santa Cruz de Mora; en el Valle de Mocotíes, en el estado Mérida, donde se produce el mejor café de Venezuela, y cuya producción a mermado en un porcentaje similar. “El 91% de los cafetales venezolanos están ubicados en Parques Nacionales o Zonas de Protección Especial…


¿A dónde nos lleva esta situación? ¿Quién (es) se benefician?

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